El Instituto Sonorense de Cultura anunció el pasado 5 de octubre que «por decreto de austeridad se fusionan tres organismos al ISC»: el Museo de Arte de Sonora (MUSAS), el Museo Sonora en la Revolución (MUSOR) y la Biblioteca Pública “Jesús Corral Ruiz”, el primero con sede en Hermosillo y los otros dos en Ciudad Obregón. La centralización de la administración es una vieja práctica que trae consigo supuestamente algunos beneficios para el gobierno, los cuales pueden identificarse a simple vista y a vuelo de pájaro del modo siguiente.

Supuestos Beneficios

1.-La implementación de una política cultural uniforme, controlada y vigilada desde la oficina central del Instituto Sonorense de Cultura.
2.-La desaparición de los feudos culturales que supuestamente incrementan la burocracia.
3.-Hemos de creer que con estas acciones de «austeridad» se disminuye sustancialmente el gasto operativo, entre otras.
Sin embargo, quedan en el aire los interrogantes siguientes:
A) Mientras que siempre hemos hablado de la necesidad de descentralizar la administración federal para lograr una mejor atención a las entidades federativas, ¿aquí en Sonora se hace lo contrario con los municipios? Entonces, que alguien nos explique cómo debemos entender la municipalización.
B) ¿Existe un proyecto cultural que acompañe estas acciones de fusión administrativa, que plantee en detalle la forma moderna de administrar el patrimonio cultural de los sonorenses?
C) ¿Contratarán a personal capacitado para ello?
D) Considerando que la palabra austeridad es la que motivó esta fusión administrativa, ¿existe la posibilidad de incrementar el presupuesto de los descentralizados fusionados?

Concluyo con estas reflexiones

Es posible que el ISC se convierta en Secretaría de Cultura, emulando el modelo federal. En este sentido el Consejo Cultural Ciudadano ya expresó su posición en su Manifiesto, donde planteamos el inconveniente de copiar el modelo federal. Además, debemos suponer que las secretarías se crean con el fin de administrar los notables desarrollos de las diferentes áreas de la administración pública.
No es el caso de la cultura sonorense, que presenta todavía incipientes desarrollos. Estamos convencidos que los descentralizados son organismos flexibles, con autonomía y dinamismo suficiente como para propiciar el desarrollo cultural que necesita Sonora.
En términos administrativos, en diferentes sexenios se crearon estos organismos que ahora se fusionan, después de intensas discusiones para fundamentar su pertinencia. Con argumentos bien fundados triunfó la idea de que el ISC no contaba con suficiente fortaleza ni recursos para recibir a estos descentralizados, cuyas vocaciones ya estaban definidas y que requerían de la libertad necesaria para desarrollarse en forma autónoma e independiente.
Dos ejemplo paradigmáticos de esos desarrollos fueron, precisamente, la Biblioteca «Jesús Corral Ruiz» y el Museo Sonora en la Revolución. Por eso es justo y necesario que se explique a fondo cuál fue la razón que motivó fusionar a estos descentralizados con un organismo cuya carga administrativa aumentará considerablemente.

El sentido común nos indica que esta acción limitará las fortalezas de los organismos fusionados, por eso no terminamos de entender por qué se tomó semejante decisión.

El sentido común nos indica que esta acción limitará las fortalezas de los organismos fusionados, por eso no terminamos de entender por qué se tomó semejante decisión. En todo caso hubiera sido más atinado crear la Dirección General del Patrimonio Cultural y dejar bajo la supervisión del Instituto la cultura artística.
Es por eso que estas acciones de gobierno debieron someterse a una profunda y responsable discusión, ya que no se justifican con argumentos administrativos, a no ser que las razones sean de carácter político y electoral.
En fin, hay mucha tela de donde cortar y es una temática que en su momento debió debatirse, socializarse, analizarse y discutirse en el seno de la comunidad cultural, la cual ha permanecido ausente en la toma de decisiones que a todos nos atañen y que avalamos con nuestro vergonzoso silencio.
Fotografía de Benjamín Alonso

Sobre el autor

Profesor de Comunicación y Cultura en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora

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