Ciudad de México.-

En mi experiencia, la vida se va construyendo de encuentros. Hay encuentros que expanden y hay encuentros que constriñen. Las temporalidades y los sentidos de esos encuentros se funden entre sí mientras se da el proceso de estar viviendo. Este sentir es el piso desde donde comparto a los lectores un hecho que me hace muy feliz y que se construye de muchos encuentros de esos que se funden y se mezclan en el tiempo.

En una generosa complicidad y apertura por parte de Crónica Sonora, nos dimos a la tarea de cumplirme el antojo de ser parte de la audiencia entusiasta que año con año, desde hace 26, espera ansiosa la oferta de propuestas artísticas de la Muestra Internacional Un Desierto para la Danza 2018 en Hermosillo, Sonora. El compromiso -y gran placer- es ver todo lo humanamente posible del programa que Quiatora Monorriel y el ISC nos ofrecen para esta edición, entre talleres, video danza y presentaciones de artistas locales, nacionales e internacionales.

Voy como público a recibir esta avalancha de creatividad, de cuerpos en movimiento y probablemente de discursos y posicionamientos ante el quehacer artístico y la vida que nos toca vivir en estos particulares y convulsos tiempos. Voy también como cuerpo resonante que conoce la experiencia de los procesos creativos, el hecho escénico y la energía titánica que implica llevar una propuesta al público. Voy con el deseo de aportar algo mediante la palabra escrita a la experiencia colectiva desde la butaca, haciendo una devolución de la experiencia sensorial y emocional de cada propuesta que me toque y me mueva de lugar.

Y por eso hablo de los encuentros al inicio de esta nota. Todas estas intenciones y el hecho de estar físicamente en Hermosillo durante tan significativo evento, contienen para mí infinidad de encuentros, de mi pasado, de mi presente y, con suerte, de mi futuro.

Agradezco como siempre a Crónica Sonora por la confianza y para este propósito por las afortunadas gestiones que permitieron contar con el invaluable apoyo del diputado Carlos León para hacer este encuentro posible. Lectoras y lectores:

¡Nos vemos en el Desierto para la Danza!

Por Claudia Landavazo

Fotografía de Carlos Durazo

Ponle Play, coreografía de Estefanía Iglesias, a presentarse en este Desierto 2018

Sobre el autor

Claudia Landavazo vive en la Ciudad de México y es egresada de la carrera de Letras de la UNISON. Bailarina y coreógrafa de danza contemporánea, actriz de vez en cuando y se dedica desde hace algunos años a dar clases y al trabajo en comunidades y grupos vulnerables a través de la danza. Forma parte de CARPA Colectivo, donde desarrolla la metodología en Artes de Participación.

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