Saludamos el debut de Igael González «El Trolas» en esta tumbada casa editorial
Llegué a Hermosillo en el vuelo nocturno. A las 11:47 pm Carlos, mi padre, me hizo el favor de pasar por mí al aeropuerto. Tirando machín la carrilla, pero con genuina curiosidad, lo primero que me preguntó fue: ¿Qué transa con los corridos tumbados? A huevo me quería dar carrilla el ruco porque leyó de pe a pa el documento de divulgación que fui a presentar, precisamente con ese nombre: “¿Qué transa con los corridos tumbados?”, publicado en línea —y un tiraje mínimo para los asistentes al evento— por el Observatorio de las Juventudes del Instituto Sonorense de la Juventud (ISJ), invitado de honor para la fiesta del cumpleaños de El Colegio de Sonora.
Aun con el apoyo institucional me sentí necesitado del respaldo del barrio, así que me fui desde temprano por mi compa Gorbash, y nos fuimos caminando desde el centro hasta el ISJ, donde ya estaba armado el escenario para el conversatorio con una lona y todo. Al rato llegaron los chavalos de COBACH y de CONALEP. Me cayó de perlas que el camarada Gibrán Valencia se hizo cargo de la conducción y empezó a motivar a que los asistentes, sobre todo los jóvenes, tomaran la palabra y se expresaran. Algo bien. Después de la charla tocaron los morros del proyecto de Adrián Gonzalez: su conjunto suena bien y ya tienen dos rolas originales (El Soldado y El Grifo 13) sonando en las redes. La neta se me hace curado que las instalaciones y los recursos del ISJ se pongan al servicio de las juventudes, no como los hijos de la vieja familia revolucionaria que no tenía este tipo de actividades y mucho menos generaban documentos para el análisis y la reflexión.
traté de decirles a los morros que a los rucos sí nos cuesta trabajo entenderlos
Pero bueno, en dicha plática traté de decirles a los morros que a los rucos sí nos cuesta trabajo entenderlos. Esta generación vive en condiciones culturales y tecnológicas completamente distintas a las de la generación X. La construcción de su identidad es demasiado diversa y plural, resultado del consumo de cantidad de elementos expresivos provenientes de cualquier esquina del mundo. Con algo de timidez les dije algo así como que la mala vida siempre ha sido una opción, pero chilo cuando es opción, malo cuando te ves obligado. Defiendo mi premisa: la delincuencia es consecuencia lógica de que el sistema es injusto; las desigualdades son la verdadera causa de que el crimen sea una opción.
Y chale, termina uno diciéndoles un cuento mareador de adulto privilegiado al joven que protagoniza la nueva cultura expresiva urbana de Norteamérica, misma que abreva en la elasticidad de la tradición musical ultra-mega-postmodernizada de la banda y el conjunto (y sus inusitadas combinatorias instrumentales) inserta en la economía mediática transnacional del género al que en los Grammys nombran “Regional Mexicano”. Que si son diferentes los corridos tumbados de los bélicos no es algo que se discute en este momento. Lo que sí es que la manera de tocar, la manera de tañer los instrumentos sigue evolucionando cada vez más arremangado y hace de los actuales taka-takas una especie en extinción.
Al evento llegaron también unos rucos (más rucos que uno) que la empezaron a hacer cansada. Era de esperarse. Defensores de la cultura de vitrina y de los estereotipos congelados en el folklore regional… Entiendo que hay que estar a la altura de la discusión fundamentada en la cordialidad del diálogo, pero los doños se aferraron y enfrascaron en el aspecto moral del asunto. Y que si qué digo yo, o sea, que si está bien o está mal. Quise evitar la polarización ¿Qué iba a ganar contestándole que están bien o mal? Me tuve que defender de su opinión sobre el asunto que es igual de respetable que la mía (pero encontrada). Me aferro y sostengo que la censura de ninguna manera afecta a la cadena de valor que enlaza la producción con el consumo de esta manifestación, como tampoco cambia el contexto social que constituye la materia prima de cualquier expresión artística. La música nos dice algo y tenemos que permitirnos escucharla con atención y sin prejuicios morales, pero me replican que “los muchachos no deben escuchar eso”, que “deben escuchar cosas buenas”, porque si no después de escuchar tales se van a convertir en delincuentes.
