Elena VegaSi usted no conoce Nogales Sonora México, y nos visita en verano, debe de saber que es temporada de lluvias y que debido a la geografía de la ciudad los arroyos bajan hacia el norte de la misma en forma violenta. Resulta que habitamos en una zona montañosa, hay casas sobre los cerros y calles por las cañadas, las cuales se inundan rápida y furiosamente después de cada tormenta veraniega.
Julio y agosto son los meses más calientes y húmedos al mismo tiempo. Hay precipitaciones casi todos los días. Suelen ser tormentas momentáneas de 20 minutos, pero a pesar de ser sólo por momentos, cae suficiente agua para crear arroyos que corren a altas velocidades y con la fuerza suficiente para arrastrar carros, personas, piedras, llantas y toneladas de basura. Se deslavan cerros se tapan las coladeras y se inundan casas habitación, escuelas y negocios a lo largo de la ciudad, es un problema general.
Nogy Town es, en efecto, una cuenca. Imaginemos la figura de un árbol que su base naciera en la línea fronteriza con Nogales Arizona; de ahí tenemos dos avenidas principales que serían el tronco que crece hacia el sur, ramificándose, abriendo caminos entre cerros. En esta metáfora, algunos habitamos en las hojas del árbol en lo alto y todas las ramas son avenidas que conectan a la ciudad: cae la lluvia, el agua escurre por todas partes, bajan los arroyos hacia el centro topando y atravesando con las rejas que nos limitan con Estados Unidos.
Hay sugerencias que se deben seguir, como no transitar por algunas avenidas cuando está lloviendo, o el no atravesar estos arroyos ya que corren a gran velocidad y pudieras ser arrastrado por la corriente. Si no te la sabes, es riesgoso andar por la calle en temporada de lluvias. Es difícil hacer planes en esta época, porque la ciudad se paraliza cada que llueve, el transporte público y los taxis se detienen, las calles se inundan, el tráfico se pone pesadísimo y si eres un transeúnte casi resulta imposible llegar a tu destino sin los zapatos mojados, llenos de lodo o bañado en tierra color chocolate por algún gracioso automovilista que pase por un charco.
En esta temporada, en todas las noticias municipales aparecen circulares que tienen que ver con incidentes provocados por las fuertes aguas, como más recientemente el hecho de una persona desaparecida, la cual viajaba en una camioneta que metió al arroyo y se volcó por la fuerza del cauce, saliendo el conductor de la cabina y desapareciendo entre las aguas. Esto, añadido a las decenas de coches arrastrados o descompuestos por transitar por calles-arroyo en toda la ciudad (de lo que se deduce que el drenaje no se da abasto), hace más grave el asunto y problema nogalense de todos los años.
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Texto y fotografía por Elena Vega
