Verlo, saludarlo, abrazarlo, si es posible besarlo. Tomarse una foto con él, recordar viejos tiempos o entrevistarlo para «la de ocho». El culto que despierta Manlio Fabio Beltrones es real. La noche del sábado fui testigo y partícipe de ello en la Sociedad Sonorense de Historia (SSH), la que hacía muchísimos años no vibraba de tal modo, a decir de Rómulo Félix, nuestro enciclopédico y ultra priista cronista de Hermosillo.

 

Vino el político a esta desnaranjada capital sonorense a presentar un libro sobre el poder, de la autoría de Eduardo Robledo, invitado por la Fundación Colosio. Al menos eso dice el discurso oficial, porque la raza es muy malpensada (¿los sonorenses son muy conspiradores?, me preguntó bien curiosa una historiadora chilanga el año pasado) y pa’ pronto elabora teorías: si el libro que presenta Manlio se titula Poder ¿Para qué? ¿Por qué es tan difícil gobernar?, «seguro es un chingazo pa’ Peña Nieto». Esa fue la automática conclusión de un colega cuya identidad me voy a reservar, no sea lo tilden de complotista. Ay, nanita.

 

***

La velada dio inicio con el consabido besamanos. Llegué a las 6.45pm, ingresé a un auditorio casi full y la escena era la siguiente: un remolino de trajeados avanzaba a paso lento rumbo al presidium, las cámaras enfocando al epicentro del remolino, el epicentro saludando por aquí y por allá… más bien respondiendo a las decenas de saludos y parabienes que sus acólitos le prodigaban. Vi a muchos con una cara de emoción que no les conocía. Bueno, pensé, tampoco los sabía priistas o beltronistas.

 

besamanos

 

Esta primer parte del show se llevó sus veinte minutos fácil. Por fin todos en el estrado y el primero en hacer uso de la palabra fue el anfitrión, don Franco Becerra Boyaín y Goytia, presidente de la SSH y muy conocido por sus adornadas soflamas:

 

Bienvenidos al auditorio Armando Hopkins Durazo, sede de nuestra Sociedad Sonorense de Historia. En la década de los cuarentas, el hermosillense don Enrique Romandía Ferreira vivió con su familia en esta casa. Y precisamente en este espacio donde nos encontramos ahorita, don Enrique tenía un corral donde criaba gallos de pelea. Por ello, no me extraña que desde hace cuatro décadas, en la casona Uruchurtu, se continúen presentando finos gallos de pelea como los que hoy nos acompañan.

 

Salva de aplausos, por supuesto. Hasta yo me emocioné: «Pinchi Franco, qué bueno es pa’ ponerle crema a los tacos. Qué bueno que encendí la grabadora a tiempo».

 

***

Decía yo que el auditorio -o palenque- estaba casi lleno cuando llegué. Para cuando Franco pasaba la estafeta al siguiente orador aquello reventaba y me vino un recuerdo, después una ideota. Comparé la asistencia que hubo en este mismo espacio tres días antes (cuando una charla con historiadoras conmemorando los 150 años de la defensa de Ures contra los invasores franceses) con la de esa fiebre de sábado por la noche. El resultado es el siguiente.

charla historiadoras

libro robledo beltrones

¿Por qué tendría que ser otro el resultado de esta comparación?

Todos tenemos respuestas, sin duda. Lo malo es que la mayoría de los respondones no estuvieron en el auditorio el miércoles (el sábado tampoco, ya sé). Yo sí asistí el miércoles, en primer lugar porque el moderador es colaborador de Crónica Sonora y en segundo por lo atractivo del tema y sus ponentas.

***

El host Becerra cedió el micrófono al moderador de la noche, don Rómulo Félix y Gastélum, quien tuvo a bien abrir con la siguiente línea:

Muy buenas noches a todos. Con su venia, señor Secretario de Gobierno.

Ah, caray, ¿cómo que «con su venia, señor secretario»? Pues bueno, recapacité, será porque el secretario es su patrón. Mas luego metí reversa: «Pero Rómulo es cronista del municipio, no del estado. En todo caso que le pida venia al señor presidente municipal, que presente también está». Me dejé de cosas y seguí escuchando al moderador, cronista y «secretario de cultura del PRI estatal» (Becerra dixit).

 

 

Hace treinta y cinco años llegué a la Sociedad Sonorense de Historia, y un auditorio pletórico como el que hoy vemos, hacía muchísimos años que no sentía esa excelente comunicación sensorial que es estar todos de acuerdo con algo.

Sí, todos aquí estamos de acuerdo en que Beltrones es el ídolo de la noche. Prosiguió Rómulo:

Tengo el gusto de presentar a alguien que es parte ya de la historia política de la segunda parte del siglo pasado y del que corre. Un hombre que se ha hecho a base de esfuerzo, un hombre que se ha hecho a base de inteligencia, y que hoy por hoy puede signar junto a aquellos otros sonorenses que hicieron un México en el siglo pasado. Me refiero al licenciado Manlio Fabio Beltrones Rivera.

(Salva de aplausos)

Se los dije.

Y sí, yo también creo que Beltrones ocupa un lugar en la historia política de este país.

***

Recordando, el libro se llama Poder ¿Para qué? ¿Por qué es tan difícil gobernar? y su autor es Eduardo Robledo, presente. Los presentadores o comentaristas: Jorge Islas, Jorge Alcocer y Manlio Beltrones, todos con grado académico de doctor, cosa tan importante, menos el licenciado. Islas abrió la ronda con un análisis serio que contrastó con la algarabía de sus predecesores. Es más, dado el contexto de idolatría hasta pareció aburrido. Pero si echamos a andar el hamster veremos que no fue así.

Islas entiende que el argumento central de la obra es que «en las democracias es cada vez mas dificil gobernar», y recupera dos elementos de Robledo para sustentar lo anterior: los medios de comunicacion y las redes sociales (digitales),

que han potencializado una ciudadania que el doctor Robledo llama quinto poder, y aqui me van a permitir diferir, pues con todo respeto yo pienso que es el primer poder. El primer poder es el poder del pueblo; nosotros ciudadanos somos los que decidimos quién gobierna

Qué optimista me salió el discípulo del profe Giovanni Sartori. También dijo que este libro viene a llenar un vacío en lo que hace a literatura sobre la construcción del poder: así en la producción nacional como en la regional.

***

A Jorge Alcocer quizá lo recuerden por sus participaciones en el noticiario de Carmen Aristegui en MVS Noticias. Según yo, destacaba por su análisis desapasionado, a diferencia de la tríada Meyer-Dresser-Aguayo, pero aquí vino a demostrar lo contrario. Se la llevó presumiendo su amistad con el de Villa Juárez. Que mi amigo Manlio pa’ llá, que mi amigo Manlio pa’ cá.

Siempre es grato evocar aquellos años con Manlio Fabio Beltrones: de candidato, luego de gobernador, muchos proyectos. Sonora fue para adelante en ese sexenio, como lo fue después y como lo va a seguir siendo. Una Sonora de progreso, una Sonora que va a ser buena para sus habitantes.

 

 

Del libro habló maravillas, como no podía ser de otra forma viniendo de un «amigo» del autor, del co-presentador y de «Donaldo» (LDCM). Al igual que Islas, Alcocer celebró que Robledo -Eduardo, el autor del libro- pondere el poder de la ciudanía a través de las redes sociales como el quinto gran poder, «como un poder de veto. Porque hoy el ciudadano puede decirle NO al político de inmediato»… Ok, está bien.

***

Posterior a Alcocer habló el autor. Cosa extraña cuando restaba un comentarista, pero así es esto de la polaca. No obstante, de Robledo ya hemos hablado mucho en voz de sus comentaristas, de modo que yo también me lo brinco y pasamos directo al tan esperado plato fuerte de la noche.

***

El pase de voz de don Rómulo a don Beltrone(s) fue sobrio y eso se agradece. Ya al micrófono, el ex gobernador de Sonora empezó por mencionar lo complejo que es sintetizar una obra de estas dimensiones. Además,

Mis amigos saben que soy más de leer novelas, novela política. Y cómo no, se disfruta leer a Carlos Fuentes, a Mario Vargas Llosa, al mismo Gabo, Gabriel García Márquez…. Aunque nunca se coincida con ellos en sus preferencias políticas, porque son tan buenos escribiendo que quizá tardan mucho en hacer el análisis de lo que está sucediendo.

 

De inmediato reí pero me quedé solo. Ese humor como que no es para los aquí presentes, aventuré para mí.

mfbr

Luego vino un paréntesis intelectualmente espectacular, en el que metió a don Samuel Ocaña y al mítico arquitecto don Gustavo Aguilar, entre otros actores políticos que «bien podrían ayudarnos a hacer la sintesis del Poder ¿Para qué?«. Hubo aplausos sordos, nadie lo quiso -quisimos- interrumpir. Menos cuando sacó a flote la metáfora de la taza.

Recordó Beltrones que en su momento él escribió un «pequeño ensayo» que versó sobre esta misma pregunta de para qué gobernar. Lo hizo, precisamente, con el apoyo de Robledo, y fue en los tiempos en los que el PRI perdió la presidencia.

Decíamos que queríamos recuperar la presidencia de la república y nos respondíamos (sic) para qué, y decíamos para salir de la mediocridad y hacer las grandes transformaciones, las nuevas instituciones, que le den calidad a los gobiernos en el futuro.

 

Se entiende en su discurso que la cuestión no era recuperar el poder por el poder, sino relanzar una estructura estatal maltrecha, quebrada.

Y es que habíamos transcurrido todo una época, treinta años (…) viendo cómo en México algo se había roto. Algo se quebró y nosotros reaccionamos ante cada uno de esos momentos intentando pegar buena parte de lo que se había roto. Es como una taza que se quiebra y en ocasiones son tres pedazos, se pueden pegar bien; en otras son diez, quince… Pero hay momentos en los que son cientos de fragmentos que ya no logran ser pegados. Es difícil presentar la taza con tantos quiebres. Y es necesario que nazcan las nuevas instituciones y las nuevas formas de hacer las cosas.

(…)

Por ello, el libro de nuestro amigo Eduardo Robledo es un instumento necesario que estoy seguro ustedes disfrutarán para acercarse al propósito de la verdadera gobernanza, de los verdaderos gobiernos más allá de lo administrativo; en lo creativo y en lo que puede ser la transformación de un país.

Me queda claro que MFB se ve a sí mismo como un estadista. No sé si lo sea, pero qué bonito habla. ¿Remanentes del viejo PRI? Supongo. Igual un colega me dijo que ahí andaba «el hijo de Gutiérrez Barrios» y cuando lo vimos uno dijo «a la torre» y el otro «ta’ igualito».

***

Cuando Beltrones concluyó su participación el evento hizo lo propio. No hubo espacio para comentarios del público y qué bueno. Dos horas parado y media hora tirado en la alfombra me pasaban factura. Ah, y es que si llegaste temprano quién te dijo que podías disponer de una butaca. ¡Si ya estaban apartadas!

butaca

alfombra

De todos modos el diálogo político-sociedad se dio a través de los compañeros de la prensa, que ipso facto rodearon al hombre más entrevistable de sus vidas.

prensa

***

Mientras esto sucedía al interior del auditorio, allá afuera le pegaban duro a las viandas los asistentes a la presentación y los carroñeros también. Qué habrán servido, le pregunté a Morera. No sé, pero apúrate, me reviró agitado.

carroña 1

carroña 2

carroña 3

carroña 4

***

El caudal de vino parecía infinito, como eterna parecía la llegada de Beltrones al área del ambigú. La prensa no lo dejaba, primero, y los políticos y los fans, después. Le oí decir a un connotado priista: «Ni López Obrador genera esto».

Me dije «esto ya es demasiado» cuando las flores más bellas de la noche se avalanzaban sobre su persona para sacarse una foto con él (ni modo que conmigo).

damas

damas 2

damas 3

***

Finalmente el destino tocó a mi puerta. Entran las primeras notas de la Quinta de Beethoven.

El licenciado permaneció en el área de canapés de la Sociedad Sonorense de Historia todo el tiempo que le dio la gana. De modo que fotos iban y venían, además de momentos para platicar tranquilamente con sus compañeros de presidium al calor de una copa de vino.

vineando

Todo esto hizo que aquello pasara de lo épico a lo cotidiano sin darnos cuenta. Toparte con don Beltrones -sí, toparte- era un evento bastante probable. Y bueno, entre eso y entre que el comportamiento de masas me atrapó entre sus garras (la cosa es echarle la culpa a alguien), el punto es que de repente me encontraba a escasos centímetros de él tomándole otra fotografía cuando un sujeto le pide una selfie. Accedió el interpelado pero no el artefacto. No salía la foto.

selfie

Ni modo, para no añadir más incomodidad a la escena tuve que apersonarme.

 

-Le saluda un Rascón de Villa Juárez,- espeté con media (sí, Chuy) sonrisa

 

-Ándale, mira, ¡muchas gracias, paisano!– reviró con otra sonrisa y nos dimos un fuerte apretón de manos, las suyas más suaves que las mías, que ya es mucho decir, y algo tibias quizá de tanto saludar.

