Hermes CenicerosFrente al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) se encuentra una plaza plana que es mundialmente famosa –no tanto por el museo que esta frente a ella- sino por los skaters que llegan de todos lados del mundo a patinar. En pleno corazón del Raval la plaza de los skaters se ha convertido en el epicentro de una cultura que ha ayudado a la reactivación económica de uno de los barrios más populares de la capital catalana, pues entre sus callejones se han abierto tiendas para skaters donde venden desde tablas hasta ropa de moda urbana y donde miles de turistas atraídos por la patineta llegan a dejar sus euros.
Del lado de acá, en medio de este desierto, al skate aún se le ve como una actividad de vagos y pocos consideran que estimular su cultura pueda ayudar al rescate de espacios públicos o incluso a generar una economía local fuerte que atraiga turismo como ya lo hacen en muchas ciudades del mundo. Sin embargo, el Colectivo Skate AC es una asociación civil de skaters en Hermosillo que desde el año pasado ha decidido romper con el paradigma conservador de esta ciudad y tiene el propósito de promover la cultura skate, así como demostrar que esta actividad puede dar para tener un modo de vida digno.
El pasado sábado 21 de abril Colectivo Skate AC organizó sus primeros juegos skate para inaugurar una mini U en el Soly Park –el parque que está al lado de las oficinas de Crédito Educativo por la Olivares- y que fue donada a la asociación de skaters por los organizadores de El Picnic en agradecimiento por la exhibición que realizaron en la última edición del festival cultural. Las fotos que acompañan este texto son testimonio de esos primeros juegos skates en Hermosillo y al mismo tiempo evidencia de que esta ciudad perdida en el desierto comienza a cambiar porque cada vez entiende más que cualquier centro urbano que se presuma culturalmente activo y se respete necesita dos cosas, grafitis y skaters.
Texto y fotografía por Hermes Ceniceros
