Snowden

Director: Oliver Stone

Guión: Kieran Fitzgerald y Oliver Stone

Reparto: Joseph Gordon-Levitt, Zachary Pinto, Melissa Leo y Tom Wilkinson

 

Es muy pronto para hacer una película sobre Edward Snowden. Es muy prematuro.  El informante y ex empleado de la CIA y la NSA sigue en el exilio, sus revelaciones aún están en zona de investigación y las consecuencias de sus actos no han abandonado la polémica. La historia de Edward Snowden todavía no llega a su final.

 

Aun así, esta es una épica que cae redonda, es decir de manera natural, en la parcela de Oliver Stone. Un hecho irresistible: la exposición mundial de PRISM, programa secreto de espionaje en internet, altamente invasivo a la privacidad y que contó – según Snowden – con la complicidad de las grandes compañías capaces de extraer todo tipo de datos de los usuarios, incluyendo a Google, Yahoo, Apple y Facebook, entre otras, es y será un escándalo global. Pero, como el cubo de Rubik, es un rompecabezas no resuelto.

 

Además, hay otro problema: Citizenfour, el documental de Laura Poitras presentado en 2014 que muestra cómo la directora viaja a Hong Kong para entrevistar, durante ocho días, a Edward Snowden, mientras éste prepara la filtración de los secretos obtenidos a The Guardian y The Washington Post. Citizenfour es una cinta demoledora, hay quienes la consideran una de las mayores historias de terror. Las secuencias en las que Snowden discute con los periodistas recluidos en el Hotel Mira de Hong Kong acerca de cómo dar a conocer la información, discurren con la frialdad de la caja de Pandora a punto de ser destapada. Citizenfour ganó el Oscar de la academia en su categoría de Mejor Documental en largometraje.

 

Entonces, ¿por qué Oliver Stone decide producir y dirigir Snowden? Probablemente por alguna de estas conjeturas.

 

La atracción que Edward Snowden ejerció sobre el director. Como Ron Kovic (Tom Cruise) en Nacido el cuatro de julio (1989), Snowden es un patriota, conservador y defensor del establishment que, después de una experiencia traumática – Vietnam, en el caso de Kovic -, se convierte en un anti héroe, en una conciencia crítica que defenderá la justicia y no necesariamente a la ley. Sin embargo, mientras Ron Kovic sufrió en su amputado cuerpo y espíritu los horrores de la guerra, Edward Snowden ni siquiera se despeina.

 

O quizás fue la sensación del gran complot y, en consecuencia, la justificada paranoia. Al igual que en JFK (1993), la participación del gobierno y otras organizaciones, ya sea en el asesinato de John F. Kennedy o en la creación de un sistema de vigilancia orwelliano, serán el motor del suspenso y la confirmación de nuestros más temidos pensamientos. Sólo que en JFK Oliver Stone sí lo consigue; en Snowden, no.

 

Aunque tal vez se impone la prosaica realidad y Stone atrapa Snowden para revitalizar, en el corto plazo, una carrera trabajada a contracorriente, señalando las fisuras en la política norteamericana en los últimos 50 años.

 

Pero aún es muy pronto para hacer una película sobre Edward Snowden. Y ahí está la mayor falla de Stone. No cuestiona, no critica. Coloca al joven experto en tecnología en el altar de los paladines, sin escatimarle un solo halago. Y un Oliver Stone que admira sin remilgos a quien sea, no es Oliver Stone.

 

Más cercano a Edward Scissorhands (Tim Burton, 1990), que supone la admiración y defensa del geek, talentoso y genial hasta el rechazo y el aislamiento por parte de una sociedad y un poder que no lo comprende, Snowden toma sin recato alguno, las mejores escenas de Citizenfour y las presenta con toques de ficción.

 

Es por eso que al concluir el argumento de Stone uniéndose con el contexto actual, desaparece la actuación de Joseph Gordon-Levitt, pues es devorado por el natural carisma del propio Edward Snowden, con más capacidad histriónica que la que podemos conceder.

