Las mujeres toman Crónica Sonora y ni pa’ donde hacerse.

Toca el turno de Lucía Torrero -ustedes ya la conocen- y de Ana Johnson, fotógrafa que hoy se estrena con nosotros y en qué forma

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Esta semana ha tomado revuelo el caso de Citlali, menor violada del Poblado Miguel Alemán la cual se encuentra viviendo un infierno por culpa de una serie de eventos desafortunados. Porque otra vez se comprueba que en este país ser victima de un delito es lo de menos ¿sabes? Es decir, no basta sentirte frustrado, enojado, impotente y violado después de ser victima de un delito, sino que aparte, parece que la autoridad te castiga por tener la valentía de exigir justicia. ¿Neta? Sí, seamos realistas y hablemos con crudeza porque los falsos discursos hasta el día de hoy no nos han servido para nada y este país poco a poco se está convirtiendo en una bola enredada de estambre a punto de caer al vacío.

 

Citlali, tengo que confesarte que estuve a punto de estrellar mi computadora contra la pared cuando escuché que el procurador decía, parafraseándolo, que ustedes acudieron tarde a la Secretaría de Salud ya que el caso había sido reclasificado a estupro y SIENDO RESPETUOSOS DE LA LEY ya no tenías derecho a abortar. ¿Neta? Sí (y si tú lector eres una persona con tantita empatía podrás entender por qué quise estrellar mi lap top).

 

Falta más que “ser respetuosos de la ley”, falta tener corazón y falta humanizar a las víctimas. Tú no eres la primera en una situación como esta, no eres la primera a la que se le niega el derecho a abortar sólo porque el que en ese momento está tomando las decisiones de tu vida (en tu caso el juez y el ministerio público) resulta ser un mediocre de pensamiento (no me arrepiento ni poquito de llamarlos así).

 

Quiero estrellar mi computadora porque es frustrante saber que el sistema de justicia que tenemos es falto de sentido social y común. Cuántas personas han presentado una denuncia en este país y se han topado con el clásico “anda perdiendo su tiempo güerita, esas denuncias (ingrese aquí su denuncia) nunca proceden”, “va a dar más vueltas”, sin mencionar aparte, la cara de flatulencia en el aire de los servidores públicos (sé que hay buenos elementos que hacen su trabajo y obviamente no me refiero a ninguno de ellos, pero estamos hablando con crudeza y la realidad es que de manera general, el sistema no funciona como debería).

 

También grito al aire cuando veo que la gente te juzga, gente que ni siquiera sabe tu verdadero nombre, ¿cómo pueden conocerte? ¿cómo pueden hablar tan a la ligera? Hace un par de meses platicaba con varia gente sobre el aborto, unos decían que la vida es vida desde el momento de la concepción, otros que depende de las semanas de gestación, obviamente alguien también dijo esa frase que parece tatuada en el macho (a) mexicano: para qué andan de calientes.  ¿Neta?

 

La verdad su manera de pensar no es el problema (cada quien tiene derecho a pensar en la inmortalidad del cangrejo si así lo quiere), el problema es la imposición de reglas basados en creencias y sentimientos propios que impiden ver el tema del aborto de una manera más objetiva. Yo lo veo muy sencillo, hay gente que aborta y hay gente que no, yo siempre he querido ser mamá y creo que bajo ninguna circunstancia abortaría, pero eso no me da el derecho de juzgar a una mujer que decide abortar. Es como los fumadores y no fumadores ¿por qué no ves a gente que no fuma manifestando que los fumadores están atentando contra su vida y es un suicidio aletargado? Porque es absurdo, porque tú no puedes experimentar en cabeza ajena y sobre todo porque NADIE en este mundo nos pertenece, y porque además si tu lucha a favor o en contra del aborto sólo se queda en palabrería, quiere decir entonces que no te importa tanto y que sólo lo haces para llenar algo que te hace falta (ingrese su trauma aquí).

 

Veamos más allá de la realidad inmediata, porque no se vale decir “no abortes” si te vas a dar la media vuelta y continuar con tu vida. Carajo, seamos responsables con lo que decimos, ¿cuántas de esas personas que piden que no abortes están haciendo algo más allá que dando un juicio de valor? ¿acaso viven en una realidad alterna o muy reducida? Porque yo veo el panorama más complicado cada vez, veo que cada persona intenta sobrevivir a su manera en este mundo, veo como la vida se va haciendo más difícil y como poco a poco el caos es el cáncer que se está apoderando de la humanidad y cómo nos hemos vuelto insensibles y viscerales.

 

Y ahora hay gente que le pide a una niña de 13 años que no aborte, hay gente que a los 30 se sigue sintiendo incapaz de cuidar a otro ser humano; pero somos crueles, nos gusta la violencia y la tragedia y creemos que seremos mejores personas si contribuimos a “salvar una vida” con nuestro discurso acusatorio. ¿Neta? Es como si estuviéramos imposibilitados de ver a la víctima como una persona de carne y hueso que piensa, siente y actúa; y es como si pensáramos que un bebé llega a este mundo y ya no necesita de nadie, ¡y no! Traer a un bebé implica madurez, responsabilidad, amor y sobre todo dinero, grandes cantidades de dinero para alimentación, vestimenta, educación y salud ¿Cómo una niña de 13 años  va a ser capaz de solventar todo esto?

