Mi primer encuentro con Bibiana Caro ocurrió en febrero de este año:
Bibiana: Hola
Benjamín: (Sonrisa)
Bibiana: Y tú, ¿quién chingados eres?
Benjamín: (Cara de idiota)
Era la primera vez que la veía en mi vida. Aún más, era la primera vez que cruzaba mirada y palabra con ella, y así de rápido ya me había subido y bajado el autoestima de un trancazo. Afortunadamente, para mi causa, se trataba de una línea de Sintonía de los que soñaron, laboratorio escénico de Edgar Véjar interpretado por Bibiana, Mayra Ríos y Mario Lagarda. La interacción con el público es parte fundamental de la obra y yo caí redondo cuando Bibiana me miró fijamente a los ojos y soltó el «hola».
‘Sintonía de los que soñaron’ (Bibiana al centro) en el Foro de Bellas Artes de la Universidad de Sonora.
Febrero 23, 2017.
Días después repetí Sintonía y más tarde asistí a Blanco y Negro (andaba muy danza), coreografía en la que una pareja llamó mi atención: eran Bibiana y Gustavo Salcido. Su limpieza, frescura y porte me hicieron reparar en la Bibiana intérpete, tal como se lo comenté esa misma noche a su colega Mayra.
-¿Qué te pareció Blanco y Negro?
-Me gustó mucho la primera parte, especialmente el trabajo de Bibiana y su compañero.
Finalmente, el 21 de abril presencié Plagio, coreografía que abrió en forma el 25 Desierto para la Danza. Ahí estaba yo, un poco atolondrado, cuando una de las figuras humanas sobre el escenario me toca y de a poco fui clavando mi mirada en ella. No tenía nada de espectacular, se los aseguro, sino que poseía un algo que me atrapó. Al cabo de unos segundos me pregunté si era Bibiana y al salir del teatro lo confirmé en el programa de mano. Camino a casa seguía con las imágenes en mi cabeza y de pronto una epifanía, de esas que terminan en artículos o entrevistas.
Bibiana reconoce el remodelado Foro de Bellas Artes, previo a la entrevista.
«Desde muy chiquita mi mamá me metía a clases de danza»
Bibiana Caro nació en Empalme, Sonora, el año de 1993. En su casa es la niña sándwich: la de en medio y la única mujer de tres hijos. Sus padres, especialmente su madre, son pieza clave para entender el ingreso y ascenso de Bibiana en el mundo del arte.
-¿Cómo inicias en la danza? ¿Entrando a la universidad o desde antes?
-Esa sí es una larga historia (risas). Bueno, no larga. Desde muy chiquita, 9 años, mi mamá me metía a clases de thaitiano y de hawaiano. De alguna u otra manera había estado en un templete, en un escenario. Más en un templete. Entonces yo dejo eso y mi mamá me vuelve a insistir unos años después: «Abrieron una academia en Guaymas y me dicen que está muy bien». Y yo: «No, no quiero, ya no quiero». Y ella: «Ándale, prueba». Y yo: «Está bien». Y entré.
“Ahí ya tenía quince años. Voy, me gusta, nos ponen cosas un poco distintas, como una especie de jazz donde nos ponían calentamiento y ahí me empezó a llamar la atención. ¿Por qué? Porque en los estiramientos que nos ponían… Yo era tiesa. Así, lo voy a hacer. Muchos no me creen por mi elasticidad de ahora pero yo hacía así”:
“Y todo fue por mi curiosidad, mis ganas. Yo decía: ‘Yo me quiero estirar como se estiran todas, así hasta abajo’. Entonces yo insistí y empecé a respirar, y note cómo gracias a la respiración poco a poco yo iba bajando más y estirándome más y entonces me dije: ‘¿A poco?’”.
– ¿»A poco nomás con respirar»?
– Sí, precisamente. Y entonces me empezó a interesar el mundo de la danza.
En esto íbamos cuando llegó el momento de abandonar el Foro de Bellas Artes de la Unison, recinto que Nicolás Rivera prestara solícitamente a Crónica Sonora para la realización de esta entrevista. Nuestro agradecimiento para él y para la institución.
Le quedaba mucha cuerda a nuestro encuentro y nos pasamos a la cafetería Donna Bella, que a los días cerró así que no importa la publicidad gratuita post-mortem. Ahí, el reportero dijo “yo invito”, pero a la hora de pagar resultó que no había terminal para pago con tarjeta y el invitado terminó siendo otro. El viejo truco, opinará algún malpensado lector, pero nada de eso. En fin que Bibiana pidió un té, le dio su primer sorbo y retomamos la entrevista.
«Y aquí estoy, haciendo cosas que quería hacer y quiero seguir haciendo»
Hoy día Empalme es un pueblo empobrecido y Bibiana lo sabe: «se acabó el ferrocarril y se acabó todo», desliza nostálgica. Buenamente sus padres la han apoyado siempre: primero a Guaymas, después a Hermosillo. Lo importante son los sueños. Cuando me habla de ello levanta la vista como mirando al pasado. No deja de hablar pero cada vez lo hace más pausado. Sus ojos se cargan y casi escapa una lágrima. Le pregunto si ha sido un gran esfuerzo para ellos y me dice “no, no es eso sino que… disculpa”. En ese momento me debato entre conmoverme (persona) o enorgullecerme (periodista).
