Es innegable que en Sonora tenemos una añeja deuda con la historia de la fotografía regional y sus pioneros. Hemos adolecido -hasta la fecha- la carencia de un registro detallado y sistemático de cada una de estas personas que tuvieron a bien dedicarse a dicha actividad en las horas tempranas de este arte y que nos legaron lo que hoy conocemos como la memoria gráfica de la región. Lo que se pretende con este trabajo es dar los primeros pasos en este esfuerzo, que nos puede llevar meses o años debido al tiempo transcurrido y la escasez de datos.

Muchos fotógrafos vinieron del exterior atraídos por la posibilidad de realizar una nueva vida en un territorio prácticamente virgen y con un gran potencial; otros surgieron del interior del estado buscando participar de una actividad novedosa y redituable, pero todos y cada uno de ellos realizaron una labor extraordinaria tomando en cuenta el grado de complejidad y las limitaciones en el entorno de la época que les tocó vivir.

Sonora en el último tercio del siglo XIX, coincidiendo con la llegada de la fotografía al estado, vivió uno de los periodos más conflictivos de su historia. En esa época, la entidad resistió dos invasiones filibusteras, así como los embates de las tropas francesas de Maximiliano; se presentaron además grandes pugnas por el poder político en el estado que llegaron hasta el uso de las armas. Hubo así mismo una devastadora epidemia de fiebre amarilla para la que no existía defensa alguna y, por si fuera poco, persistían los constantes conflictos con los diferentes grupos étnicos que se levantaron en armas. Este fue el contexto en el que se encontraron los pioneros a su llegada. Es por ello también que las imágenes de producción localista que hoy sobreviven reflejan solo parcialmente el aspecto social, ya que la gran mayoría de las imágenes corresponde al retrato de la alta sociedad sonorense. Lamentablemente el gremio fotográfico sonorense no tuvo interés por documentar temas antropológicos ni del tejido social, esto correspondió a expedicionarios y aventureros extranjeros que se hicieron acompañar de fotógrafos o realizaron ellos mismos el trabajo de imagen, como es el caso de la expedición McGee y el recolector Edward H. Davis.

Con este trabajo damos los primeros pasos del proyecto de compilar la mayor cantidad posible de información relacionada con los fotógrafos pioneros en Sonora, proyecto que seguramente tomará tiempo completar, dado que hablamos de hechos que sucedieron hace más de cien años que cuentan con escasos registros. Sin embargo, no existe duda de que es una tarea factible y necesaria.

Los más antiguos trabajos fotográficos encontrados en colecciones de familias sonorenses corresponden a retratos realizados en estudios del estado de California, en los Estados Unidos, entre los años 1860 y 1870, principalmente en los siguientes estudios: Bradley & Rulofson, Bearsdley & Swasey, Edouarts Photographic Gallery, Vance´s Gallery, Parker & Parker y Elite Photographic Studio.

Fue a partir de 1872 que se estableció en Guaymas el francés Alfredo Laurent, quien en algún periodo formó una sociedad con un norteamericano de nombre Edmund Hodapp, seguido en 1890, en Hermosillo, por Eduardo Bernal. Figuran también entre los pioneros Elie Fayot, Claudia H. De González, Guillermo Zuber, Fernando Llaguno y W. Roberts; todos ellos iniciaron su trayectoria en Sonora en el último tercio del siglo XIX.

Dentro de las dos primeras décadas del siglo XX, se instalaron en Guaymas y Hermosillo George Walter Hopkins (Guaymas), C. A. Palacios y Jesús Hermenegildo Abitia (Hermosillo).

Datos biográficos de algunos de ellos

William H. Rulofson

Originario de Canadá, fue un fotógrafo que migró a California motivado por la fiebre del oro. Se estableció en Sonora, California, y con un laboratorio sobre ruedas recorrió diferentes minas californianas fotografiando mineros y haciendo daguerrotipos, hasta que un incendio acabó con su negocio y se mudó a San Francisco, California, donde se asoció a H. W. Bradley. Juntos montaron un estudio que fue considerado el mejor en su tiempo. El talento fotográfico de Rulofson fue reconocido cuando ganó el premio dorado en un concurso en Viena en 1873 y también al ser nombrado presidente de la Asociación Fotográfica Nacional en 1874. Algunos investigadores han dado por hecho que Rulofson se estableció en Sonora, México, en 1851 y que fue el primer daguerrotipista del estado. Aunque se trata de una confusión, ya que la realidad es que se estableció en Sonora, California. No obstante, existen fotografías de sonorenses tomadas en los estudios Bradley & Rulofson, en el periodo 1850 – 1870. Rulofson murió el 2 de noviembre de 1878 al caer accidentalmente desde la azotea de su estudio.

