Hermosillo, Sonora.-

En Sonora el fantasma de la pavimentación vuelve a aparecer para querer justificar cualquier aberración que se quiera hacer desde el poder: primero fue la cancelación de las “Fiestas del Pitic”, ahora es la venta de un espacio deportivo que forma parte del humedal de “La Sauceda”. 

El pasado 30 de marzo, en sábado, fuera del recinto oficial y en franca violación a la declaratoria de emergencia y contingencia sanitaria-epidemiológica decretado por el Gobierno del Estado el 25 de marzo, el cabildo de Hermosillo acordó subastar los campos deportivos contiguos a la sauceda conocidos como “El Cárcamo”. La justificación para dicha venta, según el acuerdo del ayuntamiento, es la insuficiencia de ingresos y la nula capacidad de crédito por el excesivo endeudamiento de administraciones anteriores. 

Pero como lo dije antes en este espacio, esta justificación constituye una falacia, término que deriva del latín fallacia-ae, que pasó al español como falacia, engaño, fraude, trampa, dolo, falsedad, mentira o embuste. En ocasiones se utiliza como equivalente de sofisma o argumento aparente o argumento que no es en realidad, es decir, es un razonamiento incorrecto dotado, sin embargo, de fuerza persuasiva y apariencia de ser bueno, pero que luego de examinarlo se demuestra que no lo es. 

Pavimentación o Fiestas del Pitic: el falso dilema

¿Por qué digo esto? Porque, aunque lo propuesto por la alcaldesa parece una buena idea no lo es: instaurar un programa urgente de bacheo, recarpeteo, pavimentación y atención de la emergencia, se sustenta en datos pues según el INEGI el problema del que más nos quejamos los ciudadanos mexicanos, son los baches en calles y avenidas de nuestras ciudades, particularmente los hermosillenses muestran un índice de insatisfacción de 95.2%.

Pero lo que no nos dice la alcaldesa ni los datos del INEGI (a menos que los relacionemos) es que por más dinero que se le invierta a nuestras calles éstas siguen en un estado deplorable. No se necesita ser un genio para saber que por más bacheo y recarpeteo que se le haga al mes siguiente o a la primera lluvia que se presente estas terminan hechas pedazos. Visto de esta manera, la solución propuesta por la alcaldesa no resulta sensata pues consiste en poner subasta un predio con un valor de venta de $186, 090, 895.00 pesos, de los cuales se destinaría un 60% para pavimentación, lo que representa la cantidad de $111,654,537.00 pesos, una cantidad casi igual a la que se contempla en el presupuesto para ese rubro originalmente $124,934,775.  

Todos nuestros alcaldes anteriores han tratado de resolver el problema de la pavimentación inyectando más recursos vía deuda, pero esto tampoco ha funcionado pues las calles permanecen en el mismo estado, sólo nos ha convertido en el cuarto municipio más endeudado del país, apenas por debajo de municipios muy grandes como Guadalajara, Tijuana y Monterrey, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. 

Deuda contratada en Hermosillo desde el año 2007 hasta el año 2019

Alcalde  Periodo de gobierno  Deuda contratada
Ernesto Gándara Camou.  (2006-2009) $542,000,000
Javier Gándara Magaña (2009-2012) $230,000,000
Alejandro López Caballero  (2012-2015) $822,595,875
Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez  (2015-2018) $1,037,000,000
Celida Teresa López Cárdenas  (2018 – 2021) $ 100,000,000

 

La misma Celida López en su primer año de gestión solicitó un crédito casi por la misma cantidad que pretende adicionar a pavimentos y no pudo resolver el problema, pues ella misma reconoce en la propuesta la mala calidad de las calles. Lo que pasa es que, ante la imposibilidad de endeudamiento del municipio, se quieren enajenar el patrimonio de los hermosillenses y la naturaleza para encubrir su falta de capacidad.

El embuste consiste en hacernos creer que necesita más dinero, cuando nos deberíamos preguntar cómo se gastó el dinero destinado para pavimento y por qué no se ve reflejado en las calles de nuestra ciudad. Está claro, pues, que el mal estado de las calles no se va a resolver con mayor presupuesto, mucho menos a costa de la dilapidación de los bienes públicos.