En fin, no me parece que sea la música la que fomente la delincuencia en ningún sentido. Los corridos, desde que son corridos se han distinguido de contar las cosas como son. Y por supuesto, la parte más cruda y belicosa del estilo tumbado tiende a herir susceptibilidades. La apología al delito y la reproducción de los roles de genero asociados a la narcocultura se remozan en juventud, que consumiendo esta música en las plataformas digitales que resuena en cada dispositivo la ponen en el top de la popularidad junto al reggaetón.
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Esa tarde me quedé sin raite y pedí un Uber para enque (sic) mi tía. En el estéreo del vehículo suena Óscar Maydon interpretando Skin de Bandida, bajito que no molesta. La platica va a otra dirección: la ciudad ha crecido. Llegó el momento de visitar a los primos y al abuelo y rolar el bacanora, con carnita asada y un conjunto norteño. Viva la Ley 57.
Los morros ya no tocan así
El conjunto (tarola, tololoche, bajoquinto y acordeón) tocaba puro repertorio clásico. Creo que Las Parcelas de Mendoza fue el único corrido narco que se tocó esa noche. Eso sí, el ruco tololochero se lució al tocar el obligado tololoche chicoteado. Los morros ya no tocan así. Ahora lo tocan hiperchicoteado; el estilo tumbado no va con la tendencia minimalista del pop comercial, sino a la churrigueresca armónica de las charchetas y la docerola requinteada.
Y bueno, al día siguiente me encontré con los compas y salió a relucir el tema y pues a escoger algo apropiado para la tertulia: —“Entonces, Trolas, ¿qué rola de los tumbados está chila? Decanté por Los Cuatro Ases, tema que agrupa al Ovi, al Nata, a Junior H y Herencia De Patrones. Me atreví a decir que se parecen a los NKOTB o a los Backstreet Boys (o NSYNC si se quiere) pero malandros. ¿En qué sentido son lo mismo? Pues son los ídolos de las jovencitas que les idolatran en las imágenes pegadas en las paredes de sus recámaras. ¿Cambió la manera de endulzar el oído? Hasta cierto punto, porque todos los cantantes necesitan un tema romántico para triunfar. Pero sí, sí son distintos, unos son (o eran) un grupo fijo y el modelo tumbado es el de las producciones acopladas, inaugurado por los raperos, o sea, solistas que se juntan para producir un tema en concreto y olvídate de los LP´s. En cualquier caso todos empleados por una misma disquera (Rancho Humilde), y eso finalmente les asemeja a los NKOTBo a los BTS.
Ya pa regresar al cantón, la morra del Uber llevaba, nada más y nada menos que al doble P ft. Fuerza Regida:
Por acá o por allá /Cambiándome de punto
Vaya y conecte un pase / Llene la hielera que hoy se me hace justo
En los antros de lujo /Me ven tirando el humo
Soy hombre muy calmado / No se me quiera avivar
Y aunque soy muy tranquilo / Buen respaldo he tenido
Se topan con la gente / Que siempre me ha de cuidar
Lo vuelvo a mencionar /Igualito a mi ‘apá.
Al otro día fui al centro a buscar un presente para mis hijos y mi hija adolescentes. En efecto, y no solo en Hermosillo coexiste la imagen de El Nata, el Junior H y el Peso Pluma con los ídolos del POP global adolescente (Taylor Swift, Billie Elish) los del KPOP, la parafernalia rockera que estiba entre el emo y nu-metal y las caricaturas japonesas que constituyen distintivamente el atuendo otaku. Para todos los estilos preparatorianos hay. Confieso que en esa tiendita de la calle Juárez me ganó la nostalgia: Deftones, Korn, Rage Against the Machine… ese era el sonido de la rabia hace 25 años.
¿A Dónde se fue la rabia? ¿Neta se convirtió en esa especie de llamado a la superación individualista, onda puro pa´ arriba puro para adelante?