 

Nos olvidamos del daño psicológico y físico que ya tiene Citlali al ser víctima de violación, nos olvidamos del proceso duro que tendrá que pasar si aborta y  nos olvidaremos con el tiempo de ella y de su bebé si decide quedárselo. Y mientras nosotros nos enfrascamos en juzgar a la víctima los responsables de este daño colateral o guardan silencio, se echan la culpa unos a otros o son los suficientemente brillantes para inferir que el papá no actuó a tiempo (claro, no tomemos en cuenta  que el papá es jornalero y que esto pasó en el Poblado Miguel Alemán, donde la ignorancia y la marginación abunda, no por culpa de sus pobladores sino por las nulas ganas de los gobiernos de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes).

 

¿Pero y qué más? ¿Qué pasa con el juez que reclasificó el delito? ¿Por qué nadie del MP le dio a la niña una pastilla del día siguiente? Rodolfo Montes de Oca, procurador de Sonora, dice que la procuraduría y los médicos legistas no son los que proporcionan la pastilla del día siguiente o la interrupción del embarazo sino que se tiene que acudir a los servicios de salud. ¿Pero en dónde queda la norma en donde se le cree de buena fe a la víctima? ¿Por qué no hubo un seguimiento? ¿Qué de plano les vale hacer su trabajo? ¿O estaban de vacaciones o qué pasó?

 

Creo que no es válido el argumento que dan, creo que cualquier persona con tantito corazón y tantito criterio (¿no tendría que ser esta la principal cualidad del servidor público?) ante una situación como esa hubiera proporcionado la pastilla para evitar el embarazo, pero no fue así, no hubo nadie con criterio cuando levantó la denuncia, no hubo nadie poniéndose en sus zapatos, les valió madre y tal vez pensaron que nada pasaría por que ¿qué iba a pasar si al Poblado Miguel Alemán no lo pela nadie?

 

Pero tal vez sí existe la justicia divina y por eso este caso salió a la luz, aunque tarde, pero es una clara muestra del sistema enclenque que tenemos, en donde las víctimas se pierden en la burocracia, en donde se violan los derechos humanos todos los días, donde interpretan la ley a su antojo y conveniencia, sin hacerse responsables por el daño a la víctima; el bestia la violó sexualmente y ya está detenido pero no olvidemos que no está pagando por su delito, pagará bajo el delito de estupro gracias a un juez.

 

¿Pero quién repara el daño por negarle la atención debida a la víctima? ¿Quién se hará responsable de las implicaciones psicológicas que traerá la interrupción de un embarazo o la decisión de quedarse con el bebé? ¿Quién se hará responsable de la vida de ese bebé? Esa falta de criterio es lo que tiene a Citlali en esta horrible disyuntiva. Celebro la solicitud que envió la gobernadora Claudia Pavlovich a la Consejería Jurídica del Estado para que se derogue el delito de estupro, pero espero que en el Congreso esto se tome con seriedad y se resuelva de manera rápida para no volver a repetir algo como esto; porque si esto no viene acompañado de un verdadero compromiso por parte de las autoridades estaremos solo a la espera de otro caso similar o peor.

 

También existen preguntas a las que nadie ha dado respuesta como saber quién es el juez que reclasificó el delito, ¿cuáles fueron los elementos que tomó en cuenta para ese efecto? ¿Así de sencillo es joderle la vida a una niña? El estupro se castiga como máximo con tres años de cárcel, (¡Uy! ¡Qué gran condena!) pero ¿cómo castigas al o los funcionarios que tomaron pésimas decisiones? La gobernadora está pidiendo que esto no se vuelva a repetir, pero ¿qué pasará con Citlali? ¿Cómo se repara el daño?

 

Esto va más allá de decir: “pues que aborte”, “que lo tenga”, “que lo dé en adopción” (y a eso súmenle el trauma por la violación); cualquiera de estas tres alternativas implican un duro proceso emocional y psicológico nada sencillo que Citlali tendrá que soportar sí o sí por culpa de gente sin cerebro en el sistema judicial. Neta, no mamen.

 

Por Lucía Torrero

Fotografía de Ana Johnson

– Imágenes captadas en el Poblado Miguel Alemán el pasado domingo –

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Sobre el autor

Lucía Torrero nació en Hermosillo el año de 1984. Es egresada de la Licenciatura en Letras Hispánicas por la Unison y escribe en Crónica Sonora, a veces sobre las mujeres para que la lean los machos.

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3 comentarios

  1. Esta misma frustración es la que experimentamos los abogados cuando intentamos litigar de acuerdo a los conocimientos adquiridos, las reglas y el deber ser del derecho, esta es la irreal realidad del sistema de justicia mexicano, que no es justo, ni expedito, ni honesto, ni transparente, ni apegado a derecho, mucho menos gratuito, por eso muchos abogados desistimos de ejercer una profesión cada vez mas corrompida por los encargados de impartir justicia y de brindarle seguridad a las victimas, celebro la elocuencia de las nuevas generaciones, que estan entendiendo de forma clara y simple, el problema de fondo de nuestro sistema de justicia, el cual se vera mas dañado, podrido y prostituido, por el nuevo sistema de justicia oral, el cual por cierto, nadie parece entender, mucho menos aquellos encargados de impartirlo y difundirlo, patiños todos de la clase politica actual, que ya sabemos que intereses persiguen, 7 años de mi vida estudiando el deber ser, para terminar aceptando que es el compadrazgo, el trafico de influencias, la simulación, la omisión, la corrupción y el dinero, lo que gana un «asunto» ¿como le explicas eso a un cliente, sin quedar como un imbécil?.

    1. Bien dicho, yo desisti de mi profesion al ver el sistema corrompido, las injusticias, los «favores», etc mis ideales y mi pasion por las leyes estan guardadas en mi cajon.

  2. Pero en todo lo podrido de éste país, Estado o Ciudad, quedamos los que somos responsables de nuestra función como proteccionistas, como ciudadanos … etc…

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