Ciudad de México.-

Cuesta trabajo interpretar en términos razonables y caritativos el desdén con que se ha referido el presidente al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y su aparente propósito de desaparecerlo como tal. ¿Rencor? ¿Ignorancia? ¿Lenguaje campechano? ¿Otra bravata “genial” para desconcertar a sus rivales? Ninguno de estos motivos es aceptable. Menos aún si son del presidente que no se cansa de repetir que “Primero los pobres”. No creo que no sepa que millones de mexicanos son excluidos de escuelas, empleos y bienes que pueden servirles para mejorar sus vidas. La discriminación (por la apariencia física, el género, las preferencias sexuales, la discapacidad física, la edad) genera pobreza. A su vez, la pobreza misma es motivo de discriminación (en espacios públicos, laborales, en el acceso a servicios). Se trata de un problema estructural; no es algo marginal ni un efecto meramente engorroso de la desigualdad y de las condiciones socioeconómicas de la mayoría de los mexicanos. Más importante aún: la discriminación provoca la violación de derechos, el daño a la dignidad, al desarrollo personal y, en casos extremos, la muerte de muchas personas: según el INEGI, en 2017 aún trabajaban en actividades económicas no permitidas 3.2 millones niñas y niños entre 5 y 17 años de edad; antes que la pobreza, las minorías étnicas perciben que el principal problema que enfrentan en este país es la discriminación; sólo cuatro de cada diez personas con alguna discapacidad física recibe la mayoría de sus ingresos de su propio trabajo y nada más el mes pasado (mayo de 2020) tuvieron lugar 69 feminicidios en México. 

En caso de que, en efecto, no sepa éstas y otras cosas, el presidente haría bien en informarse en la página del CONAPRED <https://www.conapred.org.mx/>. Ahí hay muchos análisis, encuestas, instrumentos legales, recursos educativos y noticias que reflejan sólo una parte de lo que hace el Consejo para garantizar a todos los mexicanos el cumplimiento al artículo primero de la Constitución (en el párrafo que indica: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”) y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (publicada en 2003). Además del estudio del fenómeno de la discriminación, el CONAPRED se ha propuesto colocar ese problema en el centro de la agenda nacional y promover una cultura democrática, incluyente  y plural mediante campañas, publicaciones, propuestas legislativas, recursos educativos y pronunciamientos en los medios. Entre sus objetivos incluye también “Verificar que los poderes públicos federales e instituciones y organismos privados, adopten medidas y programas para prevenir y eliminar la discriminación” además de “Conocer e investigar los presuntos casos de discriminación que se presenten, cometidas por personas servidoras públicas, poderes públicos federales o particulares y velar por que se garantice el cumplimiento de todas las resoluciones del propio Consejo”. EL CONAPRED puede también dictar medidas cautelares para proteger o resarcir los derechos de las personas afectadas. 

Se trata por lo demás de una institución (un órgano de Estado con personalidad jurídica y patrimonio propios) que no es inusual en el mundo (hay entidades similares en países de Iberoamérica https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=pagina&id=418&id_opcion=427&op=427 y Europa  https://www.coe.int/en/web/european-commission-against-racism-and-intolerance/home ). Es relativamente pequeño y gasta alrededor de 150 millones de pesos al año. Desaparecerlo no me parece que vaya a resolver ningún problema financiero mayor para el gobierno y sí que contribuirá a la pobreza en este país y mandará un mensaje equivocado respecto a qué se aspira alcanzar con la tan anhelada Cuarta Transformación. Pretender (o realmente creer) que no sirve para nada, que se creó “para comprar voluntades y dar empleo a los allegados”, “para simular que se combatía la discriminación, el racismo, la corrupción” son nada más que majaderías que no merecen respuesta alguna aunque sí que nos hacen que nos preocupemos por la capacidad de gestión y el compromiso con los valores democráticos de nuestro actual presidente. Y si bien el CONAPRED se defiende solo (basta echar un ojo en la red a sus logros y tareas en curso), requiere del apoyo ruidoso de los muchos que creemos que la riqueza de este país se encuentra en su pluralidad, el respeto, la democracia y las oportunidades de desarrollo para todos. Defendamos al CONAPRED.

Sobre el autor

Filósofo, ensayista, editor y traductor cajemense. También le hace a la promoción cultural y ha sido profesor en diversas instituciones de educación superior en Hermosillo, Cajeme y la Ciudad de México. Lleva ya un rato trabajando en la UNAM. Se obsesiona con la ética y la filosofía de la religión, aunque en su siguiente vida quiere ser compositor o novelista —o, si las anteriores opciones fallan, cronista de béisbol—. Últimamente le ha dado por averiguar cómo hacerle para que la filosofía vuelva a ser una actividad relevante en los espacios públicos y educativos.

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4 comentarios

    1. Muchas gracias por leer la nota y por preguntar. Es importante tener en cuenta que, además de contribuir a visibilizar la discriminación, el CONAPRED atiende diariamente quejas por parte de individuos y grupos que sufren alguna forma de discriminación tanto del sector público como privado. De 2004 a 2017 recibió 7488 en contra de personas particulares y 5208 en contra autoridades federales. Cuando las quejas proceden y se está ante un caso que se considera grave de violación de derechos humanos producto de la discriminación, la Comisión procede a emitir medidas cautelares. Con ellas se han atendido, por ejemplo, el derecho a la seguridad social de los matrimonios del mismo sexo, a soldados despedidos por dar positivo en pruebas de VIH, a indígenas que enfrentan trámites en idiomas distintos a los suyos, se ha logrado la modificación de la prueba ENLACE para los niños indígenas, se ha protegido a mujeres embarazadas que son despedidas de sus trabajos, se ha amonestado penitenciarías que no guardan las medidas de control de contagios de COVID-19, se ha defendido médicos discriminados por el Covid-19, etc. Un caso que me parece notable es el de las trabajadoras del hogar (2.3 millones de personas), para las cuales el CONAPRED ha impulsado cambios en las leyes de Seguridad Social y Federal del trabajo para que sus derechos como trabajadoras sean reconocidos. Hasta donde recuerdo, la cosa iba en la etapa de prueba piloto, aunque podría estar más avanzado y me falla muy feo la memoria. Bueno, éstos son algunos casos. De nuevo muchas gracias por leer mi notita y espero haber respondido a su pregunta.

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