Me regresé a Tijuana por la noche. En algún lado de la central de autobuses sonaba “como es arriba es abajo”, del Nata. En el primer retén, al fondo se escuchaba una rola de Fuerza Regida con el Marshmello ¿O sea que lo tumbado y belicoso también es del gusto de los activos de las fuerzas armadas? Aunque en menor proporción y popularidad, las fuerzas armadas también tienen sus corridos. Un soldado de la Segunda Región Militar compartió en el TikTok un corrido en honor a un compañero caído en un operativo en Altar. El video se volvió famoso rápidamente.
Hay que decirlo, el combate a las drogas es la otra cara de la misma moneda del negocio del narcotráfico. Los soldados también son morros de la misma edad que los alucines, los mangueras o como se les llame a los empleados de la economía criminal. Trabajo igualmente riesgoso. Qué loco: pelean entre ellos y oyen las mismas rolas. A lo mejor hasta les pagan lo mismo en un lado o en el otro. Al cabo comparten las condiciones de origen y los motivos para dedicarse a las armas (ajenas). A final de cuentas las balas matan a unos o a otros… reproduciendo la economía juvenicida, como dijo el profe José Manuel Valenzuela.
Sigue viaje al norte. En los retenes los miembros de las fuerzas armadas revisan los autobuses según para incautar armas y drogas, con la rolita del Dámaso de Gera Ortiz como música de fondo En la última revisión, antes de subir La Rumorosa, sonaba El Buho de Luis R. Conriquez y en el celular del conductor parece sonar la rolita que anda pegando del Xavi. Para esta alturas el camión ya va casi vacío y lleno de basura y el particular aroma a baño descompuesto.
Prohibición en Tijuana
Finalmente llegué al cantón. Mas vale que vaya a saludar a mis vecinos los gabachos grifotes que escuchan al Migos cantando su popular tema NARCO. Que bueno que cambiamos de estilo por algo diferente. Sí, Chuy.
“Trapping like a narco (narco)
Got dope like Pablo (Pablo)
Cut throat like Pablo (cut throat)
Chop trees with the Chapo (Chapo)
On the North, got the Ye, go (Diego)
Saying Hasta luego (luego)
We be in, reppin’ kilos (ye)
Snub nose with potatoes
Straight out the jungle (yeah, yeah, yeah, yeah, yeah)”
Por Igael González
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Fotografías de Igael González, Benjamín Alonso Rascón y El Colegio de Sonora
Muy buena narración sobre el tema de corridos tumbados y sobre todo la descripción del viaje de Tijuana a Hermosillo, suena nostálgico, saludos Igael.
Gracias por comentar, don Cabo. Se le extrañaba. Saludos a VJ, tierra de tumbados.
enlazando con el tema, intente enviar mi comentario a la Casa de los naranjeros, no tuve exito, aprovecho y abusando de la siempre y amable hospitalidad del Director de esta casa editorial, Benjamin Alonso, lo replico en este medio.
Tu mensaje no pudo entregarse a contacto@naranjeros.com.mx. La bandeja de entrada del destinatario está llena o, en este momento, está recibiendo demasiados mensajes.
Buenos dias, en virtud de lo sucedido con el poco honroso comentario haciendo alusión a las drogas, por el artista de casa, cosa que demerita al deporte, falta de respeto a un recinto deportivo. Una cosa son los gustos privados y algo muy diferente expresarlo en público, sobre todo cuando se trata de conductas que demeritan al ser humano y a las familias que tiene que apoyar alguno de los nuestros que cae en uso de drogas.
Me parece conveniente que el Club Naranjeros, el patronato del Estadio Fernado Valenzuela, debería desmarcarse de Carin León, quien sin duda tiene mucho talento, también se ha caracterizado por su humildad, pero debe ponerse un alto y que quede como antecedente. A él se le entregó la casaca de Naranjeros, se le distinguió por parte del Club Hermosillo, por lo tanto tiene el compromiso de comportarse, al menos en nuestro recinto y/o portando el uniforme deportivo como un embajador del deporte y no en apología a drogas.
fomentemos el deporte y reprobemos las adicciones.
respetuosamente
Manuel Alcantar Leyva