Hermosillo, para quienes no lo saben, está reconocido como semillero nacional de talentos para la danza contemporánea. Muchos galardones y mucha tinta dedicada a creadores y obras que han salido de esta desnaranjada ciudad. Se entiende, pues, que el ingreso a la Licenciatura en Artes Escénicas, Opción Danza, de la Universidad de Sonora, no es cosa de Ey tú. Sí, tú. Enchílame otra y sírvela de bolonia porque el chorizo brinca (“sírvela de volada”, en la jerga cholo-rural sud-sonorense).
Quizá esta bella petit con madurez de abuela lo sabía y actuó de acuerdo a las circunstancias.
-Previo al examen tuve que tomar talleres por un año aquí en Hermosillo. No quería entrar en cero.
Después de ese año Bibiana realiza los exámenes con éxito, todo un logro, y ya en clase se auto-presenta así:
-No sé nada pero estoy aquí para, precisamente, en el proceso encontrar y saber qué es lo que quiero, qué es lo que me interesa.
“Y sí, me aceptaron. Y ahora estoy aquí, después de casi cuatro años, haciendo cosas que quería hacer y que quiero seguir haciendo… Afortunadamente”, agrega con ese aire sabio que me hace dudar de sus 23 primaveras.
«Siempre habrá un espacio de libertad en la danza. Si no, hago cualquier cosa: trabajo en el Dairy Queen o en la tienda de enfrente».
-En la danza contemporánea se habla de bailarines y de intérpretes. A veces indistintamente, a veces no. Tú que te consideras, ¿intérprete o bailarina?
-Interprete creativo. Ahora con Plagio, precisamente, me acabo de dar cuenta que soy intérprete creativo.
-Porque tú estás aportando también…
-Exacto. Y creo que pongo más de mí, mucho de mí, o más bien todo de mí, para que suceda y viva Plagio. Entonces para mí eso es crear y a la vez interpretar contigo mismo, con quién soy. Reinterpretarme y volverme a interpretar. Y jugar con eso.
-Ahora bien, tú como intérprete en general, más allá de Plagio, ¿te sientes con libertad creativa a la hora de interpretar?
-Depende mucho de la obra o del director, pero siempre va a haber un espacio de libertad en todas las obras, sin importar cuál sea, para vivirla y experimentarla al momento de hacerla. Si no, hago cualquier cosa: trabajo en el Dairy Queen o en la tienda de enfrente. Si voy a hacer lo mismo todos los días…
“Sí hay coreografías en las que los movimientos están fijos. Hay otras que no, que simplemente hay algunos parámetros o indicaciones. Premisas que hay que seguir. Y hay otras que son muy abiertas. Pero dentro de todas ellas siempre hay un espacio que es para ti, para tu imaginación y para crear el movimiento”.
«¿Qué le dirías a esa gente que ve a la danza contemporánea como algo exótico?»
-¿Qué te ha dado a ti, pero también que le puede dar a una sociedad el fenómeno de la danza contemporánea? Pienso en Hermosillo, donde la danza tiene una presencia importante. ¿Qué le dirías a esa gente que ve a la danza contemporánea como algo exótico?
-Bueno, primer punto: situarme. Situarme yo. Yo me considero una intérprete muy joven en todos los sentidos: en cuanto a estar en la danza; en todo lo que rodea a la danza; cómo se vive específicamente aquí en Hermosillo; a un nivel más micro, qué es la danza para mí. Entonces yo estoy definiendo mi postura a través de la danza, mi postura en la vida. Es decir, claramente tengo una postura, pero para mí todavía es muy vaga. Busco expandirla y definirla conforme a lo que hago, aprendo… y a mis intereses.
“Entonces lo que me ha dado la danza a mí es eso, claridad en mi vida. En mis deseos. Por consecuencia, al entenderme a mí –y creo que también es una cuestión de empatía- puedo entender al otro. En Party (coreografía de manufactua europea que al igual que Plagio se presentó en el 25 Desierto y en la cual Bibiana colaboró) experimenté la empatía a nivel individual como nunca lo había hecho y por lo tanto colectivo, porque la experiencia que ofrece Party es muy individual y a la vez es algo que todos sentimos, es colectivo también. Entonces al entenderme a mí puedo entender a otra persona, puedo ser sensible con esa otra persona. Y nosotros somos una sociedad, somos parte de una sociedad”.
***
Vaya este trabajo periodístico como un pequeño regalo para esa nueva generación creadora de sentido y sensaciones a la que Bibiana pertenece, esa que empezó la licenciatura en 2013 y ahora mismo la concluye. Sirva también como un asomo al mundo del creador escénico y al de la danza contemporánea, encarnados en una chica tímida que pide pausa para responder a las preguntas: “estoy organizando”, me reviraba cuando yo impaciente quería mis respuestas. Después tomaba aire y soltaba una retahíla hermosa, entre ensayo y poesía.
