Este artículo ayuda a entender dos cosas: el nuevo fenómeno que supone la NBA, y el deporte como terapia.

Leamos a Carlos A. Gil, nuevo player en el team de Crónica Sonora.

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Crecí como un joven sin padre y diagnosticado con los demonios del déficit de atención y la hiperactividad, corría el año 2001 y mi única terapia para esos demonios fue jugar basquetbol. Dediqué horas a igualar al joven Kobe Bryant y entender este juego más allá, porque vamos a ser sinceros, todo en esta vida tiene un más allá.

El basquetbol es un deporte sagrado (no digo que sea el único), el basquetbol no es nada más que una infinita sucesión de ritmos, todo dentro de él son ritmos… Desde el botar del balón, el movimiento de pies, la biomecánica implicada en un tiro a la canasta ya sea haciendo un tiro libre o un gancho como el “sky-hook” de Abdul Jabbar o el legendario “fade away jumpshot” de MJ, mover los brazos y pies para defender un balón, dar el pase en ese momento exacto, ni un segundo antes o después, justo ahí, ayudar a tus compañeros en la defensa, jugar a la ofensiva sin balón con cortes exactos, predecir jugadas, hacer pantallas firmes y estáticas, sentir cómo el balón se acerca y se aleja cada vez, brincar en el momento exacto para generar pequeñas ventajas, adelantar el pie para poder buscar el contacto ya medido, ajustar tu cuerpo a medio vuelo. Siempre he pensado que en el deporte llegas a un punto donde es la meditación perfecta, siento haberme acercado un poco a esas sensaciones en este deporte por cortos momentos de mi vida; por eso lo digo, a la vez no dudo que en otros deportes también lo sientan y lleguen a un grado más profundo. En fin, para mí es algo así como haber llegado a un estado donde es la concentración impecable, ya que en el presente está el infinito.

¡Vivimos una época maravillosa en cuestión de deportes! En los últimos años, en todos los ellos se ha dado de qué hablar para siempre, por mencionarles rápidamente: Se han roto maldiciones, se han consagrado como gigantes algunos atletas de los que nadie esperaba nada, se han hecho imperios y se han derrumbado, se ha remontado de forma increíble casi “hollywoodesca”, han marcado época y se han retirado auténticas leyendas y personajes que nos demuestran que la capacidad física y mental humana conjugada en una disciplina es prácticamente infinita y también ha cambiado la forma de practicar deportes.

 

Las finales de la NBA no son la excepción, a pesar de siempre ser emocionantes e históricas, esta es la primera vez que dos equipos se topan en la final por tercera ocasión de forma consecutiva. El desempate es ahora, donde dos chicos nacidos en Akron Ohio (Stephen Curry y LeBron James) son protagonistas principales de esta historia, en equipos plagados de estrellas y hombres clave. Vamos a estudiar un poco los equipos y las filosofías de cada uno:

Golden State Warriors es una franquicia sin precedentes, es la juventud y la nueva forma de jugar un viejo deporte, es la evolución del basquetbol y la importancia de darle un enfoque diferente al juego. Desde hace algunos años la tendencia en el baloncesto es armar ofensivas donde el tiro de tres sea una prioridad, cuando en épocas pasadas muchos equipos lo consideraban un lujo. De este modo, GSW dotado de jugadores extremadamente talentosos para disparar después de la media luna se vuelve un auténtico terror a la hora de defender ya que no hay tirador considerado malo. Basta con imaginar solamente el panorama tan desventajoso en el que te encuentras cuando tus canastas normalmente valen dos puntos, mientras que tu rival no tiene dificultad alguna para valgan tres puntos. Otro detalle sumamente importante es que Golden State Warriors recurre a un auténtico juego de laberintos para crear oportunidades de tiro completamente solas a sus jugadores estrella y hasta para poner pantallas necesitas ser extremadamente bueno e inteligente ya que del “screen game” depende la comodidad del tiro de tu compañero y un segundo que logres atorar a tu rival dentro del laberinto logra hacer la diferencia entre un tiro cómodo y uno mal tomado por tu compañero, teniendo que volver a armar una ofensiva, todo por un segundo. Derivado de esto, compartir el balón se vuelve una necesidad, se vuelve una obsesión y un estilo de juego en donde todos se divierten y generan oportunidades para el compañero, se vuelve algo fácil ganar. Me refiero a que con tanto talento y buenos tiradores Golden State recurre a confundir y enmarañar defensas de una forma espectacular, a tal grado que existen hasta tres tiros cómodos, entonces piénsenlo de este modo… podrías llegar a cubrir un tiro cómodo, probablemente dos, pero un tercero es sumamente complicado… y si lo logras ellos podrían recurrir a un pase más para desarmar tu defensa por completo; esto implica una auténtica proeza de comunicación y defensa para los equipos rivales en menos de 24 segundos que dura una posesión de balón en la NBA.

Este equipo venía de ser campeón contra los Cavaliers en la temporada 2014-2015: LeBron fue duramente criticado y juzgado por la opinión popular por no poder lograr darle el triunfo a Cleveland y por no estar a la altura en los momentos más importantes de la serie, los momentos decisivos.

Empieza una temporada 2015-2016 donde veríamos el final de la carrera de Kobe Bryant y Tim Duncan, donde también vimos cómo se logró romper la marca de juegos ganados en temporada regular de ni más ni menos que los Bulls de 1996-1997 liderados por Michael Jordan con un récord de 72 ganados y 10 perdidos. Bueno, estos Warriors llegaron a 73 ganados y 9 perdidos, es curioso que el ahora entrenador de GSW formó parte del mismo equipo de los Bulls del 96, Steve Kerr es el único hombre que ha estado en los dos equipos más ganadores de la historia de la NBA. Se les consideraba intocables, se les consideraba ganadores automáticos del campeonato y así fue hasta que llegaron las finales de conferencia del Oeste, donde el Thunder de Oklahoma City logró tener a Golden State en una desventaja de 3-1 en una serie que acabaría con el primero que gane 4. Los días estaban prácticamente contados para GSW quienes habían logrado lo increíble (destronar al considerado mejor equipo de la historia, los bulls del 96), pero como dicen los conocedores de los deportes, las probabilidades y las estadísticas no juegan, todos los partidos se tienen que jugar. Esto se los digo porque pasó algo que pocas veces se ha visto, de un modo impresionante Golden State se las arregló para ganar 4 juegos seguidos a Oklahoma City y dejar la serie 4-3 a su favor, sin embargo quedó de manifiesto que los considerados invencibles, podían perder. Por su parte, Oklahoma quedaría destrozada y sus dos grandes jugadores, uno optaría por el camino al lado oscuro y otro permanecería fiel al equipo, eso lo veremos más adelante.

Las finales habían llegado, era el momento de LeBron James para poder darle el título a Cleveland y romper la sequía de más de 50 años que azotaba a Ohio, sin mencionar que sería el primer título para la franquicia y mejor todavía le sería dado por un chico nacido en Akron Ohio. Aquí hacemos tiempo fuera y quisiera que piensen en la gloria que es darle el primer título al lugar donde naciste, ¿a poco no les da escalofríos? Pues las finales comenzaban con una frase para Golden State: “strength in numbers” o “la fuerza en los números”. Presumiendo el récord arrebatado a la historia y el dominio de ese equipo sobre el resto de la liga. Por otro lado Cleveland llegaba con la frase “Get one for the (Cleve) Land” o “Conseguir uno para la tierra” donde lo importante era llegar a la cita con la historia y consagrar el nombre para la eternidad como campeones. Las finales fueron un seco dominio de Golden State, muy superiores, la serie llegó a 3-1 y nadie pensó lo que estaba a punto de suceder. Cleveland logra empatar la serie a 3 y forzar un juego 7 por disputarse en Oakland, casa de Golden State Warriors. Fue uno de los juegos más impresionantes que he tenido la fortuna de ver, reñido hasta el último momento, dos jugadas en particular dieron curso a la historia. La primera de ellas fue una tapa sobre el tablero que realizó LeBron James corriendo desde atrás sobre Andre Iguodala, la cual levantó por completo el ánimo en Cleveland faltando dos minutos para terminar el juego y en contragolpe de GSW, donde había una clara desventaja. La otra jugada fue un tiro de tres que metió Kyrie Irving sobre Stephen Curry con 53 segundos de juego y 4 segundos en el reloj de posesión. Al final, Cleveland había logrado la odisea, ganar el juego 7 y proclamarse campeón en la NBA, LeBron había finalmente logrado lo soñado que era darle su primer título a Cleveland, era el mesías, el elegido… lo había alcanzado y tenía acceso al monte Rushmore del baloncesto histórico. Al final solo había una frase que quedó en la mente de todos, fanáticos, jugadores, TODOS y era “73 wins don’t mean a thing without the ring” o “73 ganados no significan nada sin el anillo de campeón”… y con esa frase, una sed de venganza tremenda había terminado la temporada, pero el verano y la agencia libre tenía muchas sorpresas para todos.

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Llega el verano, temporada de agentes libres en la NBA y hay uno en el que todos los ojos están puestos: ese es Kevin Durant, aquel que perteneció a Oklahoma City, aquel que junto con Russell Westbrook tuvo con ventaja de 3-1 a GSW y terminó perdiendo la serie, aquel considerado uno de los mejores jugadores actualmente. Se hicieron muchas ofertas por Kevin Durant pero solamente uno logró hacerse de sus servicios y ese era Golden State Warriors. Sí, el mismo que lo eliminó, el mismo que le arrebató el boleto a la final de la NBA, ahora se unía a ellos, se unía al lado oscuro de la fuerza, se unía a los que alguna vez había jurado destruir. Russell Westbrook, su alguna vez compañero y amigo, se quedó completamente solo viendo cómo todo pasaba.

Llegó la temporada 2016-2017, toda la gloria era de LeBron y las expectativas estaban con Golden State (fue agregar una superestrella más a un equipo plagado de estrellas). Russell Westbrook por su parte logró romper una marca que era imposible en la liga actual. Más juegos alcanzando la marca de triple doble en temporada regular, es decir anotar 10 o más puntos, 10 o más rebotes y 10 o más asistencias. Previamente impuesta por Oscar Robertson en la temporada 1961-1962, Westbrook llegó a 42 triples decenas, una más que Oscar Robertson.

Golden State llegó invicto en juegos de playoffs a las finales, por su parte Cleveland solamente perdió un solo partido. Cleveland lleva una filosofía de baloncesto más tradicional y tiene al mejor jugador del mundo en este momento. LeBron James es un prototipo del jugador perfecto de baloncesto, su físico y sus capacidades atléticas lo ponen muy por arriba de cualquier jugador en la NBA de momento. A su ayuda está el joven maravilla de Kyrie Irving, quién para mí es un prodigio a la hora de finalizar a la canasta, tomar tiros bajo presión y con poco tiempo, repartir el balón y especialmente driblarlo o botar. También está el caso de Kevin Love, un jugador impresionantemente humilde que hace la labor defensiva y reboteadora algo muy fácil para Cleveland, un tirador de tres bastante confiable y una pieza inigualable para Cleveland. Por otro lado, en Golden State hay jugadores como Draymond Green, quien se especializa en la labor defensiva, jugar físicamente y aportar las agallas al equipo, Klay Thompson es el otro tirador de tres de oficio, quien pone en apuros defensivos a cualquier equipo.

El juego 1 de las finales de la temporada 2016-2017 fue el pasado jueves primero de Junio, la serie empezó en casa de Golden State ya que tiene mejor récord de ganados en temporada regular. En el primer juego los jugadores nerviosos, los primeros tiros a la canasta fueron con fuerza excesiva o alejados del aro, incomodos y raros. A medida que avanzó el juego fueron tomando naturalidad en su trabajo y Cavs empezó bien, buscando contacto y arreglándoselas para llegar a la línea de tiro libre por medio de LeBron. Golden State por su lado fue jugando cada vez más a lo que sabe y se fue encontrado, de modo que la temprana ventaja  de Cavs fue opacada por una ofensiva inteligente y cargada por Kevin Durant quién aprovecho la timidez de la defensa de Cavs para penetrar al aro. Otro punto importante fueron los rebotes ofensivos, Golden State dominó los rebotes, facilitaron segundas oportunidades a la canasta a sus propios compañeros. Kyrie Irving lo notaba muy bien defendido por las ayudas de GSW aunque logró algunas canastas espectaculares perdió muchos balones.

El juego 2 empezó excelente con el himno nacional de los Estados Unidos interpretado por “la voz de la guitarra de Carlos Santana” (en plena era Trump). Steve Kerr vuelve a sentarse con su equipo después de 11 partidos ausente por problemas de salud y Golden State juega un “smartsketball” frustrante y ahogador, hace cambios que le permiten jugar todavía más versátil y rápido. Klay Thompson con una noche notoria a la ofensiva finalmente, logrando un porcentaje de campo de 66%, Kevin Durant con 33 puntos y Stephen Curry cierra la noche con triple doble de 32 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias. Por otro lado LeBron logra un triple doble de 29 puntos, 11 rebotes y 14 asistencias en solamente tres cuartos de juego (primera vez desde 1970 que dos jugadores rivales concretan triple doble en un juego de finales), Love hizo su parte sin embargo la serie se encuentra 2-0 favor GSW, ahora toca ir a Cleveland a ver que se tanto juega la localía en esta serie.

Las claves en esta serie son: Las bancas o segundas unidades que apoyen más van a ganar los juegos. Cleveland tiene que hacer a un lado toda la frustración que implica jugar contra GSW tanto en ofensiva como defensivamente y seguir buscando contacto ofensivo para poner en problema de faltas, vencer las pantallas y llegar a las ayudas defensivas con comunicación. Cleveland debe concentrarse en evitar permitir los rebotes ofensivos y estar mal parado a la defensa a toda costa.

Esta vez no veo claro ganador, a mi punto de vista no lo hay.  Lo único que pido es que los dioses del baloncesto nos regalen la mejor final a los fanáticos, nos llenen de buenos momentos, que motive a los jóvenes a jugar un basquetbol completo, ¿a qué me refiero con completo? A un “basquetbol total” que los jóvenes puedan hacer de todo, penetrar, tirar media y larga distancia, botar, defender, pasar, jugar sin el balón y permitir al baloncesto seguir evolucionando, está en sus manos.

Pero lo que más pido a los dioses del basquetbol es que continúen salvándole la vida y de sus demonios a niños y jóvenes, como alguna vez lo hicieron conmigo.

Por Carlos Gil

Fotografía de Getty Images

Sobre el autor

Hermosillense adoptado. Contador público, comerciante y emprendedor. Aficionado al deporte, la cultura y la ciencia. Amante de las buenas conversaciones y el intercambio de ideas.

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2 comentarios

    1. Hola Margarita!
      Muchísimas gracias por tomarte el tiempo y leer la nota. La idea es meterte justo en medio de todo y que sientas un poco la pasión…
      Un fuerte abrazo.

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