Ahora no verán sangre. Mucho menos entrañas. Los cadáveres tendidos en la arena de Dunkerque y aquellos que flotaron sobre el mar del Paseo de Calais, son mostrados como insectos que luchan por su sobrevivencia. Balas, cañones y bombas parecen aplastarlos sin piedad. El enemigo es invisible. La guerra es implacable. Aquí en Dunkerque (Christopher …
