Advertencia de spoilers. Aunque tratándose de una serie de un material viejo, puedes proceder.
La más vieja guardia friki recordará en el canal Azteca 7 a Mazinger Z, cuyo creador, Go Nagai, también escribió y dibujó Devilman en los años 70 para el estudio TOEI Animation. Este anime fue adaptado a manga (con expansión más de acuerdo a la visión de su autor) a varias películas y tuvo al menos dos continuaciones dentro de su universo. Es notable por su violencia inusual para un manga para jóvenes, la cual todavía en estos días podría resultar escandalosa para muchos criterios. Así también desafía muchos clichés y artilugios típicos de su medio, aun cuando la misma saga los creó; es como si muchos olvidaran la lección.
Es 2018 y la plataforma Netflix estrena una nueva adaptación para el siglo XXI: Devilman Crybaby, dirigida por Masaaki Yuasa y escrita por Ichiro Okouchi, constando de diez episodios de poco menos de media hora de duración.
Akira Fudo es un estudiante de secundaria común y corriente con la peculiaridad de llorar cuando ve a alguien más llorar. Un día, un viejo amigo, Ryo Asuka, lo invita a un antro con la muy loca idea de cazar demonios. Dentro, resulta ser que en efecto está infestado de los horrendos seres, viviendo dentro del cuerpo de otros seres humanos. Uno de ellos trata de poseer a Akira, quien por su corazón noble termina aplastando su personalidad y el joven termina convirtiéndose en Devilman: con la fuerza de un demonio y el corazón de una persona.
Analizando lo que es la dirección y la animación, el estilo de Masaaki Yuasa se hace muy presente:
inconsistencias de estética deliberadas, colores chillones peleando entre sí, escenas de acción rápidas y mucha sexualidad de por medio. Apenas llega a cumplir con lo que conforma a un anime, pareciéndose a veces a una caricatura occidental; no es coincidencia, porque el hombre estudió animación en Inglaterra.
En cuanto a su guión, su primera mitad está bien trabajada, si bien todavía sigue algunas convenciones viejas, recordemos que estamos hablando de una obra de 1973. Y ciertamente, brilla en su segunda mitad.
Sin embargo, algunas personalidades pecan de planas. Como Ryo, cuya versión original estaba dotada de más aspectos humanos, pasando de un encubierto con cara agradable a un simple sociópata con dinero y peinado de K-Pop. Podría perdonarse ese tipo de fallas por su breve formato de 10 episodios, por el cual muchos eventos se tuvieron que omitir o apresurar.
No obstante, a pesar de tales defectos, la serie nos hace reflexionar si realmente vale la pena defender a los nuestros, si la empatía realmente sirve, si el amor existe y con él el dolor.
Con una clasificación TV-MA, es obvio que Devilman Crybaby no es para ver en familia. No es, siquiera, para ver a la ligera si lo que quieres es pasar el rato viendo al bueno ganar. En esos respectos, es similar a Neon Evangelion Genesis, precisamente influída por Devilman 1973.
La próxima vez que andes por la calle, asegúrate bien de conocer el corazón de tus amigos más cercanos.
Por David Alejandro López Portillo