Ya casi alcanzamos los quinientos días —y quinientas noches— sin saber cuánto pagamos los contribuyentes (o en todo caso, quién rayos pagó) por traer a la estrella Nodal a su querido y casi natal Hermosillo…

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Hermosillo, Sonora.-

“Canto hasta cuatro horas en concierto sólo por pasión”

Christian Nodal

Los estragos provocados por la racionalidad presupuestal de los últimos años han tenido eco en las Fiestas del Pitic, o como brevemente se le llamó en la era del infame Manuel ‘El Maloro’ Acosta: “Festival Internacional del Pitic”. Aparejado a esto, cada año se da una fuerte discusión entre los hermosillenses sobre la calidad de su programa artístico-cultural, y es que el evento ha sido apropiado por los hermosillenses al funcionar como un mecanismo que refuerza su identidad y su sentido de pertenencia a la ciudad. Por supuesto que la pasada edición, con Julión Álvarez como «plato fuerte» para festejar el 323 aniversario de Hermosillo, no fue la excepción.

No obstante, al margen del presupuesto y la calidad de las Fiestas, el asunto que hoy nos ocupa es el de la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos utilizados por el ayuntamiento de Hermosillo en estas actividades, pues han transcurrido más de cuatrocientos días de la presentación de Christian Nodal, el «plato fuerte» de las Fiestas del Pitic 2022, y los hermosillenses no sabemos cuánto nos costó su presentación, ni quién la pagó…

Luego de una revisión de las respuestas a solicitudes de transparencia de 2019 a 2022 en municipios como Mazatlán, La Paz, Mérida, entre otros, CRÓNICA SONORA pudo confirmar que Nodal cobra entre 2.8 y 4.5 millones de pesos por concierto en México. En Hermosillo, al contrario, el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) ha respondido —en al menos dos ocasiones— a solicitudes ciudadanas, que no hay información o que la información solicitada referente a contratos y comprobantes de pago no existe. A continuación, reproducimos un par de preguntas registradas en la Plataforma Nacional de Transparencia:

¿Cuál fue el costo que se pagó por el concierto de Cristian Nodal en Hermosillo durante las Fiestas del Pitic 2022?

Este Instituto no egresó monto alguno por la contratación del artista en mención, tal es el caso, que derivado de resolución de recurso de revisión No. ISTAI-RR-681/2022 de fecha 15 de diciembre de 2022, el Instituto Sonorense de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales ordenó generar el acta de inexistencia relativa a la información que solicita. Se anexa el acta número 08/2023 de fecha diez de enero del año dos mil veintitrés del Comité de Transparencia del Ayuntamiento de Hermosillo, en la cual se declara la inexistencia de información, en vías de cumplimiento a la resolución recaída al recurso de revisión ISTAI-RR-681/2022.

Lista de los patrocinadores que pagaron el concierto de Cristian Nodal en Hermosillo durante las fiestas del Pitic 2022 

Este Instituto no cuenta con la información solicitada, tal es el caso, que derivado de resolución de recurso de revisión No. ISTAI-RR-681/2022 de fecha 15 de diciembre de 2022, el Instituto Sonorense de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales ordenó generar el acta de inexistencia relativa a la información que solicita. Se anexa el acta número 08/2023 de fecha diez de enero del año dos mil veintitrés del Comité de Transparencia del Ayuntamiento de Hermosillo, en la cual se declara la inexistencia de información, en vías de cumplimiento a la resolución recaída al recurso de revisión ISTAI-RR-681/2022.

Las respuestas tienen un sentido jurídico apegado de manera ortodoxa a lo que marca la ley local de transparencia; sin embargo, la autoridad (Ayuntamiento) y el Tribunal erran en la sacrosanta tarea de no obstaculizar el derecho del público para acceder a la información. La administración debería aprender del caso de Mazatlán, donde Nodal cobró 2.8 millones de pesos por un concierto en un estadio de beisbol, seis meses antes de presentarse en Hermosillo, y hasta abrió el contrato del cantante, así como las facturas digitales y parcialmente las transferencias SPEI (Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios).

¿Por qué ese evento permanece en la opacidad? La respuesta probable es que las autoridades están en posición de ejercer la discrecionalidad para ocultar qué empresarios locales o empresas cercanas con alguna afinidad («los machuchones», diría AMLO) donaron recursos para concretar la contratación de Nodal, el astro del momento en el género del mariacheño (en 2019 la revista Rolling Stone lo comparó con Elvis Presley).

