¿Qué relación tiene No Manches Frida (2016) con Blackboard Jumble (1957), con la tesis de Peña Nieto y con el trágico asalto al personal del Servicio Panamericano en Guaymas el pasado jueves?

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La deuda que tiene No Manches Frida no es tanto con su original alemana Fack ju Goethe (2013), de donde toma hasta el póster promocional. La fuente de esta cinta mexicana está en la maravillosa película animada Blackboard Jumble (1957), de los estudios MGM. En esa caricatura al lobo Wolfy, sin preparación alguna, lo convierten en maestro; y ya en su papel, pretende enseñar a un grupo de alumnos idénticos a Droopy. Estos pequeños engendros, a golpes, porrazos y explosiones, intentarán alejar a Wolfy de su noble propósito.

 

Como siempre, resulta memorable la frase recurrente de Wolfy en esta animación: No hay nada malo con la educación moderna. No hay nada malo con los jóvenes de hoy en día”. Así, lo que Blackboard Jumble presentó en sólo siete minutos de proyección, No Manches Frida lo extiende más allá de lo posible por lo que su título se vuelve el principal reclamo que la audiencia puede hacerle a esta producción mexicana.

 

Me explico: muy pocos comediantes poseen la virtud de poder prolongar un chiste. Y el problema de esta película es, precisamente, ese. Es un chascarrillo muy largo con evidentes fallas y contradicciones en su guión.

 

Sin embargo, hay que admitirlo, No Manches Frida logra momentos muy entretenidos, cómicos y graciosos, porque si la cinta se sostiene es sin duda por la capacidad de Omar Chaparro y Martha Higareda al ejecutar las bromas, colocándose ambos en la línea de eficiencia de Adam Sandler y Drew Barrymore.

 

Bienvenidos a la preparatoria Frida Kahlo. Con toda seguridad es un colegio privado – el lema del liceo es tan cursi como el imaginario que aún rodea a la pintora: Pies para que os quiero si tengo alas para volar -, pero sus problemas se parecen más a los que sufre cualquier escuela pública de educación media superior en México: no hay presupuesto, sus docentes no muestran muchas luces y existe un grupo de estudiantes totalmente fuera de control, los del 4to B.

 

Ahora, conozcan a Zequi Alcántar (Omar Chaparro), un ex convicto que deja la cárcel decidido a recuperar un dinero enterrado en el lote baldío donde se ha construido el gimnasio de la escuela Frida Kahlo. Desesperado, se las arregla para ser contratado como maestro sustituto: enfrentando y domesticando a los del 4to B, mientras cava un túnel para dar con su tesoro y, de paso, logrando excavar en el corazón de la maestra más nerd del plantel:  Lucy (Martha Higareda).

 

De esta manera, No Manches Frida consigue establecer una premisa interesante, pero luego tropieza una y otra vez sin lograr plantear en su guión una mínima coherencia:

 

-Que si el 4to B se transforma en el ring para el enfrentamiento, ansiado por los espectadores, entre Alcántar y los insurrectos jóvenes malcriados, éste parece disolverse en sólo dos o tres secuencias.

 

-Que si vamos a entrarle a la obra teatral de fin de cursos, Romeo y Julieta desde una perspectiva postmoderna, escatológica y “chitocha”, resulta que todo el mundo aplaude.

 

-Y que si los alumnos descubren, a través de El llano en llamas  y Pedro Páramo el origen del realismo mágico y, por lo tanto, la mano de Rulfo en la pluma de García Márquez, esta disertación es presentada sobre un montaje con música, muy al estilo de las películas americanas de los 80’s, en verdad ¡no manches, Frida!

 

Existe una contradicción mayor, aún más grave y que revela que las trampas y las falsificaciones cometidas en nombre de la educación han llegado demasiado lejos: en pantalla vemos cómo es impreso un certificado apócrifo, cómo se le marca el sello oficial y cómo esto se convierte en un happy ending.

 

Tal vez esa sea una explicación acerca del pobre resultado que obtuvo el escándalo mediático de la tristemente famosa tesis del presidente Enrique Peña Nieto: quizás en cada hogar, en cada familia, existe una víctima o un beneficiario de la relajación de la vida académica nacional.

 

Y eso no debería darnos risa.

 

No Manches Frida. Director:  Nacho G. Velilla. Basada en la película alemana “Fack Ju Goehte” de 2013. Con: Omar Chaparro, Martha Higareda, Adal Ramones y Mónica Dionne.

 

PD. Esta película se estrenó en México justo al día siguiente del fatal asalto al personal de Servicio Panamericano de Protección en Guaymas y contiene una secuencia que en Sonora se convierte en inesperada coincidencia.

 

Por Horacio Vidal

Sobre el autor

Horacio Vidal (Hermosillo, 1964 ) es publicista y crítico de cine. Actualmente participa en Z93 FM, en la emisión Café 93 con una reseña cinematográfica semanal, así como en Stereo100.3 FM, con crítica de cine y recomendación de lectura. En esa misma estación, todos los sábados de 11:00 A.M. a 1:00 P.M., produce y conduce Cinema 100, el único -dicen- programa en la radio comercial en México especializado en la música de cine. Aparece también en ¡Qué gusto!, de Televisa Sonora.

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1 comentario

  1. Como siempre tienen que rayar en lo vulgar, para hacer un chiste, no dejan nada a la imaginación y Omar chaparro es malito trabajando, esta fue una serie más de televisa.
    Saludos

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