Hermosillo, Sonora.- Tengo un primo que está muy fuerte. Hace años no va al gym, pero está muy fuerte. No tiene los mejores brazos de la ciudad, pero está muy fuerte. Sin entrenar, le gana a todos en las vencidas porque está muy fuerte. Hay un detalle que no he comentado: él es mecánico desde hace años. Ahí está la clave de su fuerza secreta. Cada tuerca quitada y puesta de nuevo para cada llanta; cada una de las balatas cambiadas, atornillar, desatornillar, ajustar, cargar, apretar, aflojar… en fin, una vida que le ha reforzado toda fibra de todo músculo y le ha costado igual sudor que a cualquier atleta.

Sucede algo similar con el voluntario. No parece, pero el voluntario es muy fuerte. Es la persona más alegre de la ciudad, pero es muy fuerte. A simple vista parece inocente, torpe y hasta ciego, pero es muy fuerte. El alma también tiene fibras y se van reforzando con cada mirada de cada niño, padre o abuelita con quienes nos encontramos. Es un entrenamiento constante que también cuesta sudor y lágrimas que deben guardarse.

Un claro ejemplo fue la fiesta del día del niño organizada por el Albergue Luis Aaron, cuya labor principal es atender a niños con cáncer de Hermosillo, el pasado 30 de abril.

Sin conocerme, me invitaron a formar parte de este evento. Llegué, conté el cuento y me fui. Sucede que la función de InfinityWar comenzaba justo después. Pero en ese breve tiempo que estuve con ellos confirmé una vez más la fuerza superheróica que tiene el alma del voluntario.

“Sé que nuestros niños y nuestras familias pasan por momentos difíciles, pero por un momento no vamos a pensar en eso. Vamos a tener presente, mejor, lo que podemos disfrutar en familia.”

Sin querer, el director del Albergue Luis Aaron, el Lic. Luis Alfonso Cota, resumió el espíritu del voluntario: trabajar con el aquí y el ahora. Mientras tú y yo estemos vivos, vamos a festejar, a cuidarnos y a pasarla bien antes de convertirnos de nuevo en polvo de estrella. Eso fue lo que hicimos.

Niños, niñas y familias enteras ignoramos por un momento a nuestros enemigos. Ellos buscan sin descanso las gemas del infinito para que perdamos la esperanza, pero superhéroes más fuertes que nuestros festejados no los hay en todo el universo, ni siquiera los Vengadores mismos.

El legado de Luis Aarón sigue vivo, sus padres se han hecho cargo de ello y su labor es admirable. Deseo impaciente una nueva invitación a cualquier actividad de su albergue, con más cuentos qué contar y más aventuras por vivir. Si te interesa contactarte con “Luis Aaron, Albergue para niños con cáncer”, puedes comunicarte con Verónica Sánchez, la directora al 6621 81 97 36 o en su Facebook: “Luis Aaron Albergue”

También, cuando estés listo para convertirte en superhéroe, te dejo mi contacto: 6622 56 64 94

¡La aventura apenas comienza! 8:o)

Por Fernando Mósinet

A continuación, imágenes del evento reseñado

 

Sobre el autor

Fernando Mósinet es escritor, maestro y superhéroe. Es voluntario con niños en situación vulnerable con risoterapia, cuentacuentos y cualquier aventura a la que lo inviten. Contacto: fernando.mawcinitt@cambridgehills.edu.mx

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