Somos una plataforma editorial independiente y el apoyo financiero de nuestros lectores resulta fundamental para trabajar en libertad

[hr gap=»30″]

Leamos las consideraciones de Argenis Valenzuela, colaborador estreno en el portal más promolector del noroeste

[hr gap=»30″]

Hermosillo, Sonora.-

Hace unos días recibí un watsap de mi amigo Paco de librería Hypatia: me informaba que el pedido de cierta editorial había llegado a la librería. Para ponerlos en contexto debo explicar, sobre dicho pedido, que por aparentes informalidades y tramites de parte de la editorial tardó más de tres meses en llegar,. Por lo anterior y debido a que en una de esas cajas estaría un libro de la Chilena Diamela Eltit, que “hace más de tres meses” esperaba yo con ansia, me apresuré en llegar tanto como puede. Cuando entré, el Paco apuntó hacia el suelo y me dijo “en esa caja está tu libro”, entendí la indirecta y me dispuse a abrir la caja y a sacar los libros para luego acomodarlos en la estantería. Me perdí tanto entre los excelentes títulos que al terminar tardé en caer en cuenta de que mi libro no estaba; cuando le dije al Paco su respuesta fue “así son estos batos, siempre me hacen lo mismo”. Me decepcioné un poco porque hace mucho esperaba ese libro, pero me contenté con otra joyita que me encontré en la caja.

Hace tiempo que vengo reflexionando sobre lo complicado que es acceder a algunos títulos y autores. He llegado a la conclusión de que a pesar de que en los últimos años se han abierto en  Hermosillo un par de tiendas de libros y una que otra librería independiente, seguimos teniendo una oferta editorial muy pobre, incluso tomando en cuenta la Feria del Libro (“FELIH”). Esto porque las grandes tiendas de libros se enfocan en lo más comercial y de moda (lo que más se vende), y a las librerías independientes las casas editoriales se las hacen cansada, les mandan lo que quieren o de a tiro no las pelan, para prueba lo que ya les platiqué.

En este punto creo prudente explicar por qué me he referido a tiendas de libros y librerías haciendo una distinción. 

Una tienda de libros por lo general es grande, espaciosa, particularmente iluminada, en su mayoría forma parte de una cadena o franquicia, sus vendedores se distinguen por estar uniformados, cuando les pides una recomendación generalmente proponen un libro de los que la página web de la propia tienda recomienda y seguramente no han leído, claro que habrá sus excepciones en que nos encontremos con alguno que haga bien su tarea y nos sorprenda con una excelente recomendación, pero no es lo común, estas tiendas normalmente se ubican en plazas o zonas comerciales y su objetivo principal es vender muchos libros, sin importar si algunos de ellos van a parar a un estante y nunca son leídos.

Por otro lado, una librería cuenta particularmente con una clara distinción, además de sus generalidades externas como ubicarse casi siempre en zonas históricas o culturales, tienen trabajadores que ejercen una profesión que hasta donde yo sé no se puede estudiar en ninguna universidad o escuela, comúnmente los conocemos como libreros, son personas con amplios conocimientos en historia, ciencias sociales, filosofía y obviamente literatura, pero principalmente con un fuerte compromiso con la lectura y la cultura. En Hypatia por ejemplo, el Paco y la Picot se encuentran siempre prestos para hacer alguna recomendación, o bien sostener una discusión sobre algún tema de interés general acompañada de una buena taza de café.

Abundando un poco más en lo que ofrece Hypatia a la sociedad hermosillense, podemos hacer mención al seminario “Ensayo de un Seminario sin Cabeza” que está siendo impartido durante los sábados de abril por Ramón Hinostroza y Beto Duarte. El mes pasado se llevó a cabo el “Benemérito Slam de Poesía” en el que más de 20 jóvenes participaron con sus Poemas Inéditos, y que fue el inicio del proyecto “Mitocondria” que busca editar y publicar un poemario con la obra de algunos de los participantes finalistas.

Con mis comentarios anteriores no tengo la intención promover que esté mal comprar un libro a las grandes cadenas, sino más bien, reflexionar sobre el significado de la lectura para los que representa un negocio y para quienes es un compromiso con la cultura y la sociedad. Tal vez, si empezamos a fijarnos más en este tipo de librerías, también lo hagan las editoriales y lleguemos a tener una mayor oferta.

Por Argenis Valenzuela

Fotografía de Paco Alonso

Insistimos que somos una plataforma independiente y el apoyo financiero de nuestros lectores resulta fundamental para trabajar en libertad. Adquiere una suscripción anual y apoya nuestra labor:

$1,000 pesos mexicanos

$100 dólares norteamericanos

(No hay límite de suscripciones)

Cuenta Banamex 5204 1652 3610 0099

Paypal

Sobre el autor

Licenciado en Administración de Empresas. Auditor en el Gobierno del Estado. Melómano. Cinéfilo. Apasionado de la filosofía y la literatura.

También te puede gustar:

1 comentario

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *