Diversos conocidos comentaristas y analistas de la oposición al presidente López Obrador, de muchos años, auguran –y otros promueven–que pronto habrá una confrontación entre el presidente Joe Biden con el presidente López Obrador en torno a diversos asuntos, como son las “energías limpias”, la nueva política mexicana en materia de energía eléctrica, el respeto a los derechos humanos, la inmigración procedente de Centroamérica, la inversión norteamericana, el combate al narcotráfico, entre las más importantes.

Pero el tema que más enfatizan es que el presidente López Obrador no reconoció pronto a Joe Biden como presidente electo y que presuntamente “apoyó” la reelección de Trump, al acudir a la Casa Blanca para la firma del tratado de comercio entre Estaos Unidos, México y Canadá, más conocido como T-MEC, o que fue utilizado por Trump electoralmente a su favor, por lo que habrá represalias de Biden.

Ese es el argumento central que esgrimen para hablar insistentemente de una inminente confrontación.

Especialmente lo hace el ex presidente Felipe Calderón, quien presume en sus redes sociales su supuesta estrecha amistad con Biden.

Sin embargo, Calderón, y sus socios políticos, hacen a un lado el hecho importante de que Calderón fue dirigente y presidente por el Partido Acción Nacional (PAN) hasta hace muy poco tiempo, lo que lo coloca más cercanamente con el Partido Republicano y no con el Demócrata, al que pertenece Biden. 

Calderón y el PAN son de filiación política conservadora, al igual que el Partido Republicano, por lo que esa idea de Calderón, y sus socios, está alejada de la realidad.

Lo cierto es que Calderón, y activistas antiAMLO, como Enrique Krauze –quien estuvo muy cercano a Calderón cuando fue Presidente de la República–, el empresario, Claudio X. González, su socia, Amparo Casar, y Héctor Aguilar Camín, entre otros, buscan por diversos medios, presentar la idea a Biden de que el gobierno de López Obrador es igual al de Nicolás Maduro, de Venezuela, que es represor de la oposición y un gobernante autoritario que quiere concentrar el poder en sus manos.

De esa manera buscarían crear las condiciones para una intervención del presidente Biden en México con el fin de “garantizar elecciones limpias y  garantías para la oposición”.

Este esquema tiene todos los visos de que se aplicará en el proceso electoral de junio próximo. No descarto que se pretenda crear en México, una figura similar a la del opositor venezolano, Juan Guaidó.

Otro de los temas que están manejando contra López Obrador, es que está “aliado” al Cártel de Sinaloa, como lo demuestra que  liberó a Ovidio Guzmán, hijo del chapo Guzmán, y saludó de mano a la madre del mismo narcotraficante.

Asimismo, sostienen que “liberó y protege” al general Cienfuegos, quien fue acusado por la DEA de estar vinculado al narcotráfico, concretamente con el grupo de los Beltrán.

Argumentan que las nuevas medidas que aprobó el Congreso de la Unión para regular más estrechamente el desempeño de las agencias de inteligencia y combate a las drogas, como la CIA y la DEA, solo beneficiarán a los cárteles de las drogas.

Este asunto es altamente complejo, pues en el narcotráfico están involucrados intereses del más alto nivel financiero, como los paraísos fiscales en los que se “lava” la mayor parte del dinero del narco.

Hasta la fecha, la verdad es que las actividades de la DEA no han logrado reducir el tráfico de drogas ni en México ni en América Latina. Colombia donde hay bases militares norteamericanas, continúa siendo el principal productor mundial de cocaína, por lo que no se entiende si es real el combate al narcotráfico o es solo un engaño al público.

Está plenamente documentado que el nazi, Klaus Barbie, quien fue protegido por los servicios de inteligencia norteamericanos, huyó de Europa, al término de la segunda guerra mundial, con rumbo a Bolivia, donde creo el emporio de la exportación de cocaína en el mundo, con el acuerdo de la dictadura militar del general Luis García Meza. Todo ello con conocimiento del gobierno norteamericano o, al menos, de los servicios de inteligencia como la CIA.

Barbie fue jefe de las SS nazis en Marsella, Francia. Bajo sus órdenes se enviaron varios miles de judíos a los campos de exterminio y de trabajos forzados en Alemania nazi. Fue un amigo cercano de Henrich Himmler, el hombre que  dio la orden para iniciar el exterminio de los judíos de Europa.

A pesar de ello, después de ser detenido por el ejército norteamericano, posteriormente fue liberado, trasladándose clandestinamente a Italia, después a Paraguay y, finamente, a Bolivia donde vivió cerca de 20 años.

Fue con Klaus Barbie con quien el narco colombiano, Pablo Escobar, negoció inicialmente la venta de cocaína, droga que llegó a Sonora en los años setentas y ochentas del siglo pasado.

La información que demuestra lo que acabamos de escribir se encuentra publicada desde hace tiempo, por lo que es difícil creer que haya un verdadero combate contra el narcotráfico de parte de los gobiernos de Estados Unidos. Si así fuera, esta información llevaría a juicio a varios ex funcionarios de las agencias de espionaje de los Estados Unidos que permitieron que eso sucediera, perjudicando la vida de millones de personas en el mundo.

Esperemos que el presidente Biden este bien informado de lo que sucede en esta materia.

Por Héctor Apolinar

Sobre el autor

Nació en Ciudad Obregón, Sonora. Periodista, escritor, exfuncionario público y exactivista. Ha ocupado diversos cargos: Director general de Educación Media Superior y Superior de la Secretaría de Educación y Cultura (Sonora), Coordinador de los campus La Paz y Los Cabos, Baja California, de la Universidad de Tijuana. Excolaborador de Lupa Ciudadana, Letras Libres, VanguardiaInfo.com y Dossier Político.

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