Alfredo Laurent

a and b. a) Photograph printed by Alfredo Laurent (possibly C. Duhem and Bro.) (1866). Unidentified Navajo man, New Mexico Territory. # WMR-900588_NB. Photo credit: Nederlands Fotomuseum, Rotterdam. See also plate 47 from the Souvenir album, which is the same image. b) Stamp of photographer Alfredo Laurent, with various inscriptions and a sticker from the Museum indicating that the print was a gift to the museum from H. F. C. ten Kate in November of 1910.

Nacido en Nancy, Francia, en 1841. Arribó a Guaymas aproximadamente en 1870. Existe un registro de 1872 de que el Sr. Nepomuceno García, vecino de Hermosillo, le otorgó un préstamo para la compra de equipo y sustancias químicas que utilizara en su estudio fotográfico de la calle del Muelle en Guaymas. Es considerado el mayor productor de imágenes de estudio del periodo 1872 – 1886 en Sonora, imágenes de excelente calidad técnica. Sus trabajos han sido encontrados en diversas localidades del estado, entre ellas, Hermosillo, Guaymas, Ures y Álamos, mismas que en ese periodo eran los principales núcleos de población en Sonora. Su hija Amelia falleció en diciembre de 1885 a la edad de doce años. Seis meses después, Alfredo Laurent falleció a los cuarenta y cinco años de edad a causa de la epidemia de fiebre amarilla que asoló el estado. El 17 de junio de 1886 fue sepultado en Guaymas, posteriormente, en 1916, sus restos y los de su hija fueron exhumados y trasladados a Álamos, Sonora, a solicitud de su cónyuge, Manuela Almada de Santiago Palomares.

Eduardo Bernal

Nació en Hermosillo, Sonora, el 27 de abril de 1868. Su producción fotográfica hasta hoy encontrada cubre aproximadamente el periodo entre 1888 y 1896. Su técnica básica fue el retrato en estudio y produjo un volumen importante de imágenes. Contaba con operaciones en Hermosillo y Guaymas. Falleció a los veintiocho años de edad el 17 de junio de 1896.

Torcuato Marcos Basozábal retratado en Estudio Bernal en 1891

Colección Fernando Herrera

W. Roberts

Retrato de 1905 por W. Roberts

El primero de los grandes enigmas y uno de los grandes personajes de la fotografía en la región. Este fotógrafo de origen norteamericano se estableció en Hermosillo en 1898. Ubicó su estudio en el corazón de la ciudad, en la confluencia de las actuales calles Aquiles Serdán y Mariano Matamoros, convirtiéndose rápidamente en el fotógrafo más destacado de la región. Su trabajo no se limitó a fotografía de estudio, la cual realizaba magistralmente, sino que, con los avances tecnológicos de finales del siglo XIX en cuestión de movilidad e impresión, realizó cobertura de eventos fuera de su estudio, fotografía comercial, trabajos para publicaciones y producción de postales de la ciudad de Hermosillo; todo ello con una calidad sobresaliente. El rango de años de trabajo en Hermosillo de W. Roberts cubre aproximadamente el periodo entre los años 1898 y 1910. Sin embargo, no hay hasta el momento información sobre su origen, procedencia y destino final. Actualmente solo se tiene la inicial de su nombre, el apellido y su obra.

Claudia H. De González

Es otro de los grandes enigmas. De origen norteamericano, Claudia H. De González llegó a Guaymas alrededor de 1885 acompañando a su esposo el español Gabriel González, quien trabajaba para el ferrocarril. La señora Claudia estableció un estudio que rápidamente se hizo de mucha fama debido a la extraordinaria calidad de sus fotografías. Su renombre trascendió nuestras fronteras ya que fue elogiada en España y participó en un concurso de fotografía organizado en St. Louis Missouri con motivo de la feria mundial organizada en esa ciudad en 1904, concurso del cual resultó ganadora. Todo parece indicar que ya no regresó a Guaymas después de eso, separándose definitivamente del Sr. González.

Jesús Hermenegildo Abitia Garcés

Nació en Botuchic, Chihuahua, el 13 de abril de 1881, en el seno de una familia liberal juarista. Pasó sus primeros años en el estado de Sonora. Apasionado de la música y de la fotografía, adquirió su primera cámara en El Paso, Texas, y en 1908 abrió un estudio fotográfico en Hermosillo. Siempre innovador y entusiasta, de inmediato se hizo de las preferencias locales en cuestión de fotografía. Contaba con lo último en tecnología fotográfica del momento, sin embargo, un incidente de tinte político afectó temporalmente su trabajo: en enero de 1910, cuando Hermosillo recibió la visita de Francisco I. Madero en plena campaña política, siendo la ciudad una plaza dominada por el porfirismo (recordemos que el vicepresidente Ramón Corral era sonorense y exgobernador de Sonora) de inmediato se tomaron medidas para impedir el éxito de la visita por parte del sistema gubernamental, a tal grado que se prohibió a los hoteles darle hospedaje a Madero y sus acompañantes. Así la situación de tensión. La persona que tomó el riesgo de hospedarlo fue Jesús Abitia, esto por supuesto le trajo consecuencias tales que tuvo que refugiarse por un tiempo en los Estados Unidos, regresando en 1911 al triunfo de la revolución maderista. Abitia continuó con su carrera de fotógrafo con el mismo éxito de siempre e inclusive en 1913 inició su incursión en el terreno de la filmación, dirigiendo y produciendo tres filmes cortos: El mata mujeres, Los dos reclutas y Los amores de Novelty, además de un documental corto de nombre El robo del Perico. Ese mismo año de 1913, después del golpe militar contra el presidente Madero, Abitia se enroló en el ejercito del noroeste invitado por su amigo el Gral. Álvaro Obregón y solo regresó ocasionalmente a Sonora donde su hermano Luis siguió operando el estudio fotográfico.

