Hermosillo, Sonora.-

“El humor es una cosa seria”, acostumbraba a decir Eduardo del Río, Rius, caricaturista padre de toda una generación crítica de moneros. Y al parecer no se equivocaba. Los pensamientos más sofisticados del siglo XX no suelen estar peleados con el humor, Albert Einstein es el mejor ejemplo de ello, ¿quién podría dudarlo?

Deseamos en las siguientes líneas hablar de archivos y su despreciada importancia. El lector se preguntará qué tiene ello que ver con el humor, con la comedia, y la respuesta es que mucho, y lo podemos expresar con un comentario contundente, mordaz, emitido por el comediante Chris Hardwick.

Hardwick, anfitrión del programa televisivo Talking with Chris Hardwick en AMC, expresó hace poco que “ya no estamos en la Era de a Información. Estamos en la Era de la Gestión de la Información”. Contrario a lo que creíamos, lo más importante no es generar datos, sino administrar la información para que responda a demandas sociales prioritarias.

Dicho lo anterior, vimos con mucho optimismo la propuesta hecha ayer 10 de octubre en el Congreso del Estado por el diputado Martín Matrecitos Flores. Algo que como organización no sólo es oportuno, sino necesario. Con un gran sentido de oportunidad política, Matrecitos conminó a que el Congreso apruebe un fondo presupuestal bianual para que la Universidad de Sonora impulse una maestría en “Gestión documental y transparencia”. 

Su idea, según se entiende de su pronunciamiento, es que en dos años, con un fondo bianual de cuatrocientos mil pesos cada año, la Máxima Casa de Estudios, tal como lo propone la Ley General de Archivos emitida el pasado 26 de abril de 2018, se formen los primeros cuadros profesionales para rescatar en la administración pública los archivos de concentración e históricos que se hallan arrumbados, desorganizados o en alto grado de vulnerabilidad.

Sería excelente para la administración pública estatal y municipal contar con servidores públicos formados en un programa de estudios donde el producto de titulación sea el reporte de intervención y rescate de archivos institucionales. No sólo se trata de capacitar por capacitar, sino fortalecer la memoria histórica y poder responder con base documental organizada, de acuerdo a normas y criterios internacionales, cuando alguien solicite información de lo que el gobierno trata o contrata.

La conservación, catalogación y difusión de los archivos, comenta el diputado Matrecitos Flores, no es adjetivo a las tareas de la administración pública sino algo sustantivo. No puede ser adjetiva una práctica que impide o posibilita el cumplimiento de los Derechos Humanos. En ese sentido, se trata del derecho inalienable de acceder a información pública, a evidencias que documenten presuntas vulneraciones o discriminaciones a grupos o segmentos de población.

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Por cierto, ayúdanos a seguir siendo un archivo digital (desde 2015) 

Banamex 5204 1652 3610 0099

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La idea crear un fondo financiero para que la UNISON arranque un programa de maestría que tenga como preocupación central formar servidores públicos capaces de rescatar, administrar y modernizar la gestión archivística no sólo coincide con lo expresado por el Rector del Alma Máter hace unos días, al inaugurar el II Congreso de Archivos: Gestión Documental y Rendición de Cuentas. Consideramos que ello es una demanda social justa y coincidente con el combate a la corrupción.

Coincidimos finalmente con Gil Santamaría (2010) quien afirmaba que una dependencia pública “que no cuente con ninguna política de producción, recepción, distribución, trámite, organización, almacenamiento y disposición final de los documentos, difícilmente podrá llevar a cabo una política de lucha contra la corrupción”, ya que es a partir de la ausencia de estos procesos que “los corruptos buscan la forma de infringir la ley y ocultar todo tipo de prueba” que los pueda incriminar.

Al emitir su propuesta el diputado ya hizo lo suyo, faltará vigilar ahora que las instancias encargadas de la presupuestación estatal realicen lo propio. Que la Universidad de Sonora elabore para ello el diseño de un programa formativo pertinente, y que desde los Órganos Internos de Control del Estado, las Contralorías de los Municipios y demás entes de la administración pública, se participe en el programa, no importa que sean los viernes y sábados. 

La sociedad estaremos ahí, con humor pero con mucha determinación para exigirlo. Vista así la cosa, nos congratula la posibilidad de tener en el Estado un programa de formación en archivos y gestión documental para los próximos dos años, comenzando en 2020.

Por René Villa Fajardo

Fotografía de la Dirección de Comunicación Social del Congreso de Sonora

Matrecitos en la comparecencia de ayer jueves

Sobre el autor

Licenciado en Historia y maestrante del Posgrado en Ciencias Sociales en la UNISON y miembro de Monitor Anticorrupción

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