El señor Moncada registró discursos y levantó testimonios entre los marchantes (sic) para llegar a una conclusión sin ambages.

Léalo, discútalo

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El día de ayer miles de personas en diversas ciudades del país tomaron las calles, a convocatoria del Frente Nacional por la Familia (FNF), para manifestarse en contra de los matrimonios igualitarios.

 

La marcha en Hermosillo, que se estimó en los medios entre 15 mil y 5 mil personas, partió cerca de las 7 de la tarde desde el parque Madero y culminó en la explanada del teatro Emiliana de Zubeldía sobre la calle Pino Suárez. La organización, pulcra y bien estructurada, con voluntarios asignados a tareas específicas como seguridad y propaganda, podría ser la envidia de cualquier movimiento social.

 

Aunque el evento fue promocionado como una iniciativa de la sociedad civil, el grueso de los participantes pertenecían a las iglesias católicas y evangélicas de la comunidad, así como de los estratos sociales más pudientes. Niños, jóvenes y adultos de todas las edades ataviados de blanco portaban carteles previamente impresos con frases como “Todos tenemos mamá y papá” y cargaban mantas que rezaban “Di no a la ley Peña Nieto contra la Familia”. A lo largo del trayecto de una hora lanzaron consignas alegres como “la familia unida / jamás será vencida” y “se ve / se siente / la familia está presente”. Dos hombres y una mujer iban a la cabeza y rezaban el Ave María mientras sostenían en lo alto imágenes de la virgen de Guadalupe y de Jesucristo.

 

 

El movimiento conservador sonorense llevaba una sola consigna de lucha: la defensa del matrimonio y de la familia tradicional, finamente cubierta por un halo de intolerancia. Al preguntarle a varias personas qué opinaban sobre las críticas de que la manifestación promovía el odio contra la comunidad LGBTI, la respuesta era prácticamente la misma: no estamos en contra de alguien en particular y nos oponemos al matrimonio igualitario porque sencillamente no es natural.

 

Francisco Manuel Duarte, representante del Frente Nacional en Sonora, comentó que “no es contra ellos nuestra lucha… Nosotros entendemos que ellos (los homosexuales) también quieren realizarse como personas y quieren tener sus derechos garantizados”.

 

Duarte afirmó que tienen “hermanos, primos, parientes que son gays y nosotros como familia los defendemos a ellos de las agresiones y del bullying que han sufrido. Ellos se pueden unir, tienen esa libertad, nada más que lo que nosotros peleamos es que la figura del matrimonio crea otros derechos. No todas estas personas están de acuerdo en adoptar, hay algunas personas que sí, pero no toda la comunidad lésbico gay está de acuerdo en adoptar”.

 

Los jóvenes Sebastián Moreno, Rafael Montes, Andrés Félix explicaron que no están en contra de alguien “decida” ser homosexual, ya que estas personas “pueden ser pareja, nadie está en desacuerdo con eso, pero casarse es otra cosa. La adopción de hijos no es correcta, no es natural tener dos papás o dos mamás. Es un padre o una madre… el niño pensaría que ese es el modelo de la familia, cuando va contra la ley natural”.

 

Sebastián, Rafael y Andrés se dijeron opuestos a que “le implantes la homosexualidad a una persona”, ya que el niño podría verlo como algo normal. Y al ser cuestionados sobre qué hacer con los niños abandonados que viven en la calle, los entrevistados aseguraron que hay muchas opciones disponibles, como los orfanatos del gobierno “donde los pueden cuidar”.

 

A lo largo del mitin participaron varios oradores, como Ignacio Peinado Luna, líder de la Unión de Usuarios, quien pronunció uno de los discursos más agresivos:

 

-No se está discriminando absolutamente a nadie. Defender a la familia, a lo más sagrado que tenemos no es bajo ninguna circunstancia discriminar a nadie. Se respeta, por supuesto, a todas las personas porque somos seres humanos, pero el respetar no quiere decir que estemos de acuerdo en que el Estado mexicano se meta al interior de mi hogar a decirme cómo educar a mi pequeña. Estamos en contra de esta ideología antifamilia… que quiere invadir nuestra intimidad, que quiere invadir y distorsionar la inocencia de nuestros pequeños y pequeñas.

 

Una de las oradoras finales empezó a reflexionar sobre los contenidos de los libros de texto gratuitos, donde supuestamente se le enseña a los hijos a cuestionar la autoridad de los padres:

 

-¿Qué no se supone que la educación es laica? (pierde la calma y grita desesperada) ¡¿Qué no se supone que la educación en México es laica?! ¿Si o no? (el público responde afirmativamente) ¡¿Y entonces explíquenme por qué nos quieren adoctrinar con una ideología en la cual la sexualidad sólo se trata de prevenir un embarazo o una enfermedad, sin considerar su madurez, su desarrollo, su inocencia. Familia somos todos…  yo no entiendo por qué nos quieren dividir como si fuéramos dos bandos opuestos… la aceptación no se logra enseñando ideologías ajenas a la biología, a la antropología y a la sociología… y no se vale que utilicemos las leyes para privarles de una verdad sobre su origen y pertenencia: todos nacimos de un papá y una mamá… negar esta verdad es negar tu origen y tu identidad… por favor no confundamos las cosas.

 

Media hora antes de que culminaran los discursos más de la mitad de los asistentes ya se habían retirado del evento. En lado opuesto del museo biblioteca un pequeño y desorganizado grupo de no más de cien personas, en su mayoría jóvenes, protestaban en contra del Frente Nacional por la Familia con una gran bandera de la comunidad LGBTI tendida sobre la escalinata. Como ya es costumbre, los movimientos progresistas de la ciudad, aislados y enfrentados entre sí, dejaron solos a los integrantes de la diversidad sexual, cuyas consignas eran ahogadas por las potentes bocinas, los cuantiosos recursos y la impecable organización de sus adversarios.

 

La ultraderecha hermosillense enseñó su rostro e hizo alarde de fuerza. El mensaje conservador retumbó más fuerte que nunca.

 

Texto, fotografía y video por Erich Moncada

portada erich

Sobre el autor

Erich Moncada (Ciudad de México, 1980) es profesor universitario, periodista y doglover.

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1 comentario

  1. No hay peor ignorancia que la de seguir a una cultura solo por haber nacido dentro de una.. A mi mucho tiempo me dijeron que si no cortaba el pepino por los lados y lo tallaba quedaría amargo… y así nos han impuesto miles de ideologías que «quien sabe de dónde vienen»… No es justo que se cuelguen de la imagen de Jesucristo para hablar en su nombre… la persona inteligente no se guiará por la opinión de otros… Yo no creo en lo que me han dicho de Jesucristo porque muchos hacen porquerías en su nombre… de igual manera yo no creo que un doctor sea malo solo porque una persona lo está difamando. Hay que practicar la objetividad, la comprobación, la investigación como en el periodismo..Una cosa es lo que diga «mi ama» otra cosa es lo que dicen los medios y otra muy diferente será la que diga yo a partir de mi propia experiencia… Estimado lector te invito a que cada vez que te hablen mal de una persona te des a la tarea de averiguarlo, ve, preséntate, salúdala, convive con ella, conocela y luego saca tu conclusión… de igual manera te invito a conocer a la persona de Jesucristo y no lo que han hablado sobre él, utilizando la palabra para fines aberrantes, para abuso de poder, para mofarse de la ignorancia y aprovecharse de la incredulidad, para ganar dinero…. No porque un medico sea negligente significa que la medicina sea mentira..

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