Es decir, al crear el escenario de un supuesto legal en materia de transparencia, evitan que la gente siga la pista del dinero, rompiendo un principio elemental en la interminable lucha por la rendición de cuentas y la fiscalización desde la agenda civil. Nos parece que no hay otro motivo, y el sentido es palpable en las respuestas del Ayuntamiento, a su vez resueltas por el Tribunal local de transparencia.

La consulta de la resolución contenida en el recurso de revisión ISTAI-RR-681/2022 queda como caso de estudio para aprender a solicitar ese tipo de información y diseñar estrategias que obliguen a la autoridad local a transparentar los convenios de donación/aportación de recursos de la iniciativa privada (IP), aprobados por la autoridad municipal para usarlos en un evento público, sin menoscabo de los derechos de esos particulares.

En CRÓNICA SONORA creemos que el derecho de la gente a saber es tan o más importante que el sentido de pertenencia que las Fiestas del Pitic puedan generar. Ahí reside el punto fino de todo esto: cómo el Ayuntamiento se atreve a cruzar la línea de la opacidad para presumir espectaculares fotos áreas con 60 mil personas bailando zapateado.

De lado, nos preocupa una tendencia que detectamos: en 2003 el presupuesto inicial de las Fiestas del Pitic alcanzó apenas los dos millones de pesos, escalando hasta casi 20 millones en 2013; a partir de ahí hay una tendencia a la baja, donde hasta el nombre se cambió con el pretexto técnico de ‘aterrizar’ más recursos para su realización. El punto presupuestal más bajo llegó en los años 2018 y 2019, cuando los recursos apenas alcanzaron los 12 y 10 millones respectivamente.

Tras recuperar el nombre de Fiestas del Pitic en 2019, llegó otro problema que ha provocado la austeridad republicana: las opacas donaciones de la iniciativa privada (IP). No tiene nada de malo que el sector empresarial aporte a la comunidad, el problema es la carga discrecional con la que se concretan estos actos y quedan aparentemente al margen de lo que mandata la Ley de Transparencia.

Si esta es la tendencia —en la administración de Célida López (2018-2021) se estimó que uno de cada tres pesos del presupuesto local para las Fiestas podría haber sido aportado por la IP—, entonces se ha cruzado una línea y no faltará mucho para que se llamen Fiestas del Pitic S.A., quedando todo en la oscuridad, en un claro proceso de apropiación comercial cultural con resultados potencialmente negativos para la preservación de la identidad y la memoria histórica.

Por Jesús Ibarra Félix

En portada, Christian Nodal observa al fotógrafo Carlos Baro (NORTE PHOTO) en el escenario principal de las Fiestas del Pitic 2022.

Este artículo vio la primera luz en nuestra versión impresa 🙂

Sobre el autor

Hermosillo, 1977. Periodista y docente universitario. Investigador del Border Hub y becario del International Center for Journalists.

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1 comentario

  1. Los drones mataron las FDP, al capitalizar las imágenes de una muchedumbre contenta. Nada menos que el uso político de la semántica visual.

    La opacidad viene a rematarlas, asfixiando cualquier intento de frenar la despótica utilización del presupuesto y los abusos de su investidura legal. Los recursos de revisión no deben morir ahí. Porque tarde o temprano será necesario medir los efectos de la falta una estrategia de desarrollo cultural.

    Los políticos nos tienen tomada la medida. El mejor indicador es La Sauceda: nos quejamos un día y el resto callamos. ¿Cuándo volverán las FDP al sendero de la inclusividad, democracia y diversidad cultural? ¿Cuándo se respetará el derecho colectivo a expandir el horizonte cultural a través del reconocimiento de las minorías culturales locales y foráneas?

    Ya sé que no es el tema, pero no me canso de repetir: nos han forzado a olvidar que lo popular no siempre es sinónimo de «discursos de abajo», basta prestar atención al uso propagandístico con el que el emprededurismo narco se inocula en lo musical y celebratorio para transmutar vicios en virtudes y de paso reforzar la discursividad oficial de la guerra contra las drogas.

    Si no se repara en lo anterior, las FDP se las llevará el mejor postor (el que más recursos privados le invierta, vengan de donde vengan).

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