 

Así, a medida que avanza Snowden, crece Citizenfour. Con la gran ventaja de su disponibilidad, el documental de Laura Poitra no puede ser superado por la cinta de Stone. El filme del director oscarizado por Pelotón (1986) y Nacido el cuatro de julio, se debate entre el thriller político, la cinta de suspenso e incluso la película romántica. Y de todas las propuestas es imposible armar una. Como cuando intentamos cuadrar el cubo de Rubik sin estrategia alguna. Exactamente igual que Edward Scissorhands: le faltaron las manos, sí, pero es eso lo que lo hace especial.

 

Snowden, un traje hecho a la medida de Oliver Stone, si tan sólo Stone aún fuera capaz de manejar las tijeras con la maestría de ayer.

 

 

Por Horacio Vidal

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Sobre el autor

Horacio Vidal (Hermosillo, 1964 ) es publicista y crítico de cine. Actualmente participa en Z93 FM, en la emisión Café 93 con una reseña cinematográfica semanal, así como en Stereo100.3 FM, con crítica de cine y recomendación de lectura. En esa misma estación, todos los sábados de 11:00 A.M. a 1:00 P.M., produce y conduce Cinema 100, el único -dicen- programa en la radio comercial en México especializado en la música de cine. Aparece también en ¡Qué gusto!, de Televisa Sonora.

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4 comentarios

  1. En efecto, es muy pronto para que asumamos el viaje de Snowden ha llegado a su fin, sobre todo tomando en cuenta que aun no vemos todos los efectos de lo que el mismo Snowden ha hecho. Si Stone no ha sido capaz de cuestionar y poner en la balanza las bondades y defectos de este personaje entonces ha reducido el potencial de lo que su cinta pudo haber sido. Lastima por el director que sin duda se ha hecho de un nombre prestigiado dentro del celuloide.

    1. Por eso es mucho mejor descargar y disfrutar CITIZENFOUR, el documental que registra los ocho días en Hong Kong donde Snowden y los periodistas de The Guardian y The Washington Post armaban los reportajes hechos a partir de las filtraciones que Snowden proporcionó. SALUDOS A CRISTHIAN PONCE, EL DEL CINE CLUB CINEGOGA, DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA.

  2. Difiero con la crítica, pues Snowden dentro de la filmografía del cada vez más desvariado Oliver Stone, se trata de un proyecto sobresaliente y complejo. Las comparaciones con Citizenfour no pueden evitarse, sin embargo creo que ambas dan el ancho como thrillers conspiranoicos, e incluso cine de denuncia que en el mejor de los casos deberían complementarse. Snowden presenta sus temas de forma contenida y al servicio de la historia, formando un todo que no se haya en ningún momento excesivo o incongruente, alcanzando cuotas dramáticas altas y al mismo tiempo haciendo justicia a la historia en que se basa. Snowden, independiente del debate sobre si es necesaria o no, se trata de una película con interpretaciones notables y un armado único, una pena que se exhibiera tan poco tiempo en Hermosillo, pero bendito regalo de los dioses del cine que se asomara en una cartelera por demás agonizante. Exijo saludos al cineclub «Carne Radioactiva» y «Club de Cine de Fisica», otros grupos excelentes que promueven lo mejor del séptimo arte dentro de la Universidad de Sonora.

  3. Por supuesto. Van los saludos para «CARNE RADIOACTIVA» y «CLUB DE CINE DE FÍSICA». Con todo gusto. Yo siempre he reconocido como una de las grandes influencias en esto de la cine crítica al «CINE CLUB PRIMERA TOMA» del maestro José Abril, Nina Mier y Socorro González a quienes admiro y respeto.

    Ahora comentaré algo que no escribí en el texto de la cine crítica.

    Al final, cuando se une la película de Stone con la realidad actual y vemos unos close ups al verdadero Edward Snowden, éste en sólo 30 ó 40 segundos, se traga toda la actuación de Joseph Gordon-Levitt. ¡Edward Snowden es un gran actor! ¿Eso no nos dice nada? En todo caso, lo que señalo es que Stone no le escatima al chamaco ningún halago, ningún mérito. Aunque en su cara, y en la cara de los espectadores, nos damos cuenta de la capacidad histriónica de Snowden.

    Por eso sostengo que es muy pronto para hacer una película. Por eso sostengo que es mejor descargar CITIZENFOUR.

    SALUDOS, Y MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS.

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