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Hermosillo, Son.- La mañana de ayer me colé a la rueda de prensa que anunciaba el elenco del 34 Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT), a celebrarse del 19 al 27 de enero de 2018, y primero suspiré con la noticia de Celso Piña acompañado de Pato Machete -obvi, me imaginé bailando como loco la «Cumbia Sobre el Río»- para luego decepcionarme al saber que su presentación no será el último sábado del festival y tampoco el primero, ni siquiera algún viernes. Será el jueves 25 de enero. Qué chafa.

Averigüé las razones y di con ellas: al ISC (Instituto Sonorense de Cultura) le caló la crítica recibida con motivo de la participación de Los Ángeles Azules en enero pasado. «No queremos que se nos llene como este año», dijo mi fuente, funcionario de alto nivel al interior del Instituto. Al respecto, este reportero opina dos cosas: una, no es lo mismo Celso que Azules; y dos, no es lo mismo comentar amargosamente desde Hermosillo -como lo hicieron muchas personas antes, durante y posterior al festival- que haber estado en el mega fiestón que supuso el concierto de los Ángeles y el consabido after. I was there, you know what I mean?

Por otro lado, en 2017 los dos fines del FAOT fueron explosivos: el primero con Mon Laferte y el segundo con los multicitados Ángeles Azules. En cambio, para 2018 los platos fuertes serán Concha Buika, Aleks Syntek, Lila Downs y Mijares con la Filarmónica de Sonora… No pues wow.

De aquellos dos fines a los que vienen me quedo con los primeros, no nomás por la oferta musical -quede claro que la Mon no me late pero tampoco la odio- sino por todo el movimiento que provocan: chingatamadral de gente que cae de los Obregones, Navoyork y la H, más toda la people que se deja venir de pueblos y rancherías, del Júpare a San Bernardo, de Buaysiacobe al Moroncarit. Esa raza le da tono a la fiesta y eleva la derrama económica como no tienen una idea. Encima, tiene más posibilidades de ser impactada por el arte que quedándose en casa a pistear o a ver el Abierto de Australia (ajá).

Por supuesto, el festival es mucho más que la música popular, empezando por su razón de ser, la música docta, que cada noche engalana el Palacio Municipal alamense. También hay música de cámara y recitales varios; conferencias y presentaciones de libros; performances y callejoneadas; muestras gastronómicas y espectáculos para niños. Es lo que me gusta del «Ortiz Tirado», que puedes tener un pie en el desmadre y otro en el buen gusto.

Lo que yo les recomiendo, burócratas que me leen, es que vayan pidiendo permiso, «incapacidad» o «día económico» para el viernes 26 de enero. Así se van desde el jueves y a bailar con Celso. Yo allá los espero. Vamos a boicotearles el boicot.

Texto y foto por Benjamín Alonso

Una probable colega toma video al video promocional del FAOT 2018 en la referida rueda de prensa

Sobre el autor

Premio Nacional de Periodismo 2007. Director de Crónica Sonora. Escríbele a cronicasonora@gmail.com

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6 comentarios

  1. Creo que es importante mantener la esencia del faot, como el tercer Festival operístico más importante, sin embargo en el afán de llegar al gusto de las mayorías, el año pasado perdió su equilibrio con los Ángeles azules, sin embargo creo que este año buscaron un equilibrio en ese sentido, lo cual aplaudo además del crecimiento de las subsedes a nivel estatal, nacional e internacional

  2. Me gustan los tomates cherrys solos y los canapés con aceituna negra, no soy fan del salami pero idolatro el pastrami, con su sabor ahumado en un pan de parmesano acompañado de un vino riojano.
    El faot vuelve un bathroom a Alamos, los lugareños odian ser despertados a las 4 de la mañana por el sonido de una cascada de orines en su ventana… lo bueno que los defecadores, en esas fecha, dejan todo su dinero en al pueblo por apantallar a dos que tres morritas.
    Pero un callejón bien besuqueado donde venden jugos de naranja maravillosos, me hará volver.

  3. Ay, Benja-Berenjena. No está mal, simplemente quisieron externar la jerarquía. Personalmente soy más drama y me inclino hacia la Buika y a la María Caballero, soprano y Reconocimiento al Talento joven 2018 y del meritito Navoyork. Por eso les aplaudo el orden y sobre todo la diversidad. Yo no fui de las que refunfuñó el año pasado, ventajas de la melomanía, pero sí.. super encantada con Lila Downs también. Me romperé una pierna.

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