-¿Por qué hablan tan bonito los de danza contemporánea, especialmente las chicas?
Bibiana ríe muy a gusto y una vez recuperada la compostura me contesta lacónica:
“Es consecuencia”.
Texto y fotografía por Benjamín Alonso
Posdata
Desde el jueves pasado y hasta hoy martes tiene lugar la quinceava edición de las Fiestas del Pitic, aquí en Hermosillo. Este evento, que era el gran evento, fue rebautizado como Festival y gravemente ha perdido fuelle en lo que hace al disfrute callejero. Una pena que, esperemos, sea resarcida por nuestras h. autoridades el próximo año. No obstante conserva su fuerza cultural y es en ese marco que esta edición ha estrenado el ciclo de danza contemporánea 36º a la sombra. Ahí han estado Bibiana y compañía. Si no les ha visto hoy puede: 7 y 9pm en Auditorio Cívico, Yonke es la coreografía. Allá nos vemos.
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Felicidades a Bibiana por la forma tan bella en la que describe su relación con la danza, porque es maravilloso como el mundo de las artes y todo lo relacionado con la creación (la escritura en mi caso), se complementan con una individualidad no egoísta que le da sentido al lugar que ocupamos en este mundo complejo y al reconocimiento del otro.
Y al reportero, que intentó pagar el té, felicidades por recuperar estas voces, me fascina pensar que hay tanta gente talentosa y cargada de cosas, sueños e ideas que vale la pena conocer y recuperar. Gracias por estas historias de vida.
En serio lo intenté… Muchas gracias, Maga. Sí, historias que inspiran 🙂
Hola Magaly, gracias por tomarte el tiempo de leer y… leerme. Un gusto saber de ti, ya estoy más informada de lo que haces. Y que mejor manera de compartir que estar en contacto. Saludos!
Qué bonito hablan los de danza contemporánea.
Qué bueno enterarnos sobre Bibiana Caro. Y qué linda aproximación a la sujeta/entrevistada, querido.
Muchas gracias, querida.
Wow, dos felicitaciones profesionales de dos mujeres que no se cuecen al primer hervor.
Vamos bien 🙂
Hola Alejandra! Gracias por tu comentario, espero un día toparnos por ahí en algun evento 😀
Siempre me ha parecido interesante ver las riendas que toman distintos artistas de campos diferentes para ir armando su carrera profesional; y acá no es la excepción.
La forma en la que Bibiana cuenta su esfuerzo y dedicación me parece muy linda, más porque son esos dos aspectos lo que la han hecho crecer como danzante. Concuerdo con lo que dijo ella respecto a lo “micro” que se vive Hermosillo, pero Yo le añadiría el hecho de lo poco que se llegan a conocer este tipo de personas que demuestran que la pasión por el arte aún vive; y que gracias a este tipo de entrevistas llegamos a conocer (Que para serles sincero, ya me llamó mucho la atención el seguirle el rastro a esta muchacha).
Y recuerden: Siempre que invites a una morra a comer trae feria en efectivo.
Jajajaja Gracias por el consejo, Lalo. Y por todo lo demás.
Salud!
Hola Eduardo, gracias por tu comentario, me parece buena retroalimentación, y concuerdo que en el campo de la gestión y promoción es poco explotada y una tarea de nosotros (intérpretes, bailarines, escénicos…) prestarle más atención a ese punto. Lo tomaré muy en cuenta. Gracias.
En hora buena Benjamín, felicidades por el relato, yo no soy experto en literatura mucho menos en danza moderna pero la historia me ha conmovido, ya que refleja con la historia de Bibiana el gran esfuerzo por alcanzar los sueños… gracias por el relato, felicidades a Bibiana
A ti por comentar, Memo 🙂
Gracias Guillermo por el comentario y por tomarte el tiempo de leer. Y cuando quieras te invito a alguna función, aprovechando el espacio para acercar a más gente jajaja. Saludos
Muchas cosas he disfrutado al leer esta entrevista. Como dice Bibiana, la empatía, el placer de reconocer sus palabras y sus sensaciones. También me emociona que Benjamín nos muestre el proceso desde su experiencia como espectador hasta la publicación de la entrevista y además disfrutar de la presencia de la danza en Crónica Sonora, se abren posibilidades muy interesantes para compartir al respecto. Felicidades!
Claudia, qué gusto por tu disfrute y por todo lo demás.
Muy agradecido 🙂
Hola Claudia. Me agradan mucho este tipo de comentario porque retroalimentan y ayudan a ver cosas que uno no logra ver. Gracias por tomarte el tiempo, que ahora es un privilegio.
Muchas gracias Benjamin, por este hermoso reportaje que me hace sentir tantas emociones cada que lo leo.
Bibiana, te apoyare hasta siempre, eres grande amiga.
Wow qué lindo de tu parte, Estefanía. Muchas gracias por expresar lo que sientes tal cual es 🙂