La daga del Duqe de Otranto se estrena en Crónica Sonora, a escasas horas del Día D

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“La marquesa no tendrá buen clima para su viaje”

Luis XV

Desde los aposentos de mi chateau, alejado del bullicio de las urbes y de los malos humores que lo pueblan, redacto estas líneas que se nutren de la comunicación permanente con mis fieles informantes alrededor del mundo.

Brindemos por ello.

Acuso  recibo del estado de Sonora, en el norte de la república mexicana, de 12 mensajes con el tema de una conocida periodista que participa en la campaña política por el senado de la república de aquella entidad.

Por lo que leo, percibo que el espacio que su imagen ocupa en el panorama nacional es claramente insuficiente para su grandeza. He leído con atención sus declaraciones y  me parece admirable su filosofía: “ Que sean humildes… los que así lo decidan”. ¡Gancho al hígado graso!

A la marquesa sonorense la vida le reservó las terrazas superiores a las que solamente accede la clase privilegiada de los 300. Así que, allende los mares, visualizo con luz meridiana que luego de triunfar en las urnas el 1 de julio, continuará con sus botas federicas y su verbo encendido en la tribuna del senado, actuación que tendrá como destino cierto la silla del águila con la avasallante admiración de sus millones de seguidores, a los que me he afiliado.

La debo felicitar públicamente, pues propios y ajenos debemos reverenciar a la mujer que en el 2024 está llamada a tomar las riendas de México.

Su éxito no sido producto del azar, ni de ayudas innecesarias. Ella es lo que los británicos llaman con justicia, a self-made woman. «No cualquiera, no cualquiera», diría quien sufre de ecolalia.

Según me informan, lo suyo ha sido la superación constante, así que revisemos su centelleante trayectoria: de un paso fugaz por las aulas universitarias pasó a las pantallas de la televisión regional. Del confort de los colchones Simmons transitó al matrimonio y de ahí emprendió un vuelo directo a la urbe azteca, pues  la encomienda laboral de su pareja exigía cambiar de residencia.

No se ofrece aún el servicio Air France en la capital de Sonora, así que ante la imposibilidad de abordar el Concorde, como hubiese sido lo propio, hubo de aceptar -con ciertos remilgos- que su esposo le consiguiera boletos en primera clase en un Boeing 787 de Aeroméxico.

Se abría en cinemascope el mundo que tanto había ansiado. Consciente estaba -vaya visión- que las ansias deben saciarse… a plenitud. Ahhhh que dicha la suya, quien fuera ella.

¿Departamento en la Condesa? No.  Nada de estrecheces, no. Modestias tampoco, así que le exigió a su enamorado tomar la chequera y buscar departamento en Las Lomas, en San Ángel,  o cuando menos en Polanco, pero eso sí  con un flamante Mercedes Maybach del año a la puerta, porque eso de conducir en la capital Tsurus blancos, tomar  taxis en la esquina o treparse al Metro y apretujarse con el pueblo… ¡Eso no, compréndanla! Esas humillaciones no corresponden  a su  refinado linaje.

Su arribo a la televisión nacional fue producto de su esfuerzo y su reconocido talento para escalar peldaños. Reconozco su agudeza para descubrir a tiempo que su esposo, lejos de profesarle amor y respeto, buscó aprovecharse de su juventud y su inteligencia para aviesos fines políticos, como lo declaró ella en cadena nacional.

¡Por Dios! Una vez más la comprendo, y además la justifico: es pesado escalar la cima del éxito cargando una losa de granito en la espalda.

En ese lapso sufrió un lamentable atentado que afortunadamente solo lesionó un vehículo oficial pero no su humanidad. ¡Vaya susto que sufrió la nación entera! Con el alma en un hilo, y pegado a los televisores el país entero, atestiguó la alarmante noticia: La reconocida periodista sufre atentado, decían los titulares.

“No a cualquiera, no a cualquiera”, diría una vez más el afectado.

La maternidad es un legítimo anhelo de la mujer, así que su deseo se cumplió con su segundo matrimonio. Cubierto el consabido aparejamiento carnal, y ya con su bebé en los brazos, logró su objetivo y sucedió lo inevitable, se divorció nuevamente: “Había que cerrar el libro para jamás volverlo a leer”.

Las experiencias ajenas también dejan lecciones, la de ella es un legado para los divorciados: “Nunca han sido buenas las primeras partes y menos las segundas”.

Pero abreviemos, para no agotar al lector.

En 2018  apareció una nueva aspiración: llegar al senado por Morena, pero con una rotunda condición que confirma su entereza: “ ¡Andrés Manuel no será mi jefe!”. ¡Los timbales y  las trompetas se escucharon sonoras hasta casa de La Chingada!

Eso es lo que los ciudadanos exigen en estos momentos: políticos soberanos que con su  talento marquen una saludable distancia del poder presidencial.

Analicé las imágenes que me envían en las que se ve la agreden ferozmente sus adversarios. Me alarma la tecnología de video que convierte en realidad lo que no lo es. Dudo que ella haya afirmado que los periodistas, sus compañeros de profesión – algunos de ellos sus tutores-,  sean “comentócratas”, eso es un infundio más de la manipulación cibernética, un doblaje malévolo de voz, puesto que estoy enterado que de su boca solo afloran vocablos con aroma a lavanda y no la nauseabunda expresión pulquera que le achacan.

“Comentócrata”, rara, muy  rara  palabreja que denigra al gremio periodístico y que de inmediato busqué infructuosamente en el Diccionario de la  Real Academia de la Lengua Española. ¡Vaya infundio!

Lo cierto es que la marquesa de Sonora está en  campaña, por ello acude al recuerdo el lema del más neurótico de los candidatos presidenciales de la historia mexicana: “¡Arriba y adelante!”

Y  como derivación de aquel grito de guerra y para evitar el plagio le sugiero a la candidata adoptar este lema: “¡Ni para abajo, ni para atrás!”.

Que no la arredre ninguna amenaza. Que nadie se atreva a opacar su fulgurante imagen, ni a mucho menos manchar de tinta  su impecable palmarés, porque al atrevido – y lo advierto- lo partirá en dos un poderoso rayo divino.

Marquesa de Pompadour:

Continúe como va. No escuche necedades ni permanezca callada, de rienda suelta  a lo que le dicte su conciencia.

Le juro, postrado ante la  Señora de Lourdes, que su futuro político tendrá el destino de La victoria alada de Samotracia, que en el descanso de la escalinata central del Museo del Louvre luce su nívea belleza, aunque sin su testa…

Bonjour, Madmoiselle.

El Duque de Otranto

Finistère, Francia, a 23 de junio de 2018

Sobre el autor

El Duque de Otranto es un noble centrado y normalmente ecuánime, aunque para quien lo provoca tiene a su alcance una daga que suele hundir poco a poco en el costado de sus víctimas hasta donde se lee Solingen

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