Hermosillo, Sonora.- Así como lo leen, estimados lectores, medio siglo después de la noche de Tlatelolco -2 de octubre de 1968- los profesionales en la reconstrucción del pasado no han dado con bola. Esto, según el parecer de cuatro expertos en la materia, expresado la noche de anoche en el panel «Imagen y presencia del movimiento estudiantil del 68 (sic) en la sociedad mexicana actual», en el marco del XLIII Simposio de Historia y Antropología de la Universidad de Sonora.

El panel, uno de los mejores momentos del simposio que esta noche culmina, tuvo como expositores a Eugenia Allier (Unam), Ariel Rodríguez Kuri (Colmex) y Álvaro Vázquez Mantecón (Uam-Azcapotzalco). Atinadamente moderada por Edmundo Armenta (Unison y algún día Crónica Sonora), la mesa bordó rico en torno al movimiento estudiantil y sus secuelas en la vida pública de México. Llegado el momento de dialogar con el respetable, sustanciosas participaciones las hubo, entre testimonios y reflexiones.

Y ya mero bajaba el telón cuando toma el micrófono la doctora Denisse de Jesús Cejudo Ramos (Unison, Instituto Mora, Unam y esperemos algún día Crónica Sonora). Cejudo, especialista en movimientos estudiantiles mexicanos, espetó:

Hemos dado por sentado, en amplia literatura, que el 68′ es parteaguas de la historia contemporánea mexicana. Pero creo que uno de los problemas es que hemos llegado a leer al 68 desde sus consecuencias, y la comprensión del evento se nos ha ido. Por eso decimos, hay una tesis muy buena, que hace un análisis historiográfico sobre el 68′, y dice «Las preguntas no se han hecho. Las preguntas básicas: quiénes, cuántos, cómo»… Lo que están haciendo ustedes (señalando al panel), lo que se empieza a hacer.

Acto seguido, Cejudo puso el punto sobre la i: los historiadores introducimos y reproducimos una historia hegemónica al situar al 68′ como génesis de la historia oficial de la democracia en México, junto al 77′ (la reforma política de Reyes Heroles), el 88′ (se cayó el sistema) y el 2000 (la alternancia). ¿Qué opinan de eso?, escupió como cierre a los panelistas. Tracas. Estos saludaron la postura de Cejudo, no le refutaron ni una coma, y a mí se me pararon los pelos.

¿Cómo que el quiénes, cuántos y cómo ha sido ignorado por la memoria historiográfica? ¿O sea que ha sido exclusiva parcela del interés periodístico? ¡No la chiflen que es cantada! ¿Toneladas de tinta y papel se han pasado por el arco del triunfo el quid de la cuestión? ¿O no es el quid de la cuestión? Cierto, examinar las repercusiones estructurales del evento no es cosa menor, pero igualmente me pregunto, ¿cómo abrazarlas si la madre que las parió ha sido olímpicamente ninguneada?

En fin, nos queda un día de simposio para dilucidar este y otros desafíos cognitivos si los hubiere. De lo que no hay duda, es que la convocatoria pegó con tubo: lo mismo millenials que sesentayocheros se han dado cita en la Sociedad Sonorense de Historia para hablar y escuchar de historia y sociología (de la antropología ni sus luces).

Por desgracia, el Comité Organizador ha fallado -una vez más- en el agasajo gastronómico para con los asistentes, ponentes y panelistas, muy necesario cuando uno ha dedicado horas y neuronas a conferencias de altos vuelos y ponencias más o menos. Pero el presupuesto no alcanza -pobrecita la Unison- ni ayudándose con las cuotas de recuperación (600 del águila) que les encajan a los ponentes. Ni pensar que los pírricos ingresos de los profesores de tiempo completo les posibilite hacer una polla y comprar un ollón de tamales (sin aceitunas, no le aunque) y un garrafón de horchata o de jamaica para pasar la masa.

Ah, mis queridos burócratas del conocimiento. Y uno preocupado por despejar incógnitas epistémicas. Bien lo dijo mi amá: «Cuando hay hambre las letras no entran». Plop.

Por Benjamín Alonso

En portada, still de transmisión online by Libera Radio (felicidades por la cobertura)

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

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4 comentarios

      1. buen trabajo Benji, iconoclasta, irreverente…al 68 le paso lo que al Ché, se convirtió en figura y ahora en el tostón resurge el odio, la venganza, estuvo culero, que no se vuelva a repetir

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