Dr. Fernando Aguilar Aguilar

Nació en la ciudad de Hermosillo en 1856. Graduado de Médico Cirujano en abril de 1885, se distinguió a la vez como notable pianista y participando en numerosos conciertos artísticos y culturales. También se desarrolló en la actividad docente y académica, desempañando en el Colegio Sonora la cátedra de matemáticas, donde fue conservador del gabinete de Física y Química y presidente de la Sociedad Auxiliar de la Mexicana de Geografía y Estadística. Por igual dirigió varios años el Hospital Civil del Estado. Fue diputado y gobernador interino en tres ocasiones. El doctor Aguilar contaba entre sus entretenimientos la afición por la fotografía. Y en sí, los Aguilar son una de las familias con uno de los mayores acervos fotográficos familiares sin haber contado entre sus miembros con un fotógrafo profesional, Uno de sus logros fotográficos más sorprendentes es haber producido alrededor de cuarenta fotografías esteroscópicas de color, con la técnica de autocromo. No se tiene la fecha exacta de la producción de las mismas, pero de acuerdo a los contenidos están realizadas entre 1910 y 1915.

Foto pictorialista realizada por el doctor Aguilar en 1915. Colección Fernando Herrera.

Edward Harvey Davis

Edward Harvey Davis con Jose Caster, un jefe Yuma

Nació el 18 de junio de 1862 en Nueva York. Artista, fotógrafo y coleccionista de artefactos, trabajó primero como dibujante y arquitecto. Por razones de salud viajó a California, estableciéndose en Mesa Grande, al este de San Diego, en el año de 1885. Poco después de establecerse en California, Davis se interesó en los indígenas kumeyaay de esa zona, y pasó el resto de su vida estudiándolos, fotografiándolos y coleccionando sus artefactos extensivamente. En 1915, fue contactado por George Gustav Heye, fundador del Museo Nacional del Indígena Americano, para llevar a cabo visitas de campo a California, Baja California Sur, Arizona, Nuevo México, Nevada, el noroeste de México y la Isla del Tiburón, visitando y documentando meticulosamente con fotografías la forma de vida de más de dos docenas de pueblos indígenas en el curso de sus viajes. Las tribus que visitó fueron los paipáis, kiliwa, coras, huicholes, ópatas, mayos, seris, apaches, cucapá, tohono o’odham, pápagos, maricopas, mojaves, hualapais, yaquis y yumas. Además de haber tomado alrededor de cinco mil fotografías de sus recorridos, Davis es autor de varios artículos académicos. Murió en San Bernardino, California, el 22 de febrero de 1951.

En los años posteriores vendrían grandes fotógrafos como Carlos Alberto Palacios, Alberto Wassaki Kossio, Alfonso P. Okada, Emigdio Oloño, Jesús F. Zazueta y otros que enriquecerían en forma importante la producción fotográfica de la región.

Por Fernando Herrera Gil

Edward Harvey Davis con indio seri. Colección Fernando Herrera.

Fuentes

Casanova Rosa, del Castillo Troncoso Alberto, Monroy Nasr Rebeca y Morales Alfonso. Imaginarios y fotografía en México. Conaculta/INAH – Lunwerg Editores, 2005.

Galaz Fernando A. Dejaron huella en el Hermosillo de ayer y de hoy. Primera edición 1971.

García de Alva Federico. Álbum-Directorio del Estado de Sonora 1905 – 1907. Gobierno del Estado de Sonora, edición facsimilar 2005.

Palquist Peter y R. Kailbourn Thomas. Pionner photographers of the far west, a biographical Dictionary 1840-1865. Stanford University, 2000.

Rodríguez José Antonio. Quienes fuimos, quienes somos, Los sonorenses de 1910 – 2010. Instituto Sonorense de Cultura, 2010.

Varios autores. Historia General de Sonara, tomos III y IV. Instituto Sonorense de Cultura, 1985.

Nota del editor: para las fuentes de las fotografías que no indiquen «Colección Fernando Herrera», píquele sobre las mismas y abrirá el respectivo vínculo

Sobre el autor

Coleccionista e historiador de la fotografía sonorense

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