Volar es fascinante: abrir las alas, hacerlas vibrar, apreciar el viento en todo el cuerpo, regocijarse con los seductores aromas, sentirse feliz y no pensar en nada más que solamente volar y volar y volar. Aquella tarde yo era feliz. Volaba como lo hacemos las reinas, altivas, con garbo. Nada era imposible para mí …
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