Hermosillo, Sonora.-
La cultura mexicana está de luto, ha muerto José Agustín.
Su ruta en los actos de la creación es muy amplia, yo diría que poliédrica. Veamos.
José Agustín fue novelista, historiador, guionista de cine, ensayista, dramaturgo, cuentista y director de cine. En todas esas disciplinas reflejó los anhelos de una juventud que en los años sesenta sufría de una cruda represión en sus formas expresivas, de ahí la importancia que en su primera época publicara novelas como La Tumba y De Perfil, obras literarias donde abordó temas que escandalizaron a las buenas conciencias nacionales.
Sus amigos literatos de aquellos años fueron René Avilés Fabila, Gustavo Sáinz, Federico Arana y su querido «compa» de juergas Parménides García Saldaña, grupo que fue bautizado por la crítica literaria Margo Glantz como «La Literatura de la Onda», membrete que a José Agustín ciertamente le incomodaba.
En su faceta como historiador publicó en los años noventa Tragicomedia Mexicana, la vida en México, interesante obra que en tres volúmenes reflejó los avatares de la política nacional entre 1940 y 1998.
Los estudios Churubusco lo vieron dirigir las películas Deveras me atrapaste, título que es un guiño al tema de los Kinks, así como el largometraje Ya sé quien eres, te he estado observando, etapa donde se enamoró de «La novia de México», Angélica María, película donde por cierto participó el talentoso actor sonorense Octavio Galindo Sánchez.
José Agustín fue también un extraordinario conocedor del rock, en gran parte gracias a que su padre piloto de aerolíneas internacionales le traía discos de rock de diferentes países europeos, discos que por aquellos años difícilmente se podían encontrar en México.
Se ha marchado un extraordinario literato de nuestro país. El mejor homenaje que le podemos rendir es leer y releer su obra y, por qué no, recordarlo con un buen tema de los Stones, uno de sus grupos favoritos. Que pasen un día muy musical.
Por Franco Becerra
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