El viernes volví a la danza, tenía tiempo sin ir. Invitadísimo, me teclearon días antes, y yo respondí con un vacas flacas me lo impiden (mentira). Para mi buena suerte la invitación era completa: Das tu nombre en la entrada y listo. Ando bien, porque minutos antes de la danza me devoré unas enchiladas suizas en el restorán de los tecolotitos y al querer pagar (otra mentira) me atajaron con violencia: Cómo crees, tú eres nuestro invitado. Ya lo dijo mi amigo Joel: El periodismo no te deja lana, pero qué tal de ———-.

El sábado por la mañana lo primero que hice fue agradecer la invitación. Y es que está bueno el espectáculo que ofrece Alterados. Dije bien, espectáculo. Primero que todo el performance de los intérpretes, tan fino como atlético. Esos giros sincronizados son la onda. Esa manera de sacar el culo no tiene madres. Lo digo sin lujuria. Ignorante que es uno del día a día de estos bailarines, no puede menos que suponer las muchas horas de ensayos para llegar a esto. Eso más la formación teórica.

También decir que esto no sería lo que es sin la producción: iluminación, musicalización, vestuario, escenografía… todo encaja. Mucha culpa la tiene la sede misma, Andamios Teatro, un espacio ideal para apropiárselo según la disciplina, no se diga la danza contemporánea. Lo digo no sólo por lo que el lugar y la danza ofrecen per se, sino también por lo que viene de fuera: se escucharon cuetes estallar y parecía parte de la producción, pero era en Plaza Zaragoza o por ahí. Este fue sólo uno de al menos tres sonidos que esa noche nos visitaron felices.

Colegas hay que realizan lecturas sociológicas de la danza contemporánea. Me declaro incompetente en ese rubro. No obstante, puede que se me esté pegando algo. Sucedió que el plástico, bolsas negras de plástico, de esas bolsas grandes para la basura, aparecieron en escena. Y me puse a pensar en los indigentes, deshechos humanos de la sociedad posindustrial. Me declaro sensibilizado por la danza. Colegas hay que hubieran echado a llorar, estoy seguro.

A propósito de sentimientos, valga anotar que en algun momento de la presentación tuve ocasión de hacer mi buena obra del día:

-De acá arriba se ve mejor, le susurré a una chica que no se hallaba.

Mariza subió, corroboró, me hizo así ? y dijo “mucho mejor”

Ya a la salida, me agradece mi noble gesto y pregunta:

-¿Y qué te pareció (la coreografía)?

-Muy buena, aunque también muy larga. Hubo un momento que lo sentí como cierre, creí que ahí cerraba, quedaba muy bien. Pero no, siguió… Fuera de eso me gustó bastante.

Y a ti qué te pareció, iba a revirarle, y en eso topamos a uno de los directores. Ella lo abraza y lo felicita. Comprendí que mi pregunta era inútil y mi presencia también. Seguí mi camino al Club.

Alterados (qué hueva eso de “AlterA2”, ya dejen esas fórmulas simplonas por el amor de dios, me importa un bledo si hay hidden scripts) se presentó en el marco del programa Arte en Corto, de Andamios Teatro, los pasados viernes 8 y sábado 9 de septiembre. La coreo es dirigida por Zahaira Santa Cruz y Víctor Ledesma. Aplauso especial para Tiffany Solís y a la propia Zahaira por su interpretación. Vuelvan pronto.

Texto, foto y video por Benjamín Alonso

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

También te puede gustar:

2 comentarios

  1. Me parece muy bien que el reportero estrella de Crónica Sonora se vaya afinando como espectador de las Artes Escénicas, me gusta el ejercicio de compartir desde el sentir, desde lo que nos pasa al ser parte del acontecimiento escénico, me gusta que la palabra escrita y la imagen estén cerca de la vivencia y no del juicio, ni de la interpretación. Ese espacio de Andamios Teatro me da mucha curiosidad y ni que decir de algo en lo que que esté presente Zahaira Santa Cruz, felicidades y espero ver Alter A2 próximamente.

Responder a Claudia Landavazo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *