Antier estuvo en Hermosillo María de Jesús Patricio Martínez, “La Marichuy”, como le decimos acá en Sonora, indígena nahua, médica tradicional, defensora de los derechos humanos, vocera del Concejo Indígena de Gobierno y aspirante a la presidencia de la república por la vía independiente.

El evento comenzó a las cinco de la tarde, ante un auditorio ciertamente pequeño pero retacado de gente de todas las edades y varios medios de comunicación. Las mujeres hicimos la guardia presidencial, que consiste en protegerla en su paso, de una manera un poco accidentada porque los hombres no atendieron, no escucharon o no quisieron acatar las ordenes de los organizadores que les pedían pasar al auditorio.

-Eske keremos berla vajarze del karro

Lo escribo tan horriblemente porque así se escucha en mi cabeza cada que alguien le da por hacer lo que le da la gana en un evento que no es suyo. Pero ahorita no abundaré en las faltas de respeto micromachistas que se dieron este martes (como no guardar silencio cuando las concejalas tomaban la palabra).

Ya en el desarrollo del encuentro, Marichuy escuchaba atenta cada una de las intervenciones, escribía algo en su libreta y continuaba atenta observando y escuchando el mensaje de los otros concejales que la acompañaban, todos concordando con la necesidad de organización de abajo hacia arriba, de despertar y dejar de estar dispersos. ¿Pero cómo se logra esto si vivimos metidos con la cabeza en nuestras propias luchas?

Traemos la palabra, dijo Marichuy, no traemos despensas, ni paraguas. Mientras, el recinto reía ante una mujer que transmite mucha paz; ella se ve en paz, habla desde el razonamiento, el dolor y el hartazgo sin enojarse, comprendiendo ese México violento y caótico del que todos formamos parte. No sirve de nada la histeria, pues, si esta no se vuelve objeto de acción. Y así, sin discursos fabricados y sin titubeos Marichuy habló de lo que ella siente y ve:

“Era necesario irrumpir en este escenario político porque nuestros pueblos están sufriendo, por todos los megaproyectos que están surgiendo en territorios indígenas y que no nos están favoreciendo, nos está dañando, nos está dañando la tierra, nos está dañando los recursos naturales, nos está dañando nuestra forma propia de organizarnos, nos están dividiendo, nos están partiendo, están acabando con nuestra madre, nuestra madre tierra, la madre que nos viste, la madre que nos da de comer, la madre que nos abraza cuando morimos.

«Y nosotros dijimos no estamos de acuerdo, pero cómo lo vamos a hacer, ¿cómo vamos a hacer que volteen a ver a nuestros pueblos y vean que nuestros pueblos están sufriendo, que nuestros pueblos que fueron los originarios de este México y de este mundo los están acabando? Lo que no lograron acabar esos que vinieron a invadir nuestras tierras las están acabando estos gobiernos capitalistas, estas personas que tienen relación con el dinero, relación con gente que no quiere a los más pobres, porque si nos quisieran ya todos estuviéramos bien.

«Los pueblos indígenas no son tomados en cuenta. Sí son tomados en cuenta pero solamente cuando ocupan el voto: vienen y nos visitan y piden su voto y les dan una despensa. No sé si la despensa dura para seis años, a nosotros no… ¿De qué nos sirve a los pueblos? ¿De qué nos ayuda si después de que quedan en gobierno los pueblos están peor. Entonces dijimos vamos a participar y vamos a irrumpir en este escenario político que solamente es de los que tienen el dinero y el poder. Los que cada seis años ya saben quién va a quedar (y) solo usan al pueblo.

«Entonces dijimos vamos a participar directo, pero con la idea de que volteen a ver a nuestros pueblos y decirles que no estamos de acuerdo de que sigan transgrediendo nuestro territorio, que no estamos de acuerdo que sigan acabando con nuestra lengua, vestido, con nuestras formas de organizarnos, que no dañen nuestras fiestas, que no dañen nuestra organización que tenemos de años. Y a la vez, aprovechar y recorrer y visitar a todos nuestros hermanos, principalmente los pueblos indígenas de México, y decirles que es la hora de levantar la frente en alto, agarrarnos de la mano y caminar en esa construcción de ese México de abajo.

Marichuy junto a las concejalas de las tribus mazahua, comcaac y yaqui

«Los pueblos indígenas creemos que el día que la tierra se acabe, se destruye, nos vamos a acabar con ella y nosotros somos esos herederos de estas tierras que tenemos el deber de cuidar, cuidarla para los que vienen atrás. ¿Cómo? Reforzando nuestras comunidades, nuestros barrios, nuestras colonias, nuestras regiones, reforzando nuestro México. Por eso esta lucha no es solamente la lucha de los pueblos indígenas, es la lucha de todos, porque si los pueblos indígenas se afectan se van a afectar todos.

«Por eso nuestro caminar es un llamado a que juntos tenemos que construir un México desde abajo, tenemos que construir ese poder real que solamente se va a dar si abajo estamos organizados, no esperemos de arriba, no va a venir de arriba. Nosotros los pueblos indígenas, en más de 500 años no hemos visto cambio; al contrario, hay destrucción y muerte, hay un exterminio. Es encarcelamiento, es desaparición de hermanos que luchan…

» Y creemos que estos problemas no son solo de nuestras comunidades, también están en las ciudades y una muestra es aquí cómo los niños que fueron muertos y quemados en esta guardería (ABC) y cómo si nada pasara, y no hay justicia y no la va a haber porque nosotros no les interesamos a los de arriba. Ellos, los de arriba que tienen el poder y el dinero, están pensando pero solamente en cómo hacer más dinero a costa de todos nosotros.

«Esto solamente va a cambiar si nos organizamos, si empezamos a creer entre los que tenemos al lado, las mujeres, obreros, doctores, maestros, los estudiantes, los jóvenes. Y nuestro llamado es a que esta construcción se va a dar y se tiene que dar de manera conjunta entre hombres y mujeres, no puede ser ya la lucha solamente de hombres, tiene que ser también la mujer, tiene que participar en este proceso de reconstrucción, si no participa la mujer no sirve esta reconstrucción y no es porque el hombre valga menos ni la mujer, sino porque tiene que ser una lucha conjunta. Tenemos que participar ambos y tenemos que ir reconstruyendo este México desde abajo.

«Por eso los pueblos indígenas estamos luchando por todos y hemos decidido participar en esto. No tenemos experiencia, pero no se ocupa porque no queremos llegar arriba a ocupar la silla presidencial, esa silla está maliciada porque todos se pelean por ella. Nosotros queremos construir algo nuevo, donde el pueblo sea el que mande y el gobierno sea el que obedezca. Y solamente lo vamos a lograr si nos organizamos, si podemos llegar y ponernos de acuerdo. Porque nos han hecho pelear, llegan los tiempos electorales y estamos peleados hasta en la misma familia, porque somos de un color o de otro y ellos a gusto allá riéndose porque ven que nos estamos peleando y eso es lo que quieren allá.

«No les demos gusto, busquemos la organización abajo, con nuestros vecinos, con los que viven cerca, pensemos juntos cómo le vamos a hacer para reconstruir este México de abajo. Entonces, lo que les traemos es solamente la palabra, no les traemos cachuchas, camisas o paraguas; lo que traemos es la palabra que nos mandaron decir que tenemos que organizarnos, porque viene una tormenta fuerte y esa tormenta va a llegar después del 2018 cuando ya todo haya pasado y quede quien quede. Es esa la invitación, tenemos que sembrar esa semilla, tenemos que hacer que germine y crezca para que llegue a dar fruto y llegue a florecer y solamente lo podemos hacer nosotros, no lo esperen de alguien más, en nosotros está ese cambio y si lo queremos vamos empezando o donde ya está vamos reforzando, pero no nos quedemos quietos porque allá arriba están avanzando. Entonces, pues, hermanos y hermanas, esa es la invitación… Para juntos poder derrocar este sistema capitalista que nos está acabando a todos, si están de acuerdo, entonces caminemos juntos en esta construcción. Gracias, hermanos”.

Acabado su discurso, la gente aplaudió, salió a firmar y se dio por concluido el evento. Después la Red de Apoyo, junto con Marichuy y la gente que la acompaña, nos fuimos a la Casa del Pueblo instalada en la colonia El Mariachi. Entre cantos y bailes indígenas, copal, olor a pozole, diálogos entre los pueblos y un ambiente de fiesta continuó la velada.

Danzantes y músicos de la tribu yaqui preparan la danza del venado en reunión posterior a la aquí reseñada

Me acerqué a ella sin ninguna hazaña ni esfuerzo, sin que nadie “me quitara”. Comprobé lo que ella ya me transmitía cada que veo alguna entrevista o discurso de ella: esta señora no tiene máscaras, al igual que los concejales que la acompañaban. Cuando algo no es autentico se nota, por eso ella mira extrañada a los medios cada que le preguntan por qué no se une a López Obrador y pide una secretaría, o cuáles son sus propuestas de campaña. Se ve que no entienden nada, se les nota que no la escucharon o hacen oídos sordos, porque su candidatura no se trata de eso y por eso pocos entienden la importancia de Marichuy en las boletas electorales.

Marichuy y yo conversando sobre la importancia de organizarnos todos juntos sin distinciones

Chicxs, observen para atrás y para adelante, México se vuelve cada vez más caótico. El descaro de la clase política sobrepasa mi entendimiento, nos creen estúpidos porque nos hemos comportado como tales (aunque nos duela) y esto no va a mejorar si los mexicanos no nos ponemos “al tiro” de las circunstancias. Yo veo la candidatura de Marichuy como una revolución pacífica con un claro mensaje a los políticos: nunca más un México sin nosotros y aquí colamos todos los que nos sentimos hartos, agraviados, colapsados de todo y de tanto.

Así que si tú eres de estos y te quieres unir a este mensaje de unión y acompañamiento, te invito a que firmes. Y si quieres hacer algo más, a que te registres como auxiliar y tú también recabes firmas. Se hace por medio de una aplicación y no estás obligado a cumplir con algún tipo de “cuota”, lo puedes hacer de manera independiente y juntando firmas con tu familia y amigos, se necesitan muchas manos y entender que cada uno de nosotros somos el cambio que anhelamos. Regístrate como auxiliar en esta liga y baja la aplicación del INE Apoyo Ciudadano (disponible para celulares) e incomodemos juntos a todos los que nos han ignorado históricamente. Vota por quien quieras, firma por Marichuy.

Texto y fotografía por Lucía Torrero

Sobre el autor

Lucía Torrero nació en Hermosillo el año de 1984. Es egresada de la Licenciatura en Letras Hispánicas por la Unison y escribe en Crónica Sonora, a veces sobre las mujeres para que la lean los machos.

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