Ciudad Obregón, Sonora.-

Todos conocemos a personas admirables, de esas de carne y hueso que se levantan  temprano, van a trabajar en horarios comunes, se forman en todas las filas para hacer sus trámites -nunca tienen trato preferencial, vaya- y se desarrollan bajo el manto de la cotidianidad. Probablemente no le van a escribir una biografía o filmarle una película, es más, lejanos les habrá de parecer el ser considerados como ciudadanos distinguidos en su ciudad, por pequeña que sea, o ser el protagonista de un reportaje de color en un medio informativo local. Siempre que los conocemos nos preguntamos: ¿De dónde saca tanta seguridad, confianza, energía o valentía para sortear esos obstáculos y todavía sonreír de esa forma tan liberada? ¿Dónde estaríamos nosotros si nos tocará enfrentar esas situaciones? ¿Qué y cómo se motivan? En la medida de lo posible les ponemos atención y tratamos de apropiarnos para nuestra persona parte de los secretos que los llevan a tener ese temperamento heroico. Si les preguntas sobre temas como depresión o ansiedad te dicen que no la conocen porque no tienen tiempo.

Las historias de despertares resolutivos donde los entes vacilantes y/o comunes y corrientes encuentran ese recurso interior que les reafirman sus orientaciones e ideales para enfrentar la vida con nuevos bríos y que a su vez le permiten caminar con pasos poderosos rumbo a vencer sus desafíos de vida es una recurso recurrente en las historias de inspiración, esas que le gustan a los gringos y a sus mercados emergentes en cuanto a consumo de sus productos de entretenimiento se refiere.

La película Jerry Maguire: seducción y desafío es un referente por excelencia. Habla sobre ese nuevo inventario de conciencia que experimenta un agente de una empresa dedicada a la representantación de deportistas de alto rendimiento que antepone los intereses económicos y contratos publicitarios al aspecto humano de los representados. Una noche redacta –de esas que hay mucha adrenalina e inspiración y no sabes por qué-  un documentos de intenciones,  lo reproduce, al siguiente día lo entrega y lee a sus compañeros, acto seguido es despedido pues es una amenaza a los intereses de la empresa, el desarrollo y desenlace de la  historia ya se lo habrán de imaginar o recordar pues en este 13 de diciembre se cumplen 25 años de su estreno, encuentra el amor, recupera en su único representado el amor por el deporte que practica y le consigue el contrato multianual esperado obteniendo una carambola de tres bandas. Como siempre Estados Unidos a través  Hollywood inspirando al mundo.

De un tiempo a la fecha ha habido un crecimiento significativo en el trabajo de desarrollo personal, un nicho de mercado dirían los emprendedores de la vida neoliberal: el coach de vida, ese agente quien es el que te orienta y reorienta para vivir como la persona que siempre has querido ser –por lo menos eso dicen- atendiendo todas las áreas que te integran como ser humano en lo referente a asignaturas pendientes tanto en lo físico, emocional, intelectual y espiritual. Existe  un amplio mundo de simpatizantes que le apuestan a esta estrategia como también existe un número de detractores, escépticos y críticos.

La literatura de desarrollo personal para muchos no se puede considerar como tal pues al ser motivación de microondas por su inmediatez y sencillez de sus textos -que lógicamente no estará su análisis o profundidad al nivel de El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl o El viejo y el mar de Hemingway- es otro medio para “cargar la pila” que se considera un elemento polémico y como tal habrá a quienes les gusta y lo consumen y habrá quienes no.

Socialmente está la motivación que surge de la comparación entre contemporáneos, si la persona que realiza la revisión interior está en niveles aceptables en aspectos espirituales  y emocionales se habrá de motivar e inspirar imitando las virtudes y acciones del personaje que es la unidad de análisis de lo contrario los logros ajenos se interpretarán como oportunidades personales perdidas que lo colocarán en el umbral de la frustración y manifestación de emociones negativas.

La música, un poema, la familia, el soñar despierto, la competencia formativa, la promesa a ese ser querido que hoy no está, al que está y/o al que en unos meses llegará al mundo, las necesidades individuales en las  exigencias del mundo moderno, el llamado de la voz interior a desafiarse, los temas agotados debido a nuevas etapas que se abren en el caminar de la vida, siempre será importante en el ser humano definir que lo motiva. Para vivir este mundo tenemos que provocar, recordar o inventar algo  que nos haga erizar la piel. 

Por Alex Jiménez Bazúa

Sobre el autor

Sinaloense avecindado en Ciudad Obregón, Sonora. Egresado del Itson.

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