Lo que se requiere es establecer criterios técnico-científicos para la elección de los proyectos de pavimentación en el estado y los municipios; el tipo de mantenimiento que se efectuará en las vialidades en mal estado, así como la adecuada calidad y cantidad de mezclas asfálticas en términos de sus propiedades técnicas y funcionales. 

Por otro lado, al poner a la venta los campos deportivos de “La Sauceda”, el cabildo pasa por alto el derecho humano a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar, lo que se traduce, por una parte, en un derecho fundamental de todo ciudadano y, por otra, en la ineludible obligación de las autoridades de respetar y hacer respetar, en la órbita de sus facultades, dicho derecho. Ese mismo derecho se encuentra garantizado también por la Constitución local del Estado de Sonora en su artículo primero.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ciudades deben disponer, como mínimo, de 9 metros cuadrados de área verde por habitante distribuidos de manera equitativa en relación con la densidad de población. Pero según datos de la Dirección de parques y jardines de Hermosillo, apenas se cuenta con una proporción de 4.5 metros cuadrados por cada habitante y esto es así porque se cuentan como áreas verdes el equipamiento urbano, es decir glorietas, camellones y hasta panteones.

Es decir, la ciudad se encuentra muy por debajo de la cantidad de áreas verdes recomendadas internacionalmente, aun así, se pretende enajenar uno de los pocos espacios verdes de la ciudad en detrimento de la salud de las y los hermosillenses.

Por otro lado, el Estado Mexicano ha asumido compromisos internacionales relacionados con las áreas verdes y ecosistemas urbanos, como el contraído en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III). En donde se estableció como objetivo conseguir el desarrollo urbano sostenible, permitiendo identificar los nuevos desafíos urbanos, por lo que se acordó establecer una Nueva Agenda Urbana para el siglo XXI. 

En el mismo sentido, dentro del mismo informe, se hace referencia a la importancia de los espacios públicos verdes en las ciudades y en diversos puntos de la Nueva Agenda Urbana se hace referencia a las características de los espacios verdes en las ciudades para que sean considerados como tales:

36. Los espacios públicos verdes tienen un impacto positivo en la salud y el bienestar, y proporcionan servicios de ecosistemas que van desde la mitigación y la adaptación del cambio climático para contribuir con el agua y la seguridad alimentaria.

56. La creación de espacios verdes y públicos adecuados, conectados, accesibles y bien equipados, como conductores del desarrollo económico y social, genera un incremento de valor a ser captado para nuevas inversiones y compartido como ingresos públicos hacia una mejor igualdad.

71. La provisión de una red bien conectada de espacios públicos abiertos y verdes en las áreas urbanas centrales y periféricas facilita la vinculación y el acceso al entorno natural. Puede mejorar la salud pública y contribuir a la calidad de vida y al bienestar de todas las personas. A través de mayor esparcimiento y actividades físicas se protege y se mejora el ecosistema urbano y se mitigan los riesgos del cambio climático tales como la isla de calor urbana, entre otros.

Es importantísimo mantener las pocas áreas verdes con las que cuenta nuestra ciudad, como los campos deportivos y el humedal de “La Sauceda”  para poder convertirlos en espacios públicos verdes, pues el derecho a vivir en un medio ambiente sano es un derecho humano que faculta al ciudadano para exigir la protección del medio ambiente, pero además protege a la naturaleza por el valor que tiene en sí misma.

Todos los seres humanos dependemos del medio ambiente en el que vivimos. Un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible es esencial para el pleno disfrute de una gran variedad de derechos humanos. Sin un medio ambiente saludable, no podemos satisfacer nuestras aspiraciones ni vivir a la altura de los estándares mínimos de dignidad humana.

Por Mario Aníbal Bravo Peregrina

Fotografías de Omar Gustavo Córdova

Humedal contiguo al extinto Parque La Sauceda, corazón del territorio en subasta.

Sobre el autor

Mario Aníbal Bravo es licenciado en derecho por la Universidad de Sonora, con especialidad en historia y derecho por el Consejo de la Judicatura Federal, y maestro en ciencias sociales por El Colegio de Sonora en la línea de investigación de ciencia política y políticas públicas. Ha colaborado en medios como Radio Bemba y Proyecto Puente.

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