Vivimos a prisa, en un vértigo permanente y progresivo; somos dinámicos y productivos, se nos corrige. De ahí que rara vez nos detengamos a pensar la vida, mucho menos la muerte. Y es que pensar la muerte, sostiene González Crussí, implica sentirse “como pez fuera del agua”. Así lo explica el reconocido patólogo y ensayista: …