 

Debo admitirlo, esperaba algo más grande. Un salúdame a tu tía tal, un ¿eres nieto de don deste?… Algo así. No el escueto muchas gracias, paisano, que aunque lo sentí sincero (quiero pensar que lo sorprendí) no fue nada legendario. Yo esperaba, muy en el fondo de mí, algo digno de presumir a amigos y a familiares. Se dicen muchas cosas de su increíble memoria y de ahí mi expectativa. Pero no, salió algo más bien para Crónica Sonora. Ni modo. Pero bueno, esa noche yo también saludé a Beltrones.

 

Texto y fotografía por Benjamín Alonso (Rascón)

portada

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

También te puede gustar:

25 comentarios

  1. Excelente! MUY divertido, que buen sentido del humor, me da envidia la habilidad narrativa mas allá y más acá de las palabras, entre las fotos, los paréntesis, las notas al margen y la descripción «impecable» del suceso compartes muchísima información detonadora de un sin fin de conversaciones posibles. Gracias y felicidades.

  2. Muy buena crónica. Una critica cómica, divertida que refleja no sólo la personalidad política de don Beltrones sino también del.mundito de aduladores de una institución como la SSH, que parece detenida en la segunda mitad del siglo XX con sus rancias formas de adulación.
    Te admiro mi Benji 🙂

  3. Enhorabuena, Benja, qué divertido me ha resultado tu texto. Me gustan tus recursos literarios, pues eres crítico pero sin necesidad de «clavarte» en ello. Esa mesura me parece muy apropiada e inteligente pues es los textos hay opinión y postura, pero sin dejarla protagonizar el texto, ya que tu objetivo es hacer una crónica honesta. Admiro tu habilidad para conectar con el lector, ofreciendo siempre tu punto de vista pero no imponiendolo. Larga vida a Crónica Sonora.

    1. Híjole, qué cantidad de halagos, Miguel… Muy agradecido.

      Cómo no, larga vida para CS pero también larga vida a tu participación como colaborador (se te extraña), no se diga como comentarista (jiji)

  4. Jahahaa, comunicación sensorial, imagino el desencaje.
    Que paisano tan astuto tienes, que manera de simplificar todo con esa metáfora de la taza, aunque hubiera sido mas simbólico hacerla, con la carpa de un circo hecha trizas ¡El show debe continuar!

  5. Te felicito Benjamín y coincido excelente crónica de una visita no anunciada y en sábadazo, pero bueno eso no le quita ningún merito a tu excelente pluma y buena prosa,lo único que no observo es un comentario agudo del autor y del texto del libro,creo que nos debes algún comentario ya que el autor y quienes lo comentaron gozan de amplia experiencia política y valdría bien a bien tu opinión,un cordial saludo.

    1. Muchas gracias, don Germán, y acuso el llamado: queda pendiente examinar ese libro, que por cierto no estuvo a la venta el día de su presentación, lo cual no quiere decir que lo hubiera comprado, lo cual no quiere decir que por falta de interés.

  6. Con tu venia (si chuy) Benjamin, me doy la libertad para felicitarte.
    Leer este articulo es como caminar entre las pequeñas navajas de la critica politica.
    Mejor crónica de este evento no es necesario buscarlo, con este me basta y me sobra para seguir leyendote siempre.
    Un abrazo Benji.

  7. Una versión alternativa y simplificada de esta crónica puede ser; el capo beltroni se reúne con secuaces de Sonora para disfrutar una sesión profesional de lamer botas. Sin embargo, está muy bien escrita, al grado que mas que una buena crónica, es una excelente denuncia. Para muchos, es una pena enterarnos tan tarde que toda esa gente podrida se reunió ese día, en ese jacal…

  8. Gracias por la crónica, no tuve la oportunidad de ir. Lo importante es que al leerte me puedo imaginar o sentir el ambiente. Esa atmósfera para el cual se necesita estar preparado «emocionalmente» jajaja
    -Le saluda un Rascón de Villa Juárez
    Ni idea de cómo te salió esa frase, seguro no la pensaste!!!! te salió, de dónde?

  9. No deja de sorprenderme tu muy genuino y brillante estilo de expresión en tinta, es uno de tus fuertes querido sobrino, provocas reflexiones, interrogantes, risas, criticas, todo a la vez, y sobretodo seguir leyendo Cronica Sonora, tu atinado proyecto que haz logrado aterrizar y sostener, y de primera..Saludos

Responder a HÉCTOR Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *