La noche de anoche se presentó el libro de Juan Enrique Ramos, Bien estar. Raciones del paraíso, un canto a la vida y al disfrute de las pequeñas cosas. Ahí, el autor compartió la pregunta-inquietud que da título a esta publicación y que revolotea en los corazones de aquellos que se sorprenden felices en tiempos desgraciados. Pedimos a Ramos el texto que ahí leyó, para usted que no fue a la presentación, para usted que fue y se durmió.

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Muy buenas tardes-noches tengan todos ustedes. Es para mí un gran placer darles una cordial bienvenida a este evento, en este momento y en este lugar. Pónganse por favor lo más a gusto que puedan, relájense, respiren lento y profundo, la idea es que pasemos todos un rato grato de Bien estar, que recibamos siquiera algunas Raciones del paraíso. Ojalá.

¿Dónde estamos, por qué estamos en este auditorio, quién fue Vicente Lombardo Toledano? Don Vicente fue un ilustre filósofo mexicano, político, sindicalista, fundador de instituciones de gran relevancia en México: la Universidad Obrera, el Partido Popular, la CTM y la UGOCM. Pero también hay qué decir que estamos en un sitio especial: este auditorio, este lugar, centro de reunión, vórtice, refugio, crisol, isla de salvación, posada de los zapatistas y otros luchadores sociales… Estamos sobre la Guerrero, una calle providencial, donde hay una residencia de monjas y enfrente una casa de comercio carnal.

¿Por qué un libro con este título? ¿Por qué «Bien estar»? ¿Por qué «Raciones del paraíso»?, pregunta la gente de entrada. Hay muchas formas en las que podría abordar el contenido de este libro. Puedo decir que contiene sesenta relatos -relaxos, me gusta llamarles-, de diferentes tamaños, que describen momentos de bienestar que he tenido en mi vida o que he visto en otros; desde los más sencillos, como narrar una ducha, un baño, hasta comer una papaya, encontrar un amigo, bucear, crear, tallar, tocar música, leer, estar en la naturaleza. También contiene momentos de malestar, reflexiones y más.

Puedo decir que finalmente organicé esos relatos de acuerdo al guión clásico de una obra, que es introductio, presentatio, conflictio, desarrollo y conclutio, más un bucle necesario para incluir la función re recomendada por el pensamiento complejo… entrada, enfoque, conflicto, la hebra de Ariadna, reembobinando y salida, que son los capítulos.

He de decir que Bien estar es mi quinto libro con pretensiones literarias, en tanto que he tratado de crear arte narrativo. Literatura, pues, aunque sea anecdótico. Quizás no lo haya logrado en ciertas partes, pero en otras creo que sí, como por ejemplo en «Bienestar a bocanadas» (página 117), o en «Clásicos del bienestar» (página 90), o en «Y entonces estalló la eterna primavera» (página 97).

Tengo que decir también que el libro contiene fotos, no solo para ambientar lo escrito y llenar espacios, sino para reforzar la estética. Pero lo que más quiero destacar es el aspecto filosófico del texto. Este no es un libro de autoayuda, es muy fácil ponerle esa etiqueta. Aunque describe diversas formas de pasarla bien, lo hice a sabiendas de que para este asunto la mejor receta es la que uno finalmente crea o recrea. Hay definiciones, pistas, claro, como la de que la felicidad es la ausencia de miedo, definición concisa, llana, interesante, lacónica, útil, del catalán Punset en su Viaje a la felicidad. Pero más de fondo reside un planteamiento que rebasa lo individual, en busca del bienestar global, de la especie. Y esto es lo que aquí quiero destacar. Bienestar es lo que buscamos todos, pero muchos no sabemos cómo.

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El malestar abunda en este mundo, es lo que prevalece. Eso no lo digo yo, lo consigna Picketty, lo consigna el Papa Francisco en su encíclica Laudato si’, lo consigna la ONU en su World Happiness Report, lo consigna el pegue de la narcoliteratura en nuestro medio… Lo cual me dice, a mí, que a nivel de especie nos fuimos mal, cuando menos en términos ecológicos. Sostener lo anterior no nos hace pesimistas. Al contrario, nos permite intentar vivir de manera mejor, cualquiera que sea nuestra condición. Prueba de ello, para mí, es la existencia de Epicuro.

Filósofo del año 300 AC., combatido, denigrado… Fundador de una escuela de nombre Jardín, cercano a lo hippie, vida comunitaria… Dedicado a estar bien no solo de cuerpo, como los cirenaicos, sino de la mente también. Divide Epicuro los Placeres en naturales y necesarios: comida, techo, seguridad; naturales e innecesarios: amistades y sexo; y ni naturales ni necesarios: fama, poder, dinero; y recomienda que los primeros te salgan baratos, perseguir los segundos sin arriesgar salud y dinero, y evitar los innaturales e innecesarios porque son efímeros.

Bien estar es un tema que interesa a todos, así que uno enfoca, aporta, promueve, difunde… El escritor es el que enfoca la esencia de su tiempo.

Por Juan Enrique Ramos

Fotografíadel evento en cuestión― por Homero García

Texto leído por el autor en la presentación de su libro Bien estar. Raciones del paraíso (Editorial de Mil Agros, Hermosillo, 2016), la noche del 19 de enero de 2017 en el Centro Cultural Comunitario La Ceiba, en Hermosillo, Sonora, México.

 

 

Sobre el autor

Nómada irredento, originario de Torreón, Coahuila, en Sonora por más de 40 años. Escritor y tallador de madera actualmente. Pasajero de la nave tierra que próximamente acabalará 71 vueltas al sol.

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6 comentarios

  1. Texto estupendo, debe haber estado muy divertido, de haber sido un ejemplo de Bien estar. El libro es muy interesante, se lee rápido y su orientación es práctica, enseña a estar bien, al bien estar. Se consigue en Amazon, tanto en versión en papel como en la de Kindle

  2. Una presentacion de libro magnífica que, sin lugar a dudas, salta los límites de las convencionalidades, tal como la personalidad del autor; amena, divertida y reflexiva.

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