Hermosillo, Sonora.-

El pasado sábado, 12 de marzo de 2022, apareció un impresentable texto cuya cabeza dice así:

 

 

No daré cuerda al contenido de la nota, pero sí quiero aclarar que Manuel Fernando jamás envió texto alguno a este editor sobre el asunto que anuncia el titular. Y de paso, igualmente aclarar que el susodicho es colaborador de esta casa editorial, no su director editorial, el cual para bien o para mal también c’est moi.

Por lo demás, ayer mismo, luego que el colega Armando Briones me informara del sainete, tuve a bien manifestar la posición de este medio en el post de referencia, dando pie al siguiente intercambio, que en eso quedó hasta las diez horas de este lunes 14 de marzo:

 

 

Por su parte, ayer mismo López López (no «López Escárcega», como publicaron) me envió -ahora sí- la siguientes líneas que hablan por sí solas:

Aclaración a una infamia

Desde el año de 1986 en que me dieron “la alternativa” –en términos taurinos—para debutar en el periodismo cubriendo la sección deportiva en mi amado e inolvidable periódico El Sonorense y, a las órdenes de Jesús Arturo Llánes Camacho(+) siempre lo hice guiado con ética profesional; si en el camino lastimé a alguien, tuve a bien ofrecer disculpas y respetar el derecho de réplica.

Jamás usé el recurso de los cobardes: el vil anonimato, escudarme en nombres falsos para difamar, mentir o insultar; algo muy en boga hoy en día, donde abundan los advenedizos del periodismo, aquellos que de la noche a la mañana armaron un “página de Facebook” , sin haberse gastado las suelas de los zapatos en busca de la información.

Hoy, hace unas horas, uno de los pertenecientes a dicha cofradía, en forma por demás burda, firmó un texto en contra de la señora Wendy Briseño Zuloaga, titular de la Secretaría de Desarrollo Social de Sonora, cobijándose en “Las Noticias de Sonora” y, “cabeceando”: “Se truncan las aspiraciones de la Guendy –sic—Briceño por ser alcaldesa de Hermosillo o senadora por Sonora”.
De principio a fin, la citada columneja, es todo un insulto a la redacción; si algo he cuidado en mi trayectoria es precisamente esto y, el imbécil que hizo lo anterior todavía se atreve a “cerrar” el texto con mi socorrida frase en latín: “!Alea jacta est!”.

Cuando nos veamos en la fiscalía –porque ya se quién fue el autor – le preguntaré el significado de la misma; obvio que no lo sabe y, de ser lo contrario, desconoce el contexto histórico en que se dio dicha frase.

Aclaro y preciso: a esta funcionaria estatal –Wendy Briseño—la conozco únicamente por fotografías derivadas de su quehacer público; jamás palabra alguna hemos intercambiado; no ofrezco disculpas porque jamás daño alguno le causé.
Únicamente señora, no soy ese “Manuel Fernando López”; no pertenezco a la cofradía de cobardes y advenedizos.

Ahora sí. “¡Alea jacta est!”

Sin más qué decir, me despido dejando para ustedes, señora o señor lector, las interpretaciones que el caso pudiera generar.

ATENTAMENTE

Benjamín Alonso Rascón

DIRECTOR EDITORIAL DE CRÓNICA